El Gobierno tendrá que tomarse dos medicinas muy amargas para concretar un acuerdo de ajuste fiscal con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las dos alternativas son aumentar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y recortar el gasto público en al menos 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB), sobre en todo los rubros más complicados: transferencias y salarios.
Esa es la visión de Rodrigo Chaves, economista y exministro de Hacienda, quien por su trayectoria internacional conoce muy bien la dinámica y las exigencias básicas que el Fondo le solicitará a un país en la situación fiscal que se encuentra Costa Rica.
EF entrevistó a Chaves la tarde del jueves 10 de diciembre para analizar el difícil cierre del año y el adverso panorama financiero que se anticipa para el 2021.
Usted puede observar la entrevista completa en el video que acompaña este artículo.
El pasado 5 de noviembre, en entrevista con La Nación, usted dijo que al Gobierno le faltaban ¢1,2 billones para cubrir el gasto público y cerrar el 2020. ¿Cuál es la cifra según sus estimaciones para el último mes del año?
Hay una gran inconsistencia en los números de Hacienda. Por ejemplo, la proyección oficial en noviembre era que la caída en la recaudación de impuestos iba a ser de ¢760.000 millones, la Contraloría General de la República (CGR) decía que iba a ser de ¢1,2 billones, así lo ratificó el Ministro de Hacienda (Elian Villegas) en agosto.
Yo pedí que se hicieran aclaraciones para saber qué es lo que va a pasar. El plan de financiamiento incluía una cuota muy alta de préstamos internacionales que ya no ocurrieron este año. El plan de financiamiento sigue sin ser robusto y sin ser claro.
Usted explicó que el plan de financiamiento no estaba bien cuadrado, no era robusto y que eso le preocupaba. ¿En qué puntos no es lo suficientemente fuerte como para cerrar el año?
Los buenos números fiscales se deben a que se ha pagado una cantidad importante el IVA y los aranceles que caían bajo la prórroga que dio el Gobierno hasta el final de año. Hay una gran cantidad de incertidumbre todavía.
Pareciera que Hacienda está controlando los gastos para llegar al déficit fiscal del 9,3% del PIB. Hay una gran incertidumbre de cuánto va a entrar en recaudación en diciembre, entonces sabremos hasta el 20 de enero, cuando nos den los números (...) faltó y falta transparencia en los números.
¿Cree posible que Hacienda logre cerrar el año con un déficit financiero del 9,3% del PIB?
Si no hacen las transferencias que deben hacer a infraestructura, a las municipalidades, a las asociaciones de desarrollo y si posponen pagos a proveedores, es posible que lleguen al 9,3%. Habrá que ver qué pasa cuando las empresas liquiden.
Rumbo al FMI
¿Qué es lo mínimo que el FMI le aceptará a Costa Rica?
El Fondo no le va a poder prestar a ningún país en el cual la trayectoria de la razón deuda/PIB no sea sostenible en el tiempo, con alta probabilidad. El staff del Fondo al preparar su documento tiene que llevar convincentemente los argumentos de qué es lo que va a pasar, la definición operativa de esto es que la deuda caiga un 50% para 2034 y de manera estructural.
Entonces impuestos que duran dos años y después desaparecen, deme la plata a mí y después se apaña con el próximo Gobierno, eso no entra en la parte estructural.
Entonces, ¿qué debe incluir la propuesta?
La propuesta debe incluir por lo menos dos cosas: primero un aumento del 1,5% del PIB en impuestos, pero ya, empezando en el 2021, no que la renta global en el 2023 nos va a dar 0,8% del PIB si se implementan los sistemas. El Fondo no acepta promesas así en el aire, es acción. Entonces va a haber que subir los impuestos inmediatamente en 1,5% del PIB y ahí el IVA es el que generaría eso.
La otra cosa que el Fondo debería pedir de acuerdo con sus estatutos es por lo menos un recorte (del gasto) del 1,5% del PIB, pero con condiciones adicionales, no es sólo cortarlo, sino mejorar la calidad del gasto público que significa cortar el gasto corriente para subir las transferencias a infraestructura al menos al 2% del PIB, porque sino el FMI tendría que reducir las proyecciones de crecimiento de la economía.
El nuevo plan es una decisión directa del Presidente y, según algunos detalles brindados por el equipo económico, será más balanceado, tendrá mayores acciones en recorte al gasto e impuestos. ¿Cómo lograr ese equilibrio?
Quitarle al gasto primario para sumarle a infraestructura más el hecho de que el gasto en intereses va a aumentar en al menos 0,5% del PIB para el 2022, quiere decir que al gasto corriente, para tener las implicaciones de lo que el Fondo pide como mínimo, tendría que cortarse casi ¢1 billón.
Ahí sí duele porque ya eso tendría que venir de las transferencias y del gasto en salarios, dos pastillas amargas que se tendría que tragar el Gobierno poder cerrar el trato con el FMI: uno, subir el IVA; dos, cortar el gasto en 1,5% del PIB, pero bajar el gasto corriente en 2,5% o 2,6% de la producción, y para eso se va a ocupar valentía y capacidad de gestión.
¿Eso es lo mínimo que aceptaría el Fondo?
Yo me sorprendería si el Gobierno pudiera presentar un programa más débil que ese y que el Fondo lo acepte.
Otras opciones
En la primera versión del plan con el FMI se planteó el impuesto a las transferencias bancarias, ajustes al de bienes inmuebles y otros tributos temporales. ¿Una combinación de estos podría dar el rendimiento necesario para no subir el IVA?
Es posible. La gran pregunta es qué es políticamente aceptable y qué tan rápido se puede hacer, por ejemplo, lo de la renta global, en las propuestas que el Gobierno ha manejado, decir que empieza en el 2023 o 2024, a mí me parece un retraso injustificable.
El impuesto a la riqueza es sumamente controversial y quién sabe si la Asamblea Legislativa lo va a pasar, pero el punto que debemos tener todos en mente, es que una salida sin dolor y sin esfuerzo de todos los grupos de este país es imposible y que la posición en las mesas de diálogo y de muchos sectores de que “sí hay que pagar la cuenta, ¢43.000 millones de deuda que ya se acumuló, pero la paga usted y yo no”. Esa solución nos lleva a un resultado de conjunto vacío del problema fiscal inmediato.
¿Qué se debe cambiar para empezar la conversación urgente de la reactivación económica?
Ni qué hablar de la reconstrucción de la economía del país. Este tema fiscal es lo inmediato y lo urgente, lo importante no lo estamos discutiendo, en Costa Rica hablamos del gasto público como cantidad, pero quién habla de la calidad del gasto público.
Cómo puede ser que en Costa Rica le demos asignación de recursos a cosas que son gastos corrientes como salarios, transferencias para que la universidad pague salarios, el Fondo Especial para el Financiamiento de la Educación Superior Estatal (FEES), entre otros; e invertimos en infraestructura un 1,2% o 1,4% del PIB que no alcanza ni siquiera para cubrir la depreciación de los activos.
#CrisisFiscalCR es un espacio semanal en el que EF le ofrecerá los últimos detalles sobre los principales hechos o acuerdos en torno a las reformas necesarias para enfrentar la crisis fiscal u obtener el financiamiento con el FMI.