Si tiene un crédito de vehículo, está pagando una casa o tiene varias tarjetas de crédito, pueden surgir situaciones que le impidan seguir cumpliendo con la obligación financiera.
Es posible que haya estado incapacitado laboralmente, que sea despedido y no tenga seguro de desempleo, o que haya perdido un ingreso adicional que esperaba para pagar sus obligaciones crediticias.
Sea cual sea el caso, las entidades financieras tienen opciones para que pueda seguir pagando sin reducir drásticamente su liquidez y sin afectar su récord crediticio. En otras palabras, la preocupación es válida, pero las entidades financieras tienen mecanismos para enfrentar estos casos.
Según datos del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC), a enero de este año el saldo de deuda promedio por tarjeta en circulación es de ¢494.360.
Dado el incremento de la morosidad en las carteras de los bancos y el aumento de las deudas, la Superintendencia General de Entidades Financieras hizo en el mes de junio una modificación al Reglamento para la Calificación de los Deudores para que se pudieran hacer arreglos de pago y ofrecer más facilidades a las personas que tenían deudas con atraso.
Además, las entidades consultadas por EF recientemente, aseguraron que en el último semestre han visto un incremento en las solicitudes de arreglos de pago para deudas y obligaciones con atrasos.
Por esto, han flexibilizado las condiciones de arreglos de pago con el fin de ofrecerle mejores soluciones a sus clientes.
Todo este escenario hace de este sea un buen momento para poner al día sus deudas.
En el arreglo de pago se incluyen varios escenarios como la medición de la capacidad de pago del cliente y el problema que originó el incumplimiento de la obligación.
Si alguno de estos casos se parece al suyo, puede consultar a su entidad financiera por algunas de estas opciones.
Caso 1: “Tengo deudas de casa, carro y tarjetas de crédito y tengo que elegir mensualmente cuál pagar, porque no me alcanza para todas”
Si se encuentra en una situación como esta, puede acercarse a su entidad financiera y solicitar una refundición de deudas.
Con esta opción, la entidad toma todas las cuentas que mantiene el cliente y las unifica en un solo crédito, con una nueva tasa de interés y condiciones.
La refundición consiste en crear una nueva operación de crédito para cancelar las pendientes, por lo que el cliente adquiere un nuevo crédito.
La tasa y el plazo suelen tener condiciones diferenciadas a las de operaciones tradicionales, y dependen del tipo de cliente y la naturaleza de las deudas.
Debe tomar en cuenta que en ocasiones esto puede implicar el pago de los trámites correspondientes al nuevo crédito, aunque, dependiendo de la entidad, el costo puede correr por cuenta del banco o puede ser incluido dentro de la nueva operación de crédito.
En el caso de préstamos, el Banco Nacional, por ejemplo, ofrece una figura llamada refinanciamiento, que es básicamente una refundición en la que se cancela un préstamo con uno nuevo a un plazo predeterminado. Si es una sola deuda, por ejemplo, la de la casa o el carro, se recalcula la cuota a diferentes plazos.
Lo recomendable es que siempre mantenga al día el pago de las deudas más grandes, como los créditos hipotecarios o prendarios, por lo que es importante que trate de pagarlas primero.
Si del todo no puede pagar sus obligaciones, evalúe la raíz del problema y acuda a su entidad financiera para ver cuáles opciones, en algunos casos puede requerir la cancelación total de sus tarjetas y créditos.
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Caso 2: “Dejé de percibir una entrada de dinero adicional y ahora necesito tiempo para volver a pagar”
En ocasiones, los atrasos en el pago se le atribuyen a que, por ejemplo, un deudor tiene ingresos adicionales con los que paga la deuda y al momento del cobro no ha recibido el dinero con el que pensaba hacer ese pago.
Por ejemplo, el caso de un deudor que tiene ingresos adicionales por un apartamento o casa que alquila y que al momento de la mensualidad, el inmueble del que es dueño carece de inquilinos.
Sin embargo, esta persona sabe que en dos meses va a recibir una bonificación en el trabajo o va a liquidar un ahorro a plazo que tiene, que le va a permitir estabilizar el atraso mientras vuelve a alquilar el inmueble.
Adriana Zelaya, representante del departamento de cobros y bienes raíces de Grupo Mutual, aseguró que lo recomendable es que en este caso el cliente vaya personalmente a la entidad financiera y valore si tiene alguna alternativa de arreglo de pago.
Una opción es solicitar una ampliación del plazo de pago.
