Además de apuntalar sus negocios de bajo crecimiento en Estados Unidos y Brasil –mercados donde enfrenta una contracción de los volúmenes de cerveza– y defenderse de una creciente competencia de cervezas artesanales y licores, AB InBev enfrenta una serie de desafíos vinculados con la adquisición.
Como parte del acuerdo, SABMiller venderá el 58% que tiene en MillerCoors LLC (su empresa conjunta en EE.UU.) a su socio, Molson Coors Brewing Co., que posee la participación restante, así como el portafolio de Miller fuera de ese país, por $12.000 millones. La desinversión, que depende de que se complete la transacción entre AB InBev y SABMiller, catapultará a Molson al segundo lugar en el mercado cervecero de EE.UU., con una cuota de 25%, después de AB InBev, que posee 45%.
Incluso, después de la venta de MillerCoors, el grupo resultante de la combinación de SABMiller y AB InBev venderá más de 30% de la cerveza de todo el mundo, con marcas como Budweiser, Corona, Stella Artois, Grolsch, Águila y Peroni.
Exane BNP Paribas indica que la empresa combinada será el fabricante líder de productos de consumo por ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización, así como la tercera mayor por ventas, después de Procter y Gamble Co. y Nestlé SA.
Además de obtener la aprobación de los reguladores estadounidenses, la adquisición –que se espera que finalice en el II semestre de 2016–, también necesita el visto bueno de la Unión Europea, Sudáfrica, Australia e India, pero uno de los mayores obstáculos lo tendrá en China, donde las dos cerveceras combinadas controlan una porción importante del mercado.
Carlos Brito, CEO de la compañía, no ofreció detalles de si AB InBev podría ser obligada a vender la participación de SABMiller en una empresa conjunta que posee con China Resources Enterprise Ltd. y que produce Snow, la cerveza más vendida del mundo.
Brito no explicó cómo manejará AB InBev operaciones de embotellamiento para los gigantes de las gaseosas Coca-Cola Co. y PepsiCo Inc. tras la adquisición de SABMiller.
De caerse el acuerdo, AB InBev tendría que pagar $3.000 millones a SABMiller.
Robert Ottenstein, analista de Evercore ISI, señala que la operación enfrenta riesgos en África, donde AB InBev tiene poca experiencia, si bien esto podría ser mitigado si logra retener ejecutivos clave como Mark Bowman, director gerente de SABMiller para África, quien ha ocupado este cargo por muchos años.
Brito afirmó que es "un momento excelente" para ingresar a África, al recalcar que se vaticina que los volúmenes de cerveza en el continente crezcan entre 2014 y 2025 al triple del ritmo que en el resto del mundo.
AB InBev aseveró que espera lograr al menos $1.400 millones en ahorros de costos antes de impuestos para el fin del cuarto año tras el cierre de la transacción, provenientes de segmentos como obtención de suministros, empacado y embotellamiento, así como la eliminación de sedes. Además, AB InBev no adquirirá nada en Estados Unidos tras la aprobación de la operación, aseguró Brito.
El acuerdo para vender la participación de SABMiller en MillerCoors era esperado por muchos y considerado un paso necesario para obtener el visto bueno de los reguladores. El presidente ejecutivo de Molson Coors, Mark Hunter, dijo que el acuerdo para comprar el resto de MillerCoors, es "una oportunidad que cambia el juego para Molson Coors".
MillerCoors generó el año pasado $7.850 millones en ventas, casi el doble de la facturación neta de Molson Coors, de $4.150 millones.