Uno de los grandes retos después de que se planea algo, es la ejecución. Esto ocurre tanto a nivel personal como organizacional.
¿Por qué después de que planeamos realizar un proyecto, iniciativa o actividad a veces nos cuesta tanto pasar a la acción? Hay varias razones por las que esto ocurre y es importante prestarles atención:
1 Nuestro cerebro. Cuando planteamos proyectos muy complejos y queremos abarcar todo, nuestro cerebro de manera natural se resiste. Es importante descomponer el problema o iniciativa en partes de manera que sea más fácil y realista su abordaje, de lo contrario lo veremos tan complejo que nos costará iniciar y ver avances, lo cual es parte de la motivación.
2 Motivación. Los seres humanos buscamos el beneficio que obtendremos al realizar algo, de lo contrario nos cuesta accionar. Identifique cuál será el beneficio, personal, de equipo o para la organización. Recuerde que esta percepción puede ser muy personal, es por esto por lo que es importante en una empresa involucrar a todos los que participarán en la implementación de un plan. La motivación no viene porque alguien lo dice. Para comprometerse con algo, debe haber consonancia entre lo que se piensa y lo que se siente, de lo contrario el compromiso con la ejecución será difícil.
3 Lo perfecto es enemigo de lo bueno. Hay que permitirse iniciar e ir corrigiendo en el camino. Cuando se avanza hay una sensación de satisfacción. Querer todo perfecto desde el inicio, muchas veces paraliza. Crear sistemas de medición muy complejos que nadie entiende hace muy difícil que la gente se comprometa y vea el resultado de su esfuerzo. Avance y mantenga todo lo más simple posible. Lo simple no es sinónimo de malo o poco robusto, es sinónimo de practicidad.
A nivel individual, cuestiónese qué le impide ejecutar. ¿Le sucede en el trabajo, a nivel personal o en ambos? Tómese un tiempo para identificar la causas, pero lo más importante, tome acción.
Para los líderes la ejecución es un reto constante, pero hay ciertas prácticas claves para lograrlo: empodere a su equipo, déjelo tomar decisiones, respete las agendas y prioridades, celebre los avances, apoye a su equipo cuando lo necesite, brinde los recursos necesarios, corrija de inmediato.
Recuerde que los líderes deben tener una visión de largo plazo, pero ir ejecutando en el corto plazo. Al avanzar hay motivación y esta promueve la ejecución. Es un círculo virtuoso de gran impacto.