De esta forma, puede alargar la deuda a un plazo más largo. Así las cuotas le quedan más pequeñas, aunque estará pagando por más tiempo y por lo tanto pagará un mayor monto de intereses.
También puede optar por un acuerdo de pago documentado.
Por ejemplo, si tiene una deuda de ¢40 millones y tiene cuatro cuotas vencidas, cada una por ¢400.000, puede hacer un acuerdo para pagar por dos meses una cuota por mes. No obstante, en los siguientes dos meses proponga cancelar dos cuotas en cada mes (¢800.000) con el dinero que espera recibir nuevamente.
De este modo, quedaría solo con una cuota vencida que podría cancelar con una promesa de pago en ese mismo mes, para poner al día sus operaciones.
En el caso de que desee mantener las mismas condiciones de las deudas, puede pedir un período de gracia, el cual consiste en un tiempo que da la entidad financiera al cliente mientras regulariza su situación, siempre que se justifique.
Cuando pasa el período, debe comenzar inmediatamente a pagar la deuda nuevamente.
Caso 3: “No puedo seguir pagando mis deudas con la misma regularidad”
En ocasiones hacer los pagos con la periodicidad que piden las entidades financieras es difícil. No se trata de que el deudor tenga el interés de quedar moroso, más bien consiste en un problema de asimetría entre los ingresos y los gastos.
Los bancos o cualquier otra institución le pedirá mensualidades, pero por diversas razones las personas o las empresas pueden tener recursos en función de otro ciclo.
Si no puede en las fechas estipuladas o con la regularidad que lo hacía, puede solicitar una modificación de la fecha y la frecuencia de pago.
De este modo, el deudor va a la sucursal del banco o en algunos casos, por medio de la sucursal bancaria digital, y solicita un cambio en la fecha del pago de la deuda y llega a un acuerdo de cuándo empezaría nuevamente a pagar.
También puede cambiar la frecuencia del pago de la deuda. Puede elegir pagar un monto más pequeño quincenalmente, pagar cada dos meses un monto mayor o acordar pagar toda la deuda en plazos diferenciados.
Dependiendo del tipo de cliente y del tipo de deuda, la entidad le puede ofrecer un arreglo por plazo que se adecue a la frecuencia en la que recibe sus ingresos.
Yorleny Quesada, gerente del área de Crédito de Coopenae explica un caso en el que un cliente no pueda seguir con la misma regularidad.
“Un cliente con una operación de crédito presenta dos cuotas de atraso, pero su capacidad de pago mensual no le permite poner al día la operación. Para este, existe la posibilidad de pagar dos cuotas pendientes en un período de cuatro meses, es decir, pagaría la cuota mensual más media cuota adicional. Al final del período, la operación se reflejaría al día”, explicó Quesada.
Arreglos por plazo, cambio en la frecuencia del pago y cambio en las fechas son algunas de las opciones.
Caso 4: “Necesito tener una cuota más baja para poder seguir pagando las tarjetas”
El manejo de los saldos de tarjetas de crédito puede ser para unas personas un dolor de cabeza y motivo de preocupación extrema, pero es un asunto –que con disciplina y adecuadas decisiones– tiene solución.
En el caso de las tarjetas, hay varias opciones que puede aplicar. Lo recomendable es que se comunique con la entidad cuando sabe que no va a poder seguir pagando, para que no aumente la morosidad.
Primero, puede asegurarse de que alguna de las compras que ha hecho califican para ser aplicadas con las denominadas minicuotas, una opción que ofrecen entidades financieras como Bac Credomatic desde su plataforma digital.
De esta forma, diluye la compra en varias cuotas, aunque debe tomar en cuenta que se le cobrarán intereses al final del período.
Si esta opción no le funciona, podría visitar la entidad financiera y solicitar un reacomodo de los pasivos. Con esto tendrá un mejor plazo y una mejor tasa.
Scotiabank, por ejemplo, da la opción de cancelar de forma total los pasivos con descuento de capital, intereses y cargos de servicios, solo para productos que no tienen garantía.
Coopeservidores, por su parte, permite reajustar las cuotas para atender la deuda por un plazo de tres, seis o hasta ocho meses.
Otra solución es solicitar un crédito personal para hacer frente a la deuda, de tal modo que paga un solo monto, por todas las deudas de tarjetas que mantenga, un caso parecido a la refundición.
Tome en cuenta que en algunos casos los arreglos de pago de tarjetas implican que no pueda usar nuevamente el plástico.
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