Los venezolanos votaron en este domingo 28 de julio en una tensa elección presidencial, con la advertencia del mandatario Nicolás Maduro de que hará respetar el resultado oficial y la declaración de su principal rival, Edmundo González Urrutia, de que defenderá “hasta el último voto”.
Esta elección decide entre la continuidad del chavismo, que lleva 25 años en el poder, o el cambio prometido por una oposición unida después de marginarse de otras elecciones, incluida la anterior presidencial de 2018.
Maduro, de 61 años y en la presidencia desde 2013, aseguró al votar el domingo que "lo que diga el árbitro electoral será reconocido, y no solo reconocido, sino defendido", en alusión al Consejo Nacional Electoral, de línea oficialista. "Reconozco y reconoceré al árbitro electoral, los boletines oficiales y haré que se respeten".
González Urrutia, de 74 años y representante de la carismática y popular líder opositora María Corina Machado, impedida de postularse debido a una inhabilitación política, declaró que su bando está listo "para defender hasta el último voto".
"Confiamos en nuestra Fuerza Armada para respetar la decisión de nuestro pueblo", añadió.
Machado adelantó que hasta las 13H00 locales había votado 42,1% del padrón electoral, equivalente a unas 9 millones de personas.
"Estamos viendo una participación apoteósica y yo me siento muy orgullosa. Estamos concretando un sueño y una lucha de libertad", dijo Machado a la prensa luego de votar en Caracas.
Están registrados en el padrón electoral unos 21 millones de personas, sobre una población de 30 millones, pero los expertos estiman que solamente podrán sufragar unos 17 millones que están en Venezuela y no migraron. El voto no es obligatorio.
Salir seguro a votar
Maduro busca un tercer mandato de seis años cuando el país apenas asoma de una aguda crisis económica y humanitaria que contrajo el Producto Interno Bruto un 80% en 10 años y empujó al éxodo a más de siete millones de personas, según datos de la ONU.
"Yo espero que se respeten los resultados y la voluntad del pueblo", dijo Erys Berríos, de 41 años, en una larga fila en la gigantesca barriada Petare antes de votar por González Urrutia.
"Yo soy madurista, él (Maduro) va a garantizar todo, todo va a ser mejor", expresó por su parte María de Rivero, de 83 años, en la barriada 23 de Enero.
El ministro de la Defensa, Vladimir Padrino, a cargo de la custodia del proceso electoral, declaró que "el pueblo venezolano puede salir seguro a votar porque la Fuerza Armada Nacional Bolivariana lo garantiza".
La elección cierra a las 18H00 (22H00 GMT), aunque el lapso puede extenderse si hay votantes esperando.
“Paz o guerra”
"Paz o guerra", lanzó Maduro hace pocos días, al definir lo que en su opinión se juega en esta elección. Poco antes había advertido que un triunfo de la oposición puede llevar a un "baño de sangre", lo cual le valió críticas de los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Chile, Gabriel Boric, entre otros.
En estos comicios está presente una pequeña delegación del Centro Carter, que indicó no tener capacidad de realizar una "evaluación integral del proceso de votación, conteo y tabulación" como tenía previsto hacer la Unión Europea, excluida como observadora a finales de mayo. También se impidió la entrada al país de parlamentarios europeos y expresidentes latinoamericanos invitados por la oposición.
El proceso electoral es automatizado, con resultados centralizados por el CNE, cuya directiva está integrada por cinco rectores, tres vinculados con el chavismo y dos con la oposición.
Su presidente, Elvis Amoroso, acusó a la oposición de "conspirar" contra los comicios y de pretender adelantar resultados antes del primer boletín, lo que es ilegal.
"Nosotros vamos a esperar los resultados que emanen del CNE", respondió González Urrutia. "Sin embargo, nosotros también tenemos nuestros propios métodos y mecanismos para conocer el avance del proceso electoral de hoy. Vamos a esperar si ellos lo difunden y si no nosotros tendremos la oportunidad de hacerlo".
Advertencia de EE. UU.
Los comicios son el resultado de un acuerdo entre gobierno y oposición promovido por Estados Unidos.
Para impulsar la elección, Washington alivió las sanciones que impuso al país en 2019, luego de desconocer la reelección de Maduro del año anterior por sospechas de fraude.
El gobierno de Maduro asegura que esas sanciones provocaron el colapso de la economía de este país petrolero, que cuenta con las mayores reservas del mundo y en su auge llegó a producir 3,5 millones de barriles diarios, contra cerca de un millón actualmente.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, hizo desde Tokio un llamado a respetar el "proceso democrático". "El pueblo venezolano merece una elección que refleje realmente su voluntad", afirmó.
La mayoría de las encuestas favorecen a la oposición, pero algunos observadores advierten que la diferencia entre Maduro y González Urrutia podría ser estrecha. Los sondeos indican que a mayor participación electoral más probabilidades de triunfo de la oposición.