¿Se imagina una organización comercial que reúna altos ejecutivos con ansias de dejar un legado a la sociedad y millennials interesados en cambiar el mundo, a la vez que resuelve problemas sociales? Esa es la oportunidad que presentan las empresas sociales.
Se trata de estructuras comerciales que venden, compiten, invierten, tributan, pagan salarios competitivos, desarrollan a su personal, atraen talento, innovan, crecen, pero no generan dividendos para sus accionistas, sino que el 100% de sus ganancias se reinvierten en el negocio.
Ya en Costa Rica hay casos de éxito de empresas que nacieron con carácter social y otras que surgieron del giro de negocio de empresas tradicionales.
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En febrero, la consultora británica Anne Salter estuvo en el país para conocer los avances costarricenses en este campo y asesorar a empresas sociales actuales y potenciales.
La visita se dio en el marco del proyecto de la Federación de Organizaciones Sociales (FOS), que se concentra en el fomento a la exportación y esta es parte de la entrevista que brindó a EF.
¿Cómo se pueden relacionar las empresas tradicionales con las empresas sociales?
Hay varias maneras en las que se relacionan. Lo que estamos trabajando en el Reino Unido es que las empresas tradicionales compren empresas sociales, que entiendan el valor adicional que puede tomar para la comunidad si compran de las empresas sociales.
Un negocio de modelo tradicional puede crear empresas sociales. ¿Cuáles son las vías para hacerlo?
Sí puede. Los procedimientos dependen de las formas legales.
“Pero el objetivo siempre es crear una organización independiente. Por lo general, son proyectos relacionados con el sector original del negocio, donde tienen conocimiento. Aquí, en Costa Rica, tienen el caso de Florida Ice and Farm Company (Fifco) y su empresa Nutrivida.
“En Costa Rica, no hay legislación específica para la creación de empresas sociales, entonces se puede recurrir a una organización no gubernamental (ONG) que desarrolle una unidad de negocios dentro de su personería jurídica y la constituya como una empresa social.
“Otra vía es hacer una sociedad anónima y establecer en los estatutos que esta empresa no va a repartir dividendos entre sus socios, si no que las utilidades van a ser reinvertidas en el objetivo social de la empresa que se constituyó”.
Si una organización quiere invertir en desarrollo social, ¿cómo se diferencia una empresa social de otras iniciativas, como ONG y fundaciones?
Estas otras organizaciones no tienen fines de lucro, no generan ganancias. Además, no hacen comercio, no tienen impacto directo en la economía.
“Otra diferencia es de dónde vienen sus ingresos, pues al no generarlos, la mayoría de las veces dependen de donaciones o fondos internacionales.
“Además, en Costa Rica también es fuerte la presencia de empresas grandes y sostenibles, con triple cuenta de resultados (triple bottom line).
“Esas empresas generan lucro, hacen comercio y al mismo tiempo tienen un impacto social. Pero, en estos casos, el lucro es muy importante y deben generar dividendos para sus accionistas, en lugar de dirigir ese dinero a la generación de más beneficios sociales, por eso no pueden definirse como empresas sociales”.
¿Quienes invierten en una empresa social recuperan su inversión?
Sí, la recuperan. Lo que no se hace es generar dividendos, porque las ganancias se reinvierten. Pero la empresa debe pagar salarios competitivos y compensaciones de acuerdo con el mercado.
“Aunque también se puede comenzar con donaciones, como capital semilla, para que la organización arranque”.
¿Las empresas sociales son una nueva forma de aplicar el capitalismo?
Pues sí. Es de ambos lados (de las ideologías políticas). Por un lado, usan los mecanismos del mercado para el bien de la comunidad. Por otro lado, tenemos muchas ONG haciendo buen trabajo ahora y que quieren buscar sostenibilidad, por eso tienen que diversificar sus ingresos.
“En el Reino Unido, se dice que es tomar lo mejor de la izquierda y lo mejor de la derecha para ponerlo en el centro, al servicio de la sociedad”.
¿Qué tipo de personas pueden verse atraídas por las empresas sociales?
Está la parte de la población que tiene tanta experiencia y la quieren usar para terminar su carrera con un legado social, pero también para los millenials , que quieren un trabajo que haga el bien.
“Las empresas sociales pueden dar una ruta para las personas con experiencia y habilidades en administración, que es muy importante para desarrollar con éxito las ideas. Pero también ofrecen la experiencia para hacer carrera.
“El sector de ONG tiene esta imagen de que no tiene dinero para invertir en el desarrollo de las personas, pero las empresas sociales tienen que funcionar como empresas, tienen que funcionar en el mercado y tienen que desarrollar las capacidades de sus empleados.
“Para los jóvenes, trabajar en una empresa social, es un buen arranque, porque necesitan esa experiencia real y que ayude a su carrera”.
¿Cuál es el potencial real de crecimiento del sector?
En el Reino Unido, en 15 años se han creado más de 70.000 empresas sociales que generan más de un millón de empleos y aportan a la economía por encima de 1.000 millones de libras esterlinas. El 14% de ellas exporta.
“Ahora el tema está de moda, así que hay oportunidades en todo el mundo”.