Más allá de los saldos en cuenta bancaria, los costarricenses carecen de productos financieros dentro de su portafolio de activos.
Según la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), solo el 6,7% de los hogares del país cuentan con activos financieros como depósitos a plazo, acciones, fondos de inversión, títulos de deuda y activos digitales, entre otros.
Es decir, menos de 7 de cada 100 hogares cuentan con instrumentos de ahorro o inversión más sofisticados que una cuenta bancaria.
Estos datos provienen de la Encuesta Financiera de Hogares (Efiho) que realizó el INEC en 2022 y que se publicó el pasado 18 de mayo.
La Efiho divide los activos financieros en “saldos en la cuenta bancaria” y en “otros activos financieros” (todos los mencionados en el segundo párrafo). Para facilidad de este reportaje nos tomaremos la libertad de llamar a este segundo grupo como “productos financieros”. La cuenta bancaria técnicamente también cae dentro de la definición de producto financiero, sin embargo en este ejercicio la excluiremos.
¿Cómo se interpreta ese 6,7%?
Es difícil ser categórico porque la encuesta no recopila causalidades. Sin embargo ese 6,7% —entendiendo que es un número bajo— no se siente impropio de un país que se ha caracterizado por tener un mercado de valores poco profundo y una cultura financiera endeble (aquí entra un poco el dilema del huevo y la gallina).
Es decir, sí, es un porcentaje bajo, pero no necesariamente es una sorpresa.
Además, no estamos hablando únicamente de un mercado con pocos actores, sino de uno que tiene importantes barreras de acceso —ya sean por ingresos o cultura financiera— para las clases más bajas; más allá del hecho de que cuanto menos dinero sobra al final de la quincena, menos se puede ahorrar o invertir.
Esta dificultad se refleja en los mismos datos de la encuesta: de los hogares ubicados en los estratos económicos 1 y 2, solo un 0,7% y un 3,9% tienen esos productos financieros. En el estrato 3, el de mayor poder adquisitivo, el porcentaje sube a un 24,2%.
Este estrato 3, el cual es el equivalente al quinto quintil, solo están un 16% de los hogares costarricenses, según datos del INEC de 2022.
Las delimitaciones de ingreso mensual del hogar por estrato que utilizó el INEC son las siguientes: estrato 1: ¢400.000 colones o menos, estrato 2: más de ¢400.000 hasta y ¢1.187.500, estrato 3: más de ¢1.187.500.
Esta falta de productos financieros en los estratos bajos y medios podría indicar que los fondos de inversión, a pesar de haber crecido en los últimos años, todavía no cumplen del todo el rol de democratizador de las inversiones.
Otro dato que muestra esa tendencia a que sean solo las clases más altas las que acceden a este tipo de instrumentos es el valor promedio de los productos financieros: ¢17.979.800. La mediana, por su parte, también resulta elevada: ¢3.900.000, en especial cuando se compara con la de los saldos en cuenta bancaria: ¢120.000.
“Ese dato (el 6,7%) representa un reto importante desde el punto de vista de romper paradigmas desde el mercado bursátil, pues está indicando que la mayoría de familias con capacidad de ahorro no ven en los instrumentos financieros un medio para elevar la rentabilidad de las mismas”, considera Adriana Rodríguez, gerente general de Acobo Puesto de Bolsa.
Rodríguez, además, menciona otro riesgo que causa esa falta de diversificación y es que propicia la concentración del ahorro en una sola entidad. “Esto conlleva un costo de oportunidad al no obtener rentabilidades de mercado por los recursos ahorrados. Estas rentabilidades sí se pueden obtener en el mercado bursátil y con fondos de inversión regulados”, agrega.
Cultura financiera (o la falta de)
Más allá de posibles barreras de ingreso para las clases medias o bajas, para Douglas Montero, economista y asesor de inversiones, los resultados de la encuesta vienen a confirmar que en Costa Rica todavía no se ha generado una cultura financiera fuerte. Hay, en cambio, “una cultura del gasto”, dice.
También considera que se ha avanzado en la creación de instrumentos como certificados a plazo y fondos de inversión con niveles mínimos de entrada bajos, pero que aún así la cultura de ahorro e inversión no ha calado lo suficiente como para que se aprovechen más.
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Vidal Villalobos, asesor económico de Prival, coincide en que estos datos revelan una falta de hábito en el costarricense a la hora de armar un presupuesto y, por ende, para ahorrar. De hecho, dicha encuesta también encontró que solo un 40% de los hogares elaboran un presupuesto o registro de sus ingresos y gastos.
Repartición de los activos
El activo que mayor porcentaje de hogares posee, según la Efiho, es la vivienda principal con un 69%, seguido de —y prácticamente en empate— los saldos de la cuenta bancaria (67,9%).
Los vehículos son el tercer activo que más porcentaje de hogares posee con un 48,9%. Un 18,1% de los hogares también cuenta con un segundo inmueble, esto incluye otras propiedades como viviendas secundarias, lotes, fincas, locales comerciales, bodegas, cabinas, hoteles u otras edificaciones.
Otros datos interesantes:
- La distribución porcentual del valor de los saldos en cuenta bancaria es menor que en los activos sofisticados: un 39,5% contra un 60,5%.
- Solo un 1,7% de los hogares en zonas rurales tienen activos sofisticados, mientras que en las zonas urbanas ese número asciende a un 8,6%.
- La mayoría de hogares que cuentan con productos financieros tienen una persona jefe de hogar con una educación universitaria de pregrado o grado (20,7%).