Se dice que las estrategias proveen una dirección general para una iniciativa.
Una estrategia es menos específica que un plan de acción, trata de contestar, de manera general, a la pregunta "¿Cómo llegaremos ahí desde aquí?".
Una buena estrategia debe tomar en cuenta las barreras y recursos que existen, como la gente, el dinero, el poder, los materiales y otros factores anexos. También debe considerar la visión general, misión y objetivos de la empresa y la iniciativa.
Los objetivos delimitan las metas de una iniciativa como también el éxito que le gustaría lograr al conseguir la visión y la misión. En contraste, las estrategias sugieren la trayectoria a seguir en ese camino.
En otras palabras, las estrategias le ayudan a determinar cómo va a realizar la visión y objetivos a través del difícil mundo de la acción.
Instinto frente a análisis, arte frente a ciencia, la estrategia no es exacta como un programa de computadores, pero tampoco es suerte. Diseñar y construir una estrategia es, al mismo tiempo, una actividad exigente y divertida a nivel intelectual.
Sin embargo, se acepta que es mucho más fácil reconocer una buena estrategia cuando se ve ya hecha que hacer una.
No hay libros que nos digan cual es la estrategia perfecta, incluso, hay quienes estructuran grandes estrategias pero al llevarlas a cabo no funcionan. Es cuestión de integrar conocimiento y una práctica inteligente, de esta manera se puede llegar a muy buenos resultados.
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Antes, los grupos de planeación y los ciclos de planeación fueron la "manera incorrecta de hacer lo correcto" y la manera correcta de hacerlo debería ser hacer lo contrario a lo que estos muchas veces hacen, esto es descentralizar la estrategia y responsabilizar a cada unidad de negocios.
Los especialistas o consultores deben ser facilitadores, no los actores más importantes; la estrategia se debe diseñar solo cuando es necesaria y siempre es mejor cuando se desarrolla con rapidéz.
Se dice que la estrategia debe ser simple y fácil de comunicar sin condicionar premios al éxito de la misma.
En términos sencillos, la estrategia significa lo que tratamos de hacer, sin embargo, hay que reconocer que la palabra estrategia últimamente ha perdido valor ante otras palabras de moda relacionadas, como el empoderamiento y la innovación, que siempre necesitarán de una buena estrategia antes que nada.
Es ahí donde surge la importancia de un pensamiento inteligente, que debe ir más allá de las palabras de moda y buscar el verdadero valor de la estrategia, ya que de la estrategia dependen los ingresos y la diferenciación de una empresa.
Se puede definir a la estrategia como la suma de todas las decisiones, correctas o equivocadas, que determinan el futuro y producen resultados buenos a malos.
Se debe identificar la diferencia entre la estrategia de acción con un plan estratégico general.
Esto tal vez se pueda entender mejor con este ejemplo: Convertirse en número uno, no es la estrategia, puede que sea el plan estratégico general; la estrategia de acción, contiene todas las decisiones que conducen a ese futuro.
Aunque a ciencia cierta el objetivo de toda empresa es conseguir resultados favorables, eso se logra solo con la diferenciación.
Pero es importante que sepa algunas cosas sobre la estrategia:
- La estrategia es el único camino por el cual la organización genera valor.
- Menos del 10% de los planes estratégicos tienen éxito.
- En el 70% de los casos, el problema se debe a una mala estrategia o a una mala ejecución.
- Las estrategias pueden variar pero no las herramientas para su medición.
- Se estima que el equipo gerencial ocupa menos de una hora al mes a la estrategia.