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Kaizen es una palabra japonesa que se traduce cambio bueno, pero más que eso es una metodología de trabajo que busca un mejoramiento con impacto en la rentabilidad, la liquidez y el crecimiento de la organización.
De acuerdo a la filosofía del país nipón, el cambio cuesta, pero es algo sagrado para la vida de los seres humanos. Por eso, el primer paso para aplicar sus metodologías es romper paradigmas.
"Hay grandes empresas que ya han entendido la importancia de invertir en este tipo de metodologías, pero en las pymes aún es incipiente. Cualquier tipo de empresa podría implementar prácticas de mejora continua pero algunas lo consideran un gasto y no una inversión, porque no comprenden dónde está el impacto de la mejora", asegura Alfonso Estepa, asesor del Competitive Capabilities International para Latinoamérica.
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Polyuprotec, empresa que presta el servicio de galvanizado por inmersión en caliente a estructuras de hierro o acero, es una de esas pymes que, en poco tiempo, ha percibido grandes beneficios.
"Con la implementación de la metodología Kaizen, logramos que el personal se profesionalice, desde el léxico hasta la gestión del proceso y los desperdicios. Las ideas vienen del equipo de trabajo que todos los días está pensando en cómo mejorar su puesto y sus funciones.
Una frase constante que tenemos en los operarios es "hoy hago más y me canso menos", comenta Guillermo Beltrán, gerente de la compañía.
En su opinión, se trata de ir a la base de los procesos e identificar qué es lo que los operarios están haciendo, cómo lo hacen, cuánto tiempo destinan y qué desperdicios hay. "Es un tema de persistencia, y si no es así, no se llega. Hay que estar apoyando a todas las áreas para que haya resultados porque, en el fondo, es hacer una autocrítica de la organización y la gerencia debe estar atenta al proceso y a los resultados mensuales", afirma.
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Aplicando el método
"Cuando la empresa no tiene identificadas sus pérdidas, o cómo va a medir la mejora, es posible que no se logren resultados. Es importante que las prácticas de mejora continua generen beneficio a dos actores principales: consumidores y accionistas", dice Alfonso Estepa, asesor del CCI Latinoamérica.
Para él, existen tres grupos de herramientas de mejora continua: la reducción de variabilidad, la mejora del flujo de producción y el gerenciamiento de las restricciones de la empresa. "Se es más competitivo en la medida que se tiene un mejor nivel de servicio, utilidad y liquidez", señala Estepa.
Al implementar la metodología Kaizen se distinguen las actividades que agregan valor de las que no lo hacen. Si se ven los procesos de esa manera, la concepción cambia y estos se vuelven más cortos, ya que se elimina todo aquello que genera pérdidas de tiempo, dinero o eficiencia.
Al respecto, Edgar Hoyos, country manager del Kaizen Institute Colombia, explica: "el precio de venta, que está compuesto por los costos operacionales y el beneficio, lo pone el mercado y en ese ajuste, se castiga la utilidad. Kaizen es una metodología que busca poner la atención en los costos operacionales para reducirlos y hacer que la mejora impacte esa utilidad".
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Otra herramienta para incrementar la productividad y competitividad de las empresas es la tecnología.
Grupo Logis es un ejemplo de ello. Esta pyme ha desarrollado una cultura de innovación generando una diferencia en la relación de clientes y colaboradores. Su app móvil permite autogestionar solicitudes y consultas laborales de manera simple y práctica; allí, los trabajadores tienen la opción de descargar en su celular su comprobante de pago, certificado de ingresos, historia laboral, noticias, entre otros.
Por su parte, las empresas que son clientes de Grupo Logis pueden explorar las hojas de vida de sus colaboradores, entre otras posibilidades.
"La inversión constante en actualización tecnológica nos permite transformar la gestión de diferentes puntos de la cadena de valor, logrando ser más productivos en nuestros procesos", comenta María Juliana Gómez, directora de Comunicaciones y Marketing de Grupo Logis.
