Bill Gates es rotundo: “Yo no planto árboles”, declaró hace poco, atizando el debate sobre si plantar árboles de forma masiva es realmente útil para combatir el cambio climático.
Al filántropo multimillonario le habían preguntado sobre cómo compensa sus emisiones de carbono e insistió en que él evita "algunos enfoques menos probados".
Según él, la afirmación de que plantar suficientes árboles podría solucionar la crisis climática es un "completo sinsentido".
“¿Somos gente de ciencia o somos unos idiotas?”, lanzó durante una conversación sobre clima organizada por el diario The New York Times la semana pasada.
En todo el mundo, empresas y particulares han priorizado la plantación de árboles para compensar sus emisiones de gases con efecto invernadero.
Incluso los republicanos estadounidenses, muchos de ellos escépticos con el cambio climático, han presentado un proyecto de ley para apoyar la plantación de mil millones de árboles en todo el mundo.
Las controvertidas declaraciones de Gates coparon titulares y despertaron críticas por parte de los defensores de la reforestación (plantar árboles en bosques dañados) y de la forestación (plantar en áreas donde no había bosques).
"He dedicado los últimos 16 años de mi vida a hacer de los bosques parte de la solución climática", escribió Jad Daley, jefe de la oenegé American Forests.
"Este tipo de comentario puede hacernos retroceder de verdad", agregó en la red social X (antiguamente Twitter).
Pero Bill Gates no es el único que duda de planes tan ambiciosos.
El 21 de septiembre, los Estados miembros de la Unión Europea (UE) acordaron sacar adelante una legislación para prohibir las alegaciones de impacto medioambiental neutro o positivo fundadas únicamente en la compensación de emisiones de carbono, que en general se trata de plantaciones de árboles. Una práctica que, según el texto de los europeos, sería ineficaz si se compara con la reducción directa de emisiones de CO2 por parte de las empresas.
Un grupo de científicos advirtió el martes que la plantación masiva de árboles podría hacer más mal que bien, sobre todo en regiones tropicales, donde los monocultivos pueden conducir a la desaparición de ecosistemas complejos.
"La sociedad redujo el valor de estos ecosistemas a un único parámetro: el carbono", apuntaron científicos de universidades británicas y sudafricanas.
La captación de carbono es "un pequeño elemento de las funciones ecológicas esenciales que cumplen los bosques tropicales y los ecosistemas herbáceos", explicaron en un artículo publicado en la revista "Trends in Ecology and Evolution".
Uno de esos científicos, Jesús Aguirre Gutiérrez, citó ejemplos en el sur de México y en Ghana, donde bosques antaño diversos "se transformaron en masas homogéneas". Esto los vuelve "muy vulnerables a las enfermedades y tiene un impacto negativo en la biodiversidad local", declaró a AFP Aguirre, investigador en la Universidad de Oxford.
Riesgos para el ecosistema
Estas plantaciones están dominadas por cinco especies de árboles elegidas principalmente por su valor para producir madera y pasta de papel, o por la rapidez de su crecimiento. Al final, los árboles serán talados, lo cual liberará carbono.
Entre estas especies se encuentra la teca, que puede acabar sustituyendo a las especies originales, "lo que plantea riesgos adicionales para las plantas indígenas y para el ecosistema", señaló Aguirre.
También hay quien critica la falta de espacio a escala mundial para los proyectos de plantación masiva, la plantación de semillas mal adaptadas o el uso inadaptado de praderas y zonas húmedas en zonas forestales.
Pero ¿significa esto que la plantación de árboles no tiene ningún valor? No tan rápido, responde Daley, cuya organización afirma haber plantado 65 millones de árboles. Según él, el postulado de Gates es falso.
"Nadie dice que los bosques pueden, por sís solos, salvar el medio ambiente", afirmó.
Pero las críticas de Gates y otros son, a su modo de ver, demasiado "superficiales" e ignoran proyectos bien estudiados en los que se utilizan especies indígenas para la reforestación.
“Gran parte de la reforestación se hace por la pérdida de bosques que no se regenerarían sin ayuda”, sostuvo. “No nos contentamos con plantar árboles donde nos parezca solo para capturar carbono”, agregó.