Google, Ford y General Mills son algunas de las empresas que ya destinan espacios en su jornada laboral para que sus colaboradores mediten y se sientan más tranquilos.
La razón pasa lejos de la buena voluntad. De acuerdo con datos citados por CNN Expansión, en Estados Unidos se estima que hay pérdidas anuales de hasta $300.000 millones por ausentismo, baja productividad, rotación de personal y servicios médicos de colaboradores estresados.
Sin embargo, no son estos datos –conocidos hace tiempo– los que llevaron a los gerentes a masificar la meditación y las prácticas de crecimiento personal, sino su propia experiencia: Steve Jobs es reconocido como el primer CEO meditador, y de ahí la corriente siguió.
Especialistas en coaching y relajación aseguran que la experiencia de estas prácticas por el gerente le asegura un mejor desempeño y un beneficio directo para su equipo.
Capacidad para decidir
“Hay que tener claro qué no es coaching : no es mentoría y no es asesoramiento. Coaching es acompañamiento. La diferencia es que, si yo fuera un asesor de usted, le voy a aconsejar qué tiene que hacer. Como mentor suyo le voy a formar en ese tema. Pero como coach , lo que vamos a hacer es mantener una conversación para averiguar cuáles son sus potencialidades, sus capacidades, para que usted tome sus propias decisiones”, explica Pedro Palao, coordinador internacional de la escuela y consultoría de coaching Tisoc.
En su experiencia, la formación en coaching mejora el clima empresarial, facilita la comunicación (se hace más efectiva, más productiva) y genera líderes empoderados, capaces de hacer que su equipo de trabajo se cohesione en torno a un objetivo común.
Para Palao, dos personas con igual formación, calificaciones y experiencia no se pueden asegurar el mismo resultado en su desempeño profesional.
“El nivel de éxito va a depender de cuál es su manejo del coeficiente de inteligencia emocional: cómo se van a relacionar con los demás; cómo van a trabajar la asertividad, la empatía; cómo van a retroalimentar a sus equipos de trabajo. Eso es lo que hace que entre dos personas iguales, una esté arriba y la otra en medio”, dice.
La implementación de estas herramientas habla de la etapa de desarrollo en que se encuentra la empresa: el planteamiento básico es el de una organización en pos de los resultados productivos y económicos. En su desarrollo, las empresas han incorporado la ecología y diferentes formas de responsabilidad con el ambiente. Y ahora la concepción ideal va más allá.
“La empresa debe conseguir resultados ecológica y humanísticamente hablando. Si usted, cuando llega a trabajar, tiene un mal ambiente laboral, al final, tenemos un trabajador que a lo mejor hace su producción desde la infelicidad. Y eso afecta la calidad del producto final”, asegura Palao.
Equilibrio para liderar
Todo planteamiento racional y estratégico podría fallar en momentos de alta tensión: ese es el escenario en el que actúan la meditación y relajación.
“La gente que está tomando decisiones está empezando a invertir de su tiempo y recursos en todo lo que tenga que ver en formación blanda”, asegura Matías Quinn, licenciado en ciencias biológicas e instructor internacional de la fundación El Arte de Vivir, que dictó en el país un taller llamado “Liderar sin estrés”.
El objetivo es desarrollar mejor manejo de emociones, de la mente, para cuidarse en el proceso de liderar.
“La calidad de nuestra actividad, cuán productivos vamos a poder ser, cuánta claridad y entusiasmo vamos a tener, depende de la calidad de nuestro descanso. Y la gente no sabe cómo darle profundidad a su propio descanso”, explica.
Contar con mecanismos de respiración y relajación complementa las capacidades del líder, y esto beneficia a su equipo.