2019 no será un año fácil. Los administradores y empresarios se deberán mover entre una nueva coyuntura tributaria y un entorno económico que será cuidado desde Hacienda y el Banco Central, para mantener estabilidad, mientras se sigue arrastrando una situación fiscal compleja –el déficit no se esfumo con la reforma–. Se le suma a esta situación la crisis nicaragüense, cuyo impacto en Costa Rica es político y humanitario pero también económico.
Además, las presiones sociales seguirán. El Gobierno comenzó a trabajar en un tema muy sensible: el tamaño del Estado y los beneficios de los trabajadores públicos; eso traerá nuevas complicaciones y será necesario entender las expectativas y sortear las que sean negativas.
La gestión de negocios, con ánimo de crecer y no de sostener, debe entonces orientarse bajo tres pilares. El primero es la prudencia, pero no pesimismo, para hacer apuestas nuevas. El segundo pilar es la atención a las nuevas acciones del Gobierno, incluida la gestión del Banco Central y el manejo del tipo de cambio, y, sugiero yo, el respaldo a las acciones del Ejecutivo, como buenos ciudadanos corporativos, en la medida en que creamos que aportan al país. El tercer pilar lo resumo en una palabra: innovación.
La innovación no es inventar productos aunque ciertamente la disrupción digital nos da oportunidades extraordinarias para la creatividad. Tiene que ver con implementar estrategias rompedoras en razón de un objetivo estratégico y entonces se diseñan y lanzan productos y proyectos que logren ese objetivo. También pasa por una estructura de trabajo diferente, en que haya procesos ágiles, en que vigilemos qué hace la competencia y tomemos medidas para mantener o mejorar la posición; además, que definamos alianzas claves y potenciemos las habilidades del equipo.
Estos cambios no son exclusivos de las empresas grandes y maduras. El enorme universo de pequeñas y medianas empresas puede y debe atreverse a generar estrategias de negocios sustentadas en la innovación. Hay mucho escrito, público y disponible. Seleccionar los materiales correctos e implementar una dinámica de estudio es parte de lo que puede hacer el líder de una pyme. No todo pasa por un asesor, aunque claro, siempre ayuda la guía y el empuje de un experto.
Frente a la coyuntura de Costa Rica, atrevernos a mejorar y cambiar es ser un buen ciudadano. Lo resumo: prudencia con decisiones inteligentes sustentadas en la innovación.
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