Los accionistas de Tesla aprobaron este jueves el gigantesco plan de remuneración del fundador de la empresa, Elon Musk, así como el cambio de sede fiscal del fabricante, de Delaware a Texas, según los resultados de una votación en su asamblea general.
Este plan salarial, estimado en $56.000 millones en 2018 cuando fue validado por primera vez por los accionistas, fue anulado en enero por un juez de Delaware. Pero el directorio de la empresa decidió, en abril, someterlo nuevamente a votación en asamblea general este jueves.
El anuncio fue realizado por Brandon Ehrhart, secretario general de Tesla, ante varios cientos de accionistas reunidos en Austin (Texas) que aplaudieron y vivaron el resultado de la votación.
“Los adoro”, lanzó Musk en el lugar, con una sonrisa en el rostro.
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El magnate, director y fundador de Tesla, había asegurado antes que los accionistas de la empresa estaban apoyando por un “amplio margen” su millonario plan salarial.
La empresa hizo campaña para convencer a los accionistas de que aprueben nuevamente la iniciativa.
“Ambas resoluciones de los accionistas de Tesla están siendo aprobadas por amplios márgenes”, escribió Musk en su red social X.
“¡¡Gracias por su apoyo!!”, escribió el multimillonario en su mensaje publicado el miércoles por la noche.
Plan polémico
El plan de retribución a Musk, aprobado por la junta directiva de su empresa en 2018 por $55.800 millones, fue anulado a inicios de 2024 por un tribunal de Delaware, que falló ante una querella de un accionista individual que alegaba que el magnate había dictado sus condiciones al consejo, que no era lo suficientemente independiente.
El acuerdo preveía que Elon Musk recibiera acciones de Tesla en función de la consecución de una serie de objetivos a lo largo de diez años.
Las acciones de Tesla llegaron a subir más de 7% durante la jornada y cerraron con ganancia cercana al 3%.
En un intento de fomentar la participación, Tesla anunció una especie de sorteo, en el que 15 inversores ganarían un recorrido por la planta de Tesla en Austin, Texas, guiado personalmente por Musk y el diseñador de automóviles Franz von Holzhausen.
Aguas divididas
Antes de los resultados oficiales, los analistas de Wedbush señalaron en una nota: “Descorchen el champán, para Musk”.
“Pensamos que el voto masivo de los pequeños accionistas en favor de las dos resoluciones fue crucial para su aprobación, a pesar de la oposición de algunos grandes accionistas institucionales”, añadieron.
Los accionistas individuales representan alrededor del 40% del capital en bolsa de la empresa.
A algunos analistas e inversores les preocupaba que un eventual rechazo a la megapaga para Musk le hiciera desviar su atención hacia otras de sus empresas, como SpaceX, X, xAI o Starlink, en detrimento de Tesla.
“Tesla es mejor con Elon. Tesla es Elon”, afirmaba Ron Baron, número uno de Baron Funds, quien invirtió unos 3.000 millones de dólares en acciones del fabricante. “Elon cumplió con su contrato. Elon se ganó su salario”.
Consultados por la AFP, Vanguard, el mayor inversor individual con 7,23% del capital de Tesla a fines de 2023 rechazó revelar su voto, y el fondo BlackRock, el mayor del mundo y segundo inversor en Tesla, con 5,9% del total, no respondió.
Según The Wall Street Journal, el primero votó en contra de plan en 2018 y el segundo a favor.
El fondo de pensión de los docentes de California (CalSTRS), uno de los mayores de Estados Unidos, votó en contra de un plan calificado de “ridículo” por su director de inversiones, Chris Ailman.
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Asimismo, el fondo soberano noruego, NBIM, el mayor del mundo con 0,98% del capital accionario de Tesla a fines de 2023, también se oponía, al igual que en 2018.
La acción de Tesla valía $20,70 en Wall Street la víspera de la asamblea de accionistas en 2018, y ahora se cotiza por encima de los $177.