Confianza es uno de los términos más utilizados en las empresas. De hecho, estudios han confirmado que la confianza es la base para desarrollar excelentes lugares de trabajo.
La Real Academia Española, en su primera definición, dice que es: “esperanza firme que se tiene de alguien o de algo”.
Por otra parte, también es un valor y por lo tanto genera comportamientos.
Entonces en términos prácticos, ¿como podemos vivir la confianza más allá de lo que nos dicen los libros o las buenas prácticas?
1. Cumplir lo que prometemos: esto está relacionado con la integridad, es decir hacer lo que dice.
2. Permitir los errores: Si hay algo que disminuye la confianza es la poca tolerancia a los errores. Si se vive con temor a equivocarse, no se promueve apertura ni innovación.
3. Empoderar: Cuando empodero, confío. Es decir, enseño y acompaño y le recuerdo al otro que estaré ahí por si me necesita, pero es la otra persona quien se hace responsable del proceso y el resultado.
4. Hacerse a un lado: Está relacionado con el anterior, pero de una manera más evidente. Quiere decir dejar que otros brillen, que asuman, que tropiecen, que aprendan sin que necesariamente yo esté presente.
5. No hay que ver para creer: En este mundo cada vez más virtual y donde el teletrabajo cobra mayor auge, es casi un espejismo pensar que para que la gente de buenos resultados, necesito estar a su lado, para supervisar lo que hacen. Si bien es cierto el contacto personal es absolutamente necesario, el enfoque debe ser hacia el desarrollo y no hacia la supervisión.
6. Ser humilde: Aceptar que otros saben más que yo, que no tengo todas las respuestas y confiar que los otros pueden ayudarme a aprender.
7. Contacto humano: No puede haber confianza si no conozco al ser humano que está trabajando conmigo, sus gustos, sus problemas, sus necesidades.
Cuando confiamos crecemos y hacemos crecer a otros y el impacto en las organizaciones es muy alto. Como sabemos, la confianza se cultiva y es en ambas vías, no se puede solo pedir, hay que ganarla y mantenerla.