El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció el miércoles 9 de abril que impone aranceles del 125% a los productos chinos en respuesta a las represalias de Pekín, pero reducirá los gravámenes al resto del mundo al 10%.
“Debido a la falta de respeto que China ha mostrado hacia los mercados mundiales (...) elevo el arancel cobrado a China por Estados Unidos al 125%, con efecto inmediato”, escribió Trump en su red Truth Social. Y como más de 75 países han solicitado negociaciones autorizo “una pausa de 90 días y un arancel recíproco sustancialmente reducido durante este período, del 10%, también con efecto inmediato”, añadió.
Según reportó The New York Times, Karolinea Leavitt, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, dijo que los aranceles se igualarían temporalmente a una base universal del 10%, lo cual sería una reducción para los países (salvo China) que tenían un arancel diferenciado por encima de dicho nivel.

En el caso de Costa Rica, el país ya estaba en la base del 10% desde el pasado 5 de abril, así que de momento, a falta de más detalle por parte del gobierno estadounidense, no se anticipan cambios.
“Hemos intensificado el diálogo de manera muy constructiva con nuestros socios norteamericanos, con el fin de procurar las mejores condiciones de acceso a mercado para las exportaciones costarricenses”, dijo Manuel Tovar, ministro de Comercio Exterior de Costa Rica, en un mensaje divulgado el martes en la noche.
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“Estrategia”
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, dijo que la “estrategia” de Donald Trump resultó como estaba planificado luego de que el mandatario anunciara una pausa de 90 días en sus aranceles pero aumentara las tarifas para China.
“Esta fue su estrategia desde el principio, e incluso se podría decir que llevó a China a una mala posición”, declaró el funcionario a reporteros. “China es la economía más desequilibrada en la historia del mundo moderno y es la mayor fuente de los problemas comerciales de Estados Unidos”, añadió.
Mercados reaccionan
La Bolsa de Nueva York se disparó este miércoles tras el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump de poner en pausa 90 días los aranceles recíprocos que entraron en vigor horas antes.
Hacia las 18H30 GMT, el Dow Jones subía un 5,61%; el Nasdaq, un 7,44%; y el S&P 500, un 6,22%.Hacia las 18H25 GMT, el índice tecnológico Nasdaq sumó 10,55% hasta los 16.877,91 puntos.
El presidente Trump había aconsejado aprovechar la caída de las bolsas para “comprar” acciones.
“¡Tranquilos! Todo va a salir bien”, prometió en las redes sociales por la mañana cuando los aranceles adicionales a productos de 60 socios comerciales llevaban horas en vigor.
Para dar una idea de la embestida aduanera, UBS Investment Research publicó un análisis según el cual el precio de un iPhone 16 Pro Max de 256 GB, ensamblado en China, podría subir de 1.199 a 1.549 dólares. Un aumento del 29%. Y eso antes del anuncio de aranceles mayores al gigante asiático.
China respondió a los aranceles de Trump. Anunció que aumentará sus tarifas aduaneras sobre los productos estadounidenses al 84%, en lugar del 34% inicialmente previsto, a partir del jueves a las 04H01 GMT.
“Seguiremos tomando medidas firmes y enérgicas para salvaguardar nuestros derechos e intereses legítimos”, advirtió un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino.
No se excluye una escalada diplomática entre China y Estados Unidos, cuya relación ya es tensa.
Pekín instó el miércoles a sus ciudadanos a extremar la precaución si viajan a Estados Unidos.
Europa responde
Antes de la pausa de Trump, la Unión Europea, sujeta desde mediados de marzo a aranceles estadounidenses del 25% sobre el acero y el aluminio y, desde el miércoles, a un impuesto del 20% sobre todos sus productos, adoptó este miércoles sus primeras contramedidas contra más de 20.000 millones de euros de bienes “fabricados en Estados Unidos”.
La lista incluye productos agrícolas como la soja, las aves de corral y el arroz.
También prevé recargos de hasta el 25% sobre la madera, las motocicletas, los productos de plástico y los equipos eléctricos.
La próxima semana podría revelar más medidas.
Bruselas dice estar dispuesta a suspenderlas “en cualquier momento” si alcanza un acuerdo “justo y equilibrado” con Washington.
La guerra comercial mundial genera temores de un aumento de la inflación y una caída del consumo y del crecimiento.
Si continúa, podría alterar la globalización tal como se conoce, con sus cadenas de producción repartidas por numerosos países y sus gigantescos buques portacontenedores cargados de camisetas baratas o sofisticados componentes electrónicos.