Nuevos bombardeos israelíes dejaron decenas de muertos en la Franja de Gaza, según informó Hamás el lunes, e Israel fue acusado por una oenegé de hacer pasar hambre deliberadamente a la población del asediado territorio palestino.
Pese a la indignación internacional por el elevado número de víctimas civiles, el ejército israelí continúa bombardeando el territorio palestino, al borde de una catástrofe humanitaria, como respuesta al ataque sin precedentes de Hamás contra Israel el 7 de octubre.
La oenegé Human Rights Watch (HRW) acusó al gobierno israelí de utilizar “la inanición de civiles como método de guerra en la Franja de Gaza ocupada, lo que constituye un crimen de guerra”. Israel reaccionó calificando al grupo de “organización antisemita y antiisraelí”.
"Las fuerzas israelíes bloquean deliberadamente el suministro de agua, alimentos y combustible, al tiempo que impiden intencionadamente la ayuda humanitaria, arrasando aparentemente zonas agrícolas y privando a la población civil de objetos indispensables para su supervivencia", añadió HRW.
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El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas votará el lunes una nueva resolución que pide un "cese urgente y duradero de las hostilidades" en Gaza, diez días después del veto de Estados Unidos, que estos últimos días dio muestras de impaciencia ante el alto número de pérdidas civiles.
La guerra estalló tras el sangriento ataque de Hamás el 7 de octubre, cuando sus combatientes mataron a 1.139 personas en Israel, en su mayoría civiles, según las últimas cifras de las autoridades, y secuestraron a otras 250. Actualmente, 129 rehenes siguen retenidos en Gaza.
El ministerio de Salud de Hamás, que gobierna el territorio palestino, afirma que más de 18.800 personas, en su mayoría mujeres y menores, han muerto por la ofensiva de Israel.
Esta misma fuente informó el lunes que 110 personas murieron en las últimas 24 horas por los bombardeos israelíes en Jabaliya, en el norte de Gaza.
En el sur, las nubes de humo se elevaban por la mañana sobre Jan Yunis tras ataques israelíes, según imágenes de la AFP.
Hospitales atacados
Cerca de 1,9 millones de gazatíes, el 85% de la población, se han visto desplazados y sufren escasez de alimentos, agua, combustible y medicinas por el asedio “total” de Israel, impuesto desde el 9 de octubre.
"No me extrañaría que la gente empiece a morir de hambre o de una combinación de hambre, enfermedades y una débil inmunidad", advirtió Philippe Lazzarini, jefe de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).
Varios hospitales se vieron implicados en los combates, a pesar de la presencia de pacientes y desplazados. Israel acusa a Hamás de utilizarlos como bases, lo que el movimiento islamista niega.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se mostró el domingo “consternada por la destrucción real” del hospital Kamal Adwan, donde las fuerzas israelíes llevaron a cabo una operación de varios días contra Hamás antes de retirarse.
En el patio del hospital, los palestinos deambulaban entre los escombros, buscando cadáveres.
La OMS también declaró que los bombardeos israelíes convirtieron el servicio de urgencias del hospital Al Shifa, de la ciudad de Gaza, el más importante del territorio, en "un baño de sangre".
El ministerio de Salud indicó que las fuerzas israelíes asaltaron el hospital Al Awda (norte) y detuvieron al personal médico. En el sur, un ataque dejó el domingo un muerto y seis heridos en el hospital Nasser en Jan Yunis.
Según la ONU, menos de un tercio de los hospitales de Gaza funcionan parcialmente.
Presión para liberar a los rehenes
Pese a la presión internacional, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró que es necesario "mantener la presión militar" para acabar con Hamás.
Según el ejército, 126 soldados han muerto en la Franja de Gaza desde que comenzaron las operaciones terrestres el 27 de octubre.
El cuerpo armado afirmó el domingo que descubrió “el mayor túnel” excavado por Hamás entre Israel y el norte del territorio palestino.
El gobierno israelí enfrenta una creciente presión de las familias de los rehenes para negociar su liberación, especialmente desde que se supo el viernes que soldados mataron a tres rehenes "por error" tras confundirlos con combatientes palestinos.
Catar, principal mediador entre Israel y Hamás junto a Egipto y Estados Unidos, aseguró que prosigue los "esfuerzos diplomáticos para restablecer una pausa humanitaria".
Un miembro de Hamás indicó el lunes que las condiciones "son claras: un alto el fuego total, la retirada de los tanques de las ciudades, la apertura de la carretera entre el norte y el sur, el fin del asedio, la entrada normal de ayuda en toda Gaza sin restricciones".
La tregua acordada el mes pasado permitió la liberación de 105 rehenes en manos de Hamás y grupos aliados, 80 de ellos israelíes, a cambio de 240 palestinos encarcelados en Israel.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, se encontraba en Kuwait el lunes en el marco de un viaje regional durante el cual también visitará Israel.
El conflicto en Gaza también generó un aumento de la violencia en Cisjordania ocupada por Israel, donde más de 300 palestinos han muerto por disparos israelíes o ataques de colonos, según la Autoridad Palestina.
Su ministerio de Salud declaró que cuatro personas, entre ellos dos adolescentes, murieron por disparos israelíes en el campo de refugiados de Al Fara, en el norte del territorio.