El socialdemócrata Bernardo Arévalo aseguró, a pocas horas de asumir la presidencia de Guatemala, sentirse “entusiasmado” por llegar al final de un proceso “tortuoso” de persecución judicial y destacó que su compromiso es “cerrar” una “época tenebrosa” para su país.
"Me siento entusiasmado porque estamos llegando al final de este proceso largo y tortuoso. Está culminando un proceso de lucha nacional por la democracia", dijo Arévalo, en rueda de prensa junto al jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, quien asistirá el domingo a la investidura.
Arévalo, sociólogo y exdiplomático de 65 años, destacó que el compromiso de su gobierno es “cerrar esta época tenebrosa de cooptación corrupta del sistema político en el que ha transcurrido el país durante más de dos décadas”.
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Desde que ganó las elecciones, Arévalo y su partido Semilla han sido blanco de una ofensiva judicial denunciada por él como un “golpe de Estado” y atribuida a la élite política y económica del país, que teme al mensaje anticorrupción del futuro presidente.
La ofensiva judicial ha estado encabezada por la fiscal general Consuelo Porras, sancionada por Washington por considerarla "corrupta" y "antidemocrática".
"A mediados de esta semana vamos a citar a una reunión a la fiscal para pedirle la renuncia". "Las condiciones políticas bajo las que ella se sentía en libertad de operar" habrán "desaparecido", agregó.
"Nosotros atravesamos un momento histórico y reconocemos que tenemos delante de nosotros una oportunidad y un desafío para reconstruir y fortalecer instituciones que por muchos años han sido debilitadas e instrumentalizadas para el beneficio de unos pocos", señaló.
Arévalo agregó que “lo más urgente en este momento es recuperar las institucionales y combatir la corrupción, pero lo más importante” es impulsar el desarrollo social en Guatemala, donde el 60% de sus 17,8 millones de habitantes viven en pobreza.
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Agradeció además a Borrell el apoyo de la Unión Europea, que el viernes definió un marco legal que le permitirá adoptar sanciones contra funcionarios que atenten la democracia en Guatemala.
"Es una demostración del compromiso firme de la UE con el pueblo Guatemala y su democracia (...) que ha estado amenazada y que estamos aquí para defender y apoyar", destacó Borrell.
Al traspaso de mando asisten además el rey de España, Felipe VI, y, entre otros, los presidentes Gabriel Boric (Chile) y Gustavo Petro (Colombia), y delegados de Estados Unidos, cuyo gobierno impuso sanciones a fiscales, jueces y diputados por “corrupción” y por “socavar la democracia”.