El 2021 parece ser un año difícil de prever en lo económico. ¿Se devaluará más la moneda nacional? ¿Se mantendrá estable el tipo de cambio? ¿Que cambios traerá este 2021? Las respuestas a estas consultas están supeditadas a varios factores, tanto económicos como sanitarios.
Sí, la evolución y el control sobre la pandemia es uno de los elementos que tiene mucha relevancia en la elaboración de expectativas económicas locales e internacionales para este año. Esto se pudo comprobar fácilmente en el 2020.
Para Amedeo Gaggion, director de tesorería de Scotiabank, hay dos elementos claves a los que hay que prestar atención para estar al tanto de la evolución del valor del dólar: el déficit fiscal del país, que a noviembre del 2020 cerró en 7,7% del PIB, así como al progreso en materia sanitaria de la pandemia por COVID-19.
Estos son al mismo tiempo, dos elementos que dictarán el rumbo de la economía nacional medida por el Producto Interno Bruto.
Con el déficit fiscal viene uno de los eventos más importantes del primer trimestre del 2021, que son las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esto, porque las condiciones que logre Costa Rica con el organismo, para acceder a un financiamiento externo con un servicio ampliado de $1.750 millones, podrían afectar el movimiento del dólar en el país.
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El director de ventas de Grupo Mutual, Johnny González, aseguró que las acciones que lleve a cabo el Gobierno en la búsqueda de financiamiento, ya sea interno o externo, impactarán la oferta y demanda de dólares en el país, por lo que afectará al tipo de cambio.
Además, Gaggion aseguró que una eventual resolución negativa con el FMI, un incremento en la base de impuestos, así como la carencia de un esfuerzo coordinado del Gobierno hacia la disminución del gasto público podría generar presión importante sobre el tipo de cambio.
Por su parte, González explicó que si el Gobierno no logra el financiamiento externo necesario para paliar la crisis por las finanzas públicas, una de las consecuencias podría ser que tengan que buscar financiamiento en el mercado interno, o bien a nivel internacional, pero con rentabilidades más altas.
Por el contrario, una reconversión a colones de la deuda en contraída en dólares por el Ministerio de Hacienda y la emisión de eurobonos en condiciones favorables podrían favorecer a una apreciación de la moneda.
Pandemia será un marcador
Otra de las grandes aristas es la evolución de la pandemia por COVID-19 en el país y el avance en la vacunación. Esto, porque el control de la emergencia trae consigo factores de relevancia económica como la llegada de turistas a Costa Rica, la confianza de inversionistas y las aperturas comerciales, que según se comporten podrían generar presión sobre el dólar.
“El tipo de cambio va a estar muy enfocado en los temas de reactivación económica, muchos de los sectores que han estado deprimidos como el turismo e inversión extranjera directa son los dos grandes ingresos de divisas del país”, explicó Silvio Lacayo, gerente general de Financiera Desyfin.
“Si el turismo mejora y la inversión extranjera directa sigue, el Central tendrá más divisas que llegan a liquidarse al país para poder defender el tipo de cambio y que no se nos vaya a disparar”, agregó.
En caso de que estos sectores, así como el exportador, continúen deprimidos, dijo Lacayo, el Central aún tiene reservas para intervenir en el mercado cambiario.
El presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero, confirmó en una entrevista a EF que una vacunación exitosa debería de repercutir en un crecimiento de la confianza, que a su vez es clave en el proceso de reactivación económica. También confirmó que esta autoridad mantendrá una política monetaria expansiva mediante tasas de interés bajas y por lo tanto no dependerá de lo que suceda con el valor de la divisa.
Para Cubero, la gestión del tipo de cambio se realizará en su mercado de negociación con los instrumentos que hasta la fecha ha usado el Central.
Por otro lado, Costa Rica atraviesa en el que las nuevas cepas y olas de la COVID-19 en países europeos han ocasionado confinamientos más estrictos en dichos países, lo que podría afectar aún más la llegada de extranjeros al país para reactivar la actividad turística.
El 2020 estuvo marcado por el cierre de fronteras, por lo que desde mediados de marzo el país cortó la llegada de turistas, que se fueron reanudando paulatinamente a partir de agosto.
Según datos del Instituto Costarricense de Turismo (ICT), las llegadas internacionales en el año 2020 por todas las vías alcanzaron la cifra acumulada de 1.011.912, lo que representa casi la tercera parte del registro del año 2019 cuando se sobrepasaron las tres millones de visitas.
El ICT espera que el 2021 cierre con unas 900.000 visitas de turistas al país, es decir, menos de una tercera parte de la visitación previa a la pandemia. La expectativa es que la actividad comience su repunte en la segunda mitad de este año, según ha indicado el jerarca de la cartera, Gustavo Segura.
Otro de los factores que podrían incidir en la devaluación o apreciación de la moneda es el precio del petróleo; aunado a los volúmenes de producción que los países petroleros acuerden por mes así como la demanda por el consumo del combustible en el país.
“Si no se diera ese aumento en la producción o siguiéramos viendo que el petróleo sube de precio, sí tendríamos posiblemente un mayor costo por el barril y por ende pagar más colones por esos esos dólares que tenemos que usar para importar el crudo”, explicó Gaggion.
En el 2019, los precios del barril del crudo se mantuvieron por encima de los $51; incluso, en abril de ese año sobrepasó los $63. Con la entrada del 2020, alcanzó los $57 y en febrero, ya cuando la COVID-19 afectaba con fuerza a varios países del mundo, cayó a $50.
Su mayor descenso la tuvo en abril, cuando el precio se desplomó a $16 dólares el barril, es decir, $47 menos que el mismo mes del 2019. Desde entonces, el costo empezó a recuperarse pero a niveles inferiores a los presentados en años pasados, pues su precio máximo después del cuarto mes del año fue de $42,36, según datos del Fondo Monetario Internacional.
Si la recuperación económica mundial no se da al ritmo esperado o nuevas cepas del coronavirus dificultan el panorama, la demanda mundial del crudo podría verse afectada y los países de la OPEP podrían disminuir su producción.
El dólar en el 2020
Al cierre del 2020, el tipo de cambio promedio en el Monex fue de ¢615.43, es decir, ¢42,3 más alto que el precio con el que inició ese año. Además, fue la mayor cifra con la que terminó desde el mes de enero, al superar el registro del 11 de noviembre anterior que se ubicó en ¢615,11.
La pandemia incidió en el comportamiento del precio de la divisa. Para los primeros tres meses del año el tipo de cambio se mantenía relativamente estable. Abrió el año en ¢572,93 hasta marzo se mantuvo en rangos de entre ¢560 y ¢575.
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Sin embargo, a partir del las últimas semanas de abril cuando ya se hizo más evidente el impacto de la pandemia en el territorio nacional, el dólar inició su senda al alza hasta llegar a su máximo anual el 30 de diciembre.
Gaggion resaltó que la estacionalidad del dólar sí se vio afectada, sobre todo por los patrones de consumo en áreas como el turismo así como por el ingreso monetario de las empresas.
Entre los meses de noviembre y diciembre es usual que el dólar se ajuste a la baja, pero contrario a esto, en el último mes del 2020 la moneda siguió su senda a la alza. La primera sesión de Monex del 2021 cerró con un promedio ponderado del dólar de ¢614,21, un monto menor con el que concluyó el 2020.