1. Exprésate bien sobre tus colegas siempre que puedas
Ya sea que nos demos cuenta o no, constantemente tenemos pequeñas oportunidades de engrandecer o socavar a nuestros compañeros de trabajo. Si estamos presentando a dos colegas, contando una historia sobre cómo se desarrolló una reunión o hablando sobre el proyecto de un compañero, la forma en que nos expresamos sobre los demás puede hacer una gran diferencia en cómo se sienten respecto de sí mismos y su trabajo. Así que aprovecha esas oportunidades para hablar positivamente sobre tus colegas. Cuando presentes a alguien, comparte detalles que subrayen por qué esa persona es interesante, y descríbela como alguien a quien los otros querrían conocer. Cuando reúnas a un equipo nuevo, cuenta historias sobre las posibles contribuciones al grupo de cada uno de los integrantes. Si eres testigo de que interrumpen o silencian a alguien, refuérzalo reiterando su argumento o haciéndole una pregunta que le dé la oportunidad de hablar. Mantente atento a estos momentos y sácales el mayor provecho. Es probable que recibas halagos como retribución. (Adaptado de “The Benefits of Saying Nice Things About Your Colleagues”, de Jane E. Dutton y Julia Lee)
2. Mantén el contacto con tus amigos, sin importar cuánto te enfoques en tu carrera
Muchas personas dejan que sus relaciones personales se vayan por la borda mientras se enfocan en su carrera y comienzan una familia. Sin embargo, las investigaciones muestran que nuestras carreras son más exitosas cuando cuentan con el apoyo de amistades sólidas y estables. No corras el riesgo de perder el contacto con tus contactos sociales más cercanos. La carrera y la amistad pueden reforzarse una a la otra: los amigos pueden darnos una visión panorámica sobre nuestra carrera e incluso inspirar nuestra pasión por el crecimiento profesional. Contrarresta el distanciamiento natural y haz un esfuerzo por mantener tus amistades. Llama a tu amiga en lugar de solo entrar a su página de Facebook. Haz planes para ver a tu amigo (¡y no los canceles!). Está muy bien ponerse metas profesionales ambiciosas, pero no sacrifiques a quienes te son cercanos en el proceso. (Adaptado de “Being Too Busy for Friends Won’t Help Your Career”, de Neal J. Roese)
3. No dejes que las preocupaciones inmediatas aceleren tus juntas estratégicas
Los ejecutivos deben equilibrar constantemente las demandas a corto y largo plazo de sus negocios, pero puede ser difícil mantener el enfoque estratégico cuando enfrentas inquietudes inmediatas. Para que tu próxima junta estratégica siga enfocada en el futuro, baja la velocidad. Los asuntos que deben abordarse desde un marco de tiempo más extenso se benefician de la exploración. Antes de lanzarte a resolver cuestiones estratégicas, considéralas desde varios ángulos. Pide la opinión de todos en la sala; es posible que cada una de las personas haya interpretado el reto de forma diferente. Quizá también debas discutir el asunto en varias juntas, para poder comprender mejor los datos, analizar los distintos puntos de vista y examinar las implicaciones de las diferentes estrategias. Cuando la estrategia forma parte de la agenda, es importante adoptar un enfoque más lento, más deliberado y más participativo. (Adaptado de “Keeping Your Strategy Meetings Focused on the Long Term”, de Sabina Nawaz)
4. Antes de renunciar, ensaya lo que dirás
Decirle a tu jefe que dejarás tu trabajo no es una conversación fácil, pero estropearla puede ocasionar que no haya vuelta atrás. No ser capaz de explicar de manera clara y racional por qué te irás podría conducir a malentendidos y sentimientos heridos, y abrir la puerta a intentos dolorosos y prolongados de convencerte para que te quedes. Una encuesta reciente mostró que algo de lo que los ejecutivos se arrepentían con mayor frecuencia respecto de renunciar era que no habían ensayado lo que dirían. Así que antes de presentarle tu decisión a tu jefe, practica lo que dirás con un colega en quien confíes. Explica tus razones personales y profesionales para irte, así como tu plan para mitigar los efectos en tus colegas y la empresa. Tu compañero de trabajo quizá señale implicaciones que tú no habías considerado, como el momento oportuno o una posible reacción por parte de tu jefe. Pide su consejo sobre la mejor forma de abordar la conversación. (Adaptado de “3 Mistakes Executives Make When Telling People That They’re Leaving”, de Kelly O. Kay)
5. Sostener una conversación fuerte con un compañero de trabajo cuando ambos odian las conversaciones fuertes
Si estás teniendo conflictos con un colega, el que lo hablen juntos podría ayudar. Pero puede ser arriesgado si los dos tienden a evitar los conflictos. Aunque quizá ambos preferirían no hacer nada, es peligroso si terminan reprimiendo sentimientos que pudieran explotar más adelante. Uno de ustedes debe tomar la iniciativa. Puedes decirle a tu colega: “Sé que a ninguno de los dos nos gustan los conflictos, pero en lugar de ignorar el problema, ¿qué podemos hacer al respecto?”. Esto ayudará a interesarlo en la conversación. Luego, haz todo lo que puedas, de manera sensible y sensata, para que la otra persona se exprese. Si las cosas se ponen difíciles, no te retires. Opón resistencia a tu instinto natural de evadir el conflicto. (Adaptado de “How People with Different Conflict Styles Can Work Together”, de Amy Gallo)