En las empresas, la palabra coaching se usa casi siempre para referirse al profesional quien desarrolla esa disciplina, pero pocas veces se menciona desde la perspectiva del líder.
"Un buen líder tiene que ser un buen coach", afirma Miguel López, director de Aden International Business School, en su sede de Costa Rica.
"No es casualidad que la mayor parte de las empresas de la revista Fortune usen el coaching en sus planes para desarrollo de ejecutivos", agrega López.
De igual forma, en el 2011, el estudio realizado por Google, El buen jefe, arroja que un buen líder debería ser, ante todo, un buen coach, tras una 10.000 directivos de su compañía
Efectivamente, el perfil de un líder ha evolucionado en medio de cambios económicos, crisis e incertidumbre en el mundo de los negocios.
"Para lograr sus objetivos, el directivo actual debe cambiar el modo cómo lidera sus equipos y desarrollar habilidades propias de un coach”, señala López, en entrevista dada a la sección El Empleo de La Nación.
"Agregó que un buen líder practica habilidades de coaching partiendo de actitudes positivas, centradas en cuatro aspectos:
1. Lograr empatía con sus colaboradores.
2. Captar la expresión completa de los otros, no solo sus palabras, si no también su cuerpo y sus emociones; conversar de forma que se obtengan compromisos concretos y específicos.
3. Sacar lo mejor del talento de cada uno para ponerlo a disposición de los otros.
"El directivo de éxito sabe transmitir los objetivos de la empresa y, al mismo tiempo, logra que su equipo los absorba y tome acción en torno a ellos; esto le permite tomar decisiones más claras porque se sitúa mejor en la realidad y visualiza mejor los objetivos que desea alcanzar", explicó el experto.
"A partir de ahí, la responsabilidad del equipo ayuda a adoptar un compromiso, muy fuerte, en la consecución de sus objetivos", añadió.
Para emplear habilidades de coaching, el líder necesita aplicárselas a sí mismo, primero, en un proceso de autoliderazgo.
"Algunas personas son más conscientes de sus debilidades y, en una toma de conciencia personal, desarrollan habilidades para aprender del mundo de los otros", dijo López.
"Esto puede incluir mejores habilidades de cuestionamiento, capacidad de escuchar y de guardar silencio y, sobre todo, no ser reactivo para, antes de gritar, tener calma”, añadió.
A modo de conclusión, López resaltó que el liderazgo es una mezcla de saber inspirar y saber apoyar: "Un buen líder es un buen coach", subrayó.