El juez que presidió el juicio contra el candidato presidencial Donald Trump, por pagos ocultos a una exactriz porno, aplazó la sentencia hasta después de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
Una victoria importante para el republicano, que le llega cuatro días antes del debate con la vicepresidenta y candidata demócrata Kamala Harris.
Estaba previsto que el candidato republicano a la Casa Blanca conociera la pena el 18 de septiembre tras haber sido declarado culpable de falsificar registros contables, pero el juez Juan Merchan lo aplazó al 26 de noviembre.
“La cacería de brujas en Manhattan ha sido aplazada, porque todos se dan cuenta de que NO HAY CASO. ¡NO HICE NADA MALO!”, escribió en su red Truth Social. “Este caso debería cerrarse”, añadió el republicano, pletórico.
La decisión del juez Juan Merchan se conoció minutos después de que Trump pronunciara un farragoso discurso sobre sus problemas legales.
El expresidente había convocado a los periodistas a una rueda de prensa en una de sus propiedades en Nueva York, la Trump Tower, sin ningún motivo en particular.
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Ataviado con su tradicional corbata roja, habló de su juicio civil por agresión sexual y de la condena penal de finales de mayo. Lo calificó, como suele hacer, de “caza de brujas” para impedirle ganar los comicios.
Visiblemente irritado, el expresidente atacó incluso a sus abogados, que se quedaron atónitos. Está “decepcionado” con su trabajo, dijo.
Al cabo de 40 minutos empezó a hablar de su rival Kamala Harris, diciendo que él la aventajaba mucho en las encuestas, cuando en realidad están muy igualados.
Tras este discurso, el republicano puso rumbo a Carolina del Norte, uno de los estados más disputados de las elecciones, donde el envío de las primeras papeletas para votar por correo se ha retrasado por decisión de un juez.
Allí habló ante un poderoso sindicato policial.
Trump acusa al presidente Joe Biden y a Harris de ser responsables de una oleada de delitos que vincula a la inmigración ilegal.
“Kamala Harris y los comunistas han provocado un verdadero baño de sangre en nuestro país”, afirmó en Charlotte, algo que las estadísticas desmienten.
La seguridad y la inmigración siguen siendo temas en los que Kamala Harris muestra un déficit de credibilidad, según varias encuestas.
Debate
Su equipo de campaña publicó este viernes una carta de apoyo firmada por agentes de policía.
“En noviembre los estadounidenses tendrán que elegir entre alguien que ha pasado su vida haciendo cumplir nuestras leyes y alguien que ha sido condenado por violarlas”, se lee en el mensaje, en referencia a que la demócrata fue fiscal y a la condena penal contra Trump.
El republicano, procesado en varios otros casos y acusado especialmente de haber intentado alterar el resultado de las elecciones de 2020, dará un mitin el sábado en Wisconsin, otro estado muy disputado.
Su rival instaló el jueves en Pensilvania su campamento base para preparar el debate con Trump, que se realizará en la cadena ABC de Filadelfia.
La vicepresidenta concedió su segunda entrevista desde que entró en la carrera, en este caso a una emisora de radio latina.
Según una encuesta difundida el miércoles, el 59% de los latinos respalda a la demócrata aunque muchos creen que ni ella ni Trump defienden su mayor preocupación: el costo de la vida.
En la entrevista ella recordó que durante su mandato y el de Biden las pequeñas empresas propiedad de latinos han experimentado un “crecimiento récord” y ella seguirá apoyándolas, con una deducción fiscal de 50.000 dólares para la creación de un nuevo negocio.
“Tenemos que pasar página a esta era Trump, ya sabe, esta persona que ha hablado de cómo los inmigrantes envenenan la sangre de Estados Unidos, esta persona que busca dividir nuestra nación, menospreciando a la gente, menospreciando a los miembros del ejército”, declaró la vicepresidenta.
Cientos de millones
Según la prensa Harris hará varias apariciones públicas antes del enfrentamiento televisado. Rompe así con la estrategia de Biden, que se aisló varios días para preparar el debate de junio contra Donald Trump. De poco le sirvió. Su desempeño fue tan catastrófico que los propios demócratas lo forzaron a tirar la toalla.
Harris, de 59 años, dispone de $404 millones para costear la campaña y Trump de $295 millones, según sus respectivos equipos.
Harris obtuvo el viernes el apoyo del ex vicepresidente republicano Dick Cheney, que podría serle útil para conquistar a los votantes moderados.
El octogenario, conocido por sus posiciones ultraconservadoras, aseguró que Donald Trump constituía la “mayor amenaza” a la democracia debido sobre todo a su papel durante el asalto al Capitolio.