En quiebra, el fabricante de los emblemáticos “tuppers”, Tupperware, anunció un acuerdo preliminar con un grupo de acreedores, que debería permitirle salir de la crisis.
Luego de años de dificultades durante los cuales Tupperware se vio golpeado por una inmensa deuda “y un modelo operativo obsoleto, la transacción marcaría una nueva etapa para la marca”, indicó la empresa en un comunicado.
Se trata de un “acuerdo preliminar con un grupo de acreedores” entre los que figuran Stonehill Capital Management Partners y Alden Global Capital.
Con esta operación, el grupo de Orlando (Florida, sureste), se compromete a vender al grupo de acreedores la propiedad intelectual “necesaria para crear y comercializar la marca Tupperware”, así como algunos activos en Estados Unidos y en otras filiales extranjeras.
Los clientes podrán continuar comprando productos Tupperware a través de consejeros (el sistema de venta en grupos de vecinos y vendedores locales tradicional de la marca), sitios online y asociados en los principales mercados mundiales, destaca el comunicado.
La operación pondrá fin a las actividades de Tupperware en mercados considerados no esenciales.
Tupperware se declaró en bancarrota a mediados de setiembre. En documentos presentados ante el tribunal de quiebras de Delaware (este), evaluaba sus activos entre $500 millones y $1.000 millones, y su pasivo (capital y deudas) entre $1.000 millones y $10.000 millones.