Los pilotos de los cazahuracanes cruzan la pared de agua hasta el ojo del ciclón para recopilar datos, una ruta de vuelo arriesgada.
Nick Underwood, ingeniero de programas e integración del centro de operaciones aéreas de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) estadounidense grabó un vídeo desde el interior de uno de estos aviones cuando atravesaba el huracán Milton, en medio de fuertes turbulencias.
¿Cómo se acercan al ojo del huracán? ¿Y para qué?
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Estas son algunas respuestas.
Tripulación
Los dos aviones turbohélice Lockheed WP-3D Orion, apodados “Kermit” y “Miss Piggy”, examinan los cambios de viento y presión durante una misión de entre 8 y 10 horas, explica la NOAA en su página web.
A bordo de un avión viaja una tripulación básica de cinco personas: un piloto, un copiloto, un navegante (encargado se seguir la posición y el movimiento de la aeronave y de monitorear el radar), un meteorólogo (a cargo de los datos atmosféricos recogidos) y un experto que verifica la carga antes del vuelo y recopila y registra datos durante la misión.
Plan de vuelo
Los huracanes giran siempre en sentido contrario a las agujas del reloj en el hemisferio norte y en el sentido de las agujas en el hemisferio sur, explica la NOAA en una publicación.
Se forman alrededor de un área de muy baja presión atmosférica llamada el ojo, que suele tener entre 24 y 56 km de diámetro.
En el centro del ojo la velocidad del viento es casi nula, mientras que en la pared circundante los vientos pueden alcanzar más de 350 km por hora (kph).
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Las bandas en espiral que rodean la pared se extienden hasta el borde de la tormenta, lo que genera lluvias constantes.
El director de vuelo utiliza el equipo de radar del avión para determinar por dónde es más seguro atravesar la pared.
Su objetivo es adentrarse en perpendicular a la dirección del viento “sin entrar en las partes más extremas de la tormenta”, explica la NOAA.
Cuando la pared de agua pasa sobre tierra causa lluvias torrenciales, vientos destructivos y a veces rayos y tornados.
Una enorme marejada ciclónica empuja el agua hacia la costa y suele provocar cuantiosos destrozos.
¿Cómo recopilan los datos?
Según la NOAA, un experto lanza por la escotilla un tubo cilíndrico de peso ligero equipado con un paracaídas y un sensor meteorológico que mide la temperatura del aire, la humedad y la presión atmosférica. Transmite datos al avión.
Los cazahuracanes suelen lanzar más de 50 de esos sensores durante cada vuelo.
Otro instrumento importante es el batitermógrafo aerotransportado AXBT, que se suelta para medir la temperatura del mar a varias profundidades.
“Nuestra misión es salir y encontrar el centro exacto de la tormenta y determinar qué grande es el radio del viento y averiguar qué está sucediendo en el entorno de la tormenta, para transmitir esa información al centro de huracanes y ayudar a mejorar los pronósticos”, afirma un miembro de la Air Force Reserve Hurricane Hunters en un video subido esta semana a su página web.
“Actualmente los satélites son geniales, pero todavía falta mucha información que simplemente no podemos obtener a través de ellos. Por eso es muy importante para nosotros poder salir y tomar muestras en tres dimensiones de lo que está sucediendo en las tormentas”, explica.