Los conservadores de Friedrich Merz ganaron el domingo las elecciones legislativas en Alemania, delante del partido de extrema derecha AfD, que realiza el mejor resultado de su historia, según sondeos a boca de urna de las cadenas de televisión públicas.
Los conservadores de los partidos CDU/CSU obtienen 28,5% y 29%, según los sondeos difundidos por las televisiones públicas ARD y ZDF.
Alternativa para Alemania (AfD) obtiene 19,5% y 20%, resultado inédito para un partido de extrema derecha en una elección federal en la posguerra.
El canciller saliente, Olaf Scholz, dijo que asume la responsabilidad de una “derrota amarga”. Su partido social demócrata (SPD) obtuvo 16%.
Otros perdedores son los Verdes, aliados del gobierno Scholz, con 13%.
Friedrich Merz, un abogado de 69 años que tiene todas las posibilidades de reemplazar al social-demócrata Olaf Scholz como canciller, descartó cualquier alianza gubernamental con AfD y declaró que quería que se pueda formar gobierno “lo más pronto posible” para hacer frente a los desafíos internacionales.
Conseguimos un resultado histórico”, declaró Alice Weidel ante los simpatizantes de AfD en Berlín, y aseguró que el partido antiinmigración está ahora “firmemente anclado” en el panorama político alemán.
La campaña electoral estuvo sacudida por el regreso de Donald Trump al poder en Estados Unidos y el auge de la extrema derecha.
Trump calificó la victoria de los conservadores como “un gran día para Alemania y para Estados Unidos”.
“Al igual que en Estados Unidos, la gente en Alemania se cansó de la agenda sin sentido común, especialmente en energía e inmigración, que ha permanecido por tantos años”, dijo Trump en una publicación escrita en mayúsculas en su plataforma Truth Social. “Es un gran día para Alemania”, agregó.
El jefe de la OTAN, Mark Rutte, felicitó a Merz por su victoria y afirmó estar deseando trabajar con él “en este momento crucial para nuestra seguridad compartida”.
“Es vital que Europa dé un paso adelante en el gasto de defensa y su liderazgo será clave”, agregó en una publicación en la red social X.
Alemania afronta desafíos que sacuden su modelo de prosperidad e inquietan a la población.
El próximo gobierno se enfrentará a la recesión económica, las amenazas de una guerra comercial con Washington, así como la puesta en duda del “paraguas” estadounidense sobre el que contaba Alemania para garantizar su seguridad.
“Envíen una señal a favor de un cambio político urgente y necesario”, había escrito en X Merz.
Más de 59 millones de alemanes fueron llamados a votar hasta las 17H00.
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Clima tenso
Para Reinhardt Schumacher, que acudió a votar en Duisburgo, en el oeste industrial de Alemania, el ascenso de AfD “es una señal de alarma. Algo tiene que cambiar”.
Este jubilado de 64 años se niega a votar por este partido “demasiado radical”, pero señaló que no hay que “ignorar” las motivaciones de sus votantes.
La formación antiinmigración y prorrusa impuso sus temas durante la campaña, que se desarrolló en un clima tenso, pautado por varios ataques mortales llevados a cabo en las últimas semanas por extranjeros en el país.
El último se produjo el viernes. Un joven refugiado sirio es sospechoso de herir gravemente a un español en el Memorial del Holocausto en Berlín. Según las autoridades, quería “matar judíos”.
También influyeron en la campañas los decretos y declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump y la injerencia de su entorno a favor de la extrema derecha.
El vicepresidente estadounidense JD Vance y el multimillonario Elon Musk, asesor de Trump, apoyaron a AfD, aumentando la visibilidad del partido de extrema derecha.
“¡AfD!”, volvió a publicar Musk el sábado por la noche, en un mensaje acompañado de banderas alemanas.
Las elecciones anticipadas se celebraron además en la víspera del tercer aniversario de la invasión rusa de Ucrania, vivida como una conmoción en Alemania.
El conflicto puso fin al suministro de gas ruso y el país acogió a más de un millón de ucranianos. La perspectiva de una paz acordada entre Estados Unidos y Rusia “a espaldas” de Ucrania y de los europeos es otra de las preocupaciones.
Incertidumbre
Las distintas fuerzas políticas alemanas deberán formar una coalición para gobernar, lo que podría tardar semanas o meses.
Para ello, el bloque conservador CDU/CSU, que excluyó aliarse con AfD pese a un acercamiento parlamentario durante la campaña en el tema migratorio, deberá dirigirse al partido socialdemócrata (SPD) del jefe de gobierno saliente.
