No ignore la retroalimentación de las señales no verbales
En un mundo ideal, sus compañeros de trabajo deberían dar opiniones críticas directas y honestas. Sin embargo, si no son comunicativos, muchas veces se puede dar cuenta de lo que realmente piensan si observa sus señales no verbales. Aprenda a leer las expresiones faciales y el lenguaje corporal para entender cómo se entienden sus palabras y acciones. Cuando la gente baja la mirada o evita el contacto visual con usted, cuando un compañero que normalmente es participativo está callado, o cuando un colega ecuánime se porta a la defensiva, ponga atención y haga observaciones amables. Podría decir: “Dígame cómo interpretar su silencio” o “Me preocupa que algo que dije no le haya gustado, ¿es cierto?”. Estas frases y preguntas respetuosas invitan a los demás a ser más abiertos acerca de sus reacciones hacia usted, lo que puede ayudar para hacer ajustes importantes a su comportamiento y para que crezca la confianza entre sus colegas y usted.
Adaptado de “4 Ways to Get Honest, Critical Feedback from Your Employees”, por Ron Carucci”.
Comience una rutina de atención plena y logre una mejor concentración
A veces parece imposible mantenerse concentrado en el trabajo. La práctica de la atención plena puede ayudar. Los estudios han demostrado que la gente que tiene una rutina de meditación de atención consciente está menos distraída y se concentra mejor. Desarrolle su propia rutina programando tres sesiones de diez minutos de atención plena a lo largo de su día. Deje todo de lado —cierre su correo electrónico y la puerta de su oficina o de una sala de juntas— y enfoque toda su atención en su respiración. No trate de controlarla; solo sienta la aspiración completa y la expiración total. Por supuesto, su mente va a divagar: es normal. No se juzgue por estos pensamientos desenfrenados. Simplemente, redirija su atención de vuelta a su respiración y comienza de nuevo con la siguiente inhalación. Es el acto de regresar su atención al punto focal lo que fortalece al circuito cerebral de la concentración y a la larga le ayuda a controlar mejor su atención.
Adaptado de “Here’s What Mindfulness Is (and Isn’t) Good For” por Daniel Goleman.
Los comentarios al trabajo creativo deben mostrar el camino, no exigir cambios
Dar retroalimentación es complicado, en especial para trabajo creativo, para el que “bien” puede ser subjetivo. La próxima vez que tenga que dar su opinión sobre un material de trabajo creativo, como un prototipo de diseño o una maqueta de página web, comience dejando claro que su opinión es solo eso: una opinión.
—Utilice pronombres de primera persona (yo, a mí y mi) y enunciados descriptivos como “Lo que yo veo es…”, “lo que me llama la atención es…” o “mi opinión es…”.
—Aclare que su retroalimentación tiene el propósito de establecer caminos potenciales para el proyecto, y no una vía específica o “correcta” que debería seguir.
—Enfóquese en mostrar el rumbo, no solo en las críticas. Aunque debería ofrecer retroalimentación detallada sobre lo que considera que funciona o no, no entre en demasiados detalles.
La discusión debe abrir la brecha para que algo nuevo surja, algo que ni usted ni el creador podrían haber anticipado.
Adaptado de “How to give and receive feedback about creative work”, por Spencer Harrison.
No deje que el estrés le lleve a tomar malas decisiones
Es difícil pensar con claridad cuando está bajo estrés. Su presión arterial y su pulso suben, la adrenalina y el cortisol inundan su cuerpo, sus instintos de supervivencia comienza a trabajar… todo esto interfiere con su poder de decisión. Para evitar tomar malas decisiones cuando está estresado, ponga mucha atención a sus síntomas físicos. Todos tenemos un vigía interno que nos ayuda a monitorear nuestras reacciones. Acceda a esa parte de su mente y observe si hay sensaciones físicas o emociones que indiquen si su nivel de estrés está en aumento: una opresión en el estómago, o bien una sensación de ansiedad o pánico. Al darse cuenta de estas reacciones, puede reprimir respuestas impulsivas. Por ejemplo, cuando recibe un correo electrónico molesto y se das cuenta de que provocó enojo, puede retrasar la respuesta hasta que se haya calmado. Utilice a su vigía para reconocer estos impulsos antes de reaccionar ante ellos.
Adaptado de “Manage your stress by monitoring your body’s reactions to it”, por Erica Ariel Fox.
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Antes de negociar, reflexione sobre qué cosas no sabe
Las negociaciones se ganan con la preparación. Una parte clave es descubrir qué información relevante no tiene. Por supuesto, necesita investigar a su contraparte, su organización y contexto, pero piense en qué detalles podrían ser útiles. Elabore una lista de preguntas para su contraparte, de manera que cuando conteste le ayude a desentrañar soluciones novedosas y a proponer un acuerdo que atienda las necesidades de todos. Por ejemplo, podría preguntarle a la persona sobre en qué otras transacciones está involucrada, los objetivos a largo plazo de su empresa, o las razones por las que su compañía necesita sus servicios. Además, tome en cuenta qué información de su parte podría requerir la otra persona. Acuda a la negociación con un estado mental inquisitivo. Admitir que el otro tiene más información que usted puede ser inquietante, pero también puede conducir hacia nuevas posibilidades. El descubrimiento de nuevos datos —en ambos lados de la mesa— ofrece oportunidades para llegar a soluciones creativas.
Adaptado de “The most overused negotiating tactic is threatening to walk away” por Jay A. Hewling.