Los gerentes que tienen la costumbre de estar disponibles durante sus vacaciones corren el riesgo de convertirse en saboteadores de su tiempo libre e, incluso, de su desempeño, pues el descanso es clave para mantener niveles de excelencia en la dirección.
Algunos profesionales en recursos humanos y coaching afirman que el irrespeto a los espacios individuales (o familiares) es tan serio para su trabajo como un incumplimiento en su agenda laboral.
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“Póngase a pensar si usted tiene una reunión con su cliente más importante y lo llama otro cliente importante para una reunión urgente, ¿cancelaría la primera? Seguro que no, le daría otro espacio al segundo cliente. Lo mismo debe suceder con usted mismo, su tiempo de calidad y relaciones, ese debería ser su ‘cliente más importante’”, afirma Iván Esquivel, regional country manager de CA & Caribe de la escuela internacional de coaching Tisoc.
Es posible que las altas jefaturas argumenten la imposibilidad para desconectarse del todo, sobre todo en ciertas coyunturas o épocas, así que la clave estará en la búsqueda permanente del equilibrio.
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Disponibles pero sin trabajar
La executive coach Ligia Olvera asegura que las vacaciones son importantes en un rango de áreas que va desde el mantenimiento de las relaciones familiares y sociales hasta el cuido de la salud.
Sin embargo, la especialista reconoce que existen situaciones que dificultan el disfrute del tiempo libre, así que da una lista de recomendaciones para aumentar las posibilidades de éxito de sus vacaciones:
• Conociendo el negocio, irse cuando se sabe que en general es una época estable, o baja.
• Irse cuando se sabe que las personas claves pueden cubrir su ausencia.
• Aprender a tener autocontrol para dejar de estar revisando correos.
El secreto está en que la búsqueda de esas condiciones ideales no se convierta en excusa para posponer indefinidamente su espacio para el descanso.
Alexánder Aguilar, director de la firma consultora Humano, enfatiza la necesidad de sacar provecho a la tecnología para poder dedicarse tiempo, incluso en momentos menos ideales.
“Un alto ejecutivo o gerente puede irse de vacaciones y dejar claro en la oficina que ante una circunstancia especial y de solución urgente pueden llamarle o enviarle un mensaje por WhatsApp. Una llamada de cinco minutos o una conversación de texto corta difícilmente le cortará su descanso o diversión”, asegura.
De seguido, Aguilar aclara que esta medida es recomendable siempre que no se convierta en interrupciones constantes, tres o cuatro veces al día, porque de ser así, no se desconectará de sus obligaciones y más bien será un gerente trabajando desde la playa o la montaña.
“Se trata de colocar el foco de atención del cerebro en otras actividades. Las vacaciones son tan serias como mi trabajo, son tan importantes como mi oficina”, subraya Aguilar, de Humano.
Otras recomendaciones generales incluyen designar una única persona responsable del contacto en caso necesario, dejar mensajes de fuera de la oficina con información de contacto de esa persona y fijar un horario diario de consulta para correos y llamadas, del cual esté informado su contacto, y respetarlo con la mayor rigurosidad posible.
Una vez diseñadas y aplicadas las reglas laborales, se hace necesario pensar en el contenido del tiempo vacacional.
Amado Sánchez, strategy managing partner de la consultora Dilectus, recomienda concentrarse en actividades distintas de las cotidianas, siempre dejando espacio para el descanso y aportando una buena actitud.
“La generación de experiencias nuevas o no tan comunes que generen emociones positivas es la forma de crear memorias positivas y de largo plazo. La memoria se considerara positiva o negativa de acuerdo con las últimas emociones del evento. Es decir, se debe tratar de terminar con una nota positiva las vacaciones. Además, deben acabar con al menos un día de descanso antes de volver al trabajo”, asegura.
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Consecuencias claras
Aunque el sabotaje de las vacaciones puede parecer un tema menor, sobre todo si la empresa está en una época de alta demandan o en medio de negociaciones relevantes, la realidad es que eliminar el tiempo de descanso anual siempre es mala idea.
“Las principales consecuencias son que la persona no se desliga e, incluso, puede ser peor la sensación de impotencia al no poder estar, responder o ejecutar. Además, en términos de relaciones de pareja y familiares, el no respetar las vacaciones puede incidir en la calidad de la comunicación y en el tipo de vínculo que se genera con las personas que son importantes para nosotros”, advierte Olvera.
En el campo laboral, dejar de lado los días libres se puede considerar síntoma de otros males mayores, sobre todo en el manejo del liderazgo.
Aguilar señala que los equipos de trabajo de alto rendimiento deben desarrollar la capacidad de entrar en etapa de autodirección en ausencia de un alto ejecutivo o gerente.
“Estos equipos de trabajo saben lo que tienen que hacer si la figura superior no está, ya sea por gira de trabajo, incapacidad o vacaciones. Cualquier miembro del equipo asume el control para determinado proyecto y todos lo siguen, intelectual y emocionalmente, hasta terminarlo”, enfatiza.
En estos equipos autodirigidos, el gerente vigila y coordina, por lo que su ausencia no tiene impacto negativo.
Cuando el equipo no logra este funcionamiento, es señal de que hay mucho trabajo por hacer en el desarrollo y empoderamiento de sus reportes directos.
Sánchez afirma que si un gerente no toma vacaciones porque no confía en su equipo o por considerarse imprescindible, significa que ha fallado en armar un equipo.
“Esto es poner en peligro la compañía, ya que si depende de una sola persona, quiere decir que está sentenciada a morir cuando esa persona no este”, advierte.