Durante el 2020 los índices de morosidad en los créditos se mantuvieron estables y relativamente bajos. Sin embargo, conforme transcurren los meses y las normativas especiales se eliminan, las entidades financieras empiezan a evidenciar un mayor efecto de las cuentas atrasadas de sus clientes como consecuencia de la pandemia.
Como respuesta a la crisis económica ocasionada por la COVID-19 las autoridades financieras optaron por modificar normas que le permitieran a los bancos, cooperativas, mutuales y demás entidades enfrentar la pandemia sin afectar fuertemente sus indicadores, es decir, llevaron algunas operaciones a una especie de ‘coma’ inducido para salvaguardar sus finanzas.
No obstante, conforme se van eliminando las medidas especiales, cada vez es más evidente el impacto en la billetera de los costarricenses y directamente en la banca.
Los datos de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) demuestran que la morosidad a más de 90 días no se disparó en el sistema financiero en el 2020, pero para este 2021 sí es posible observar un aumento significativo en comparación con el año anterior.
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El indicador de la Sugef que muestra la proporción de la cartera directa que se encuentra en mora mayor a 90 días y la cartera en cobro judicial toma en cuenta operaciones de crédito atrasadas y restringidas más el saldo de la cartera en cobro judicial.
Si esta cifra es menor que 10% pero mayor que 3% con respecto a la cartera total la entidad se ubicará en mora nivel uno, el nivel dos será cuando la entidad tenga un porcentaje de morosidad entre 10% y 15%, mientras que el nivel tres será para cuando su mora supere el 15%.
En Costa Rica ninguna de las entidades supervisadas por la Sugef está en un nivel dos o tres, no obstante desde setiembre del 2020 los índices de morosidad aumentaron, de manera que a mayo de este 2021 el porcentaje más alto se ubicó en 4,88% y corresponde a la Coopesanmarcos.
Rocio Aguilar, jerarca de la Sugef, explicó por medio de un correo electrónico a EF que este comportamiento no es la antesala de una crisis bancaria, por el contrario, explicó que es un resultado propio de las condiciones del mercado en pandemia, pero advirtió que el Sistema Financiero Nacional posee una alta cobertura de esta cartera morosa del 163% con estimaciones ya realizadas.
“Este indicador posee dos componentes y durante la crisis es de esperar que el numerador (morosidad mayor a 90 días y cobro judicial) se vaya incrementando paulatinamente por los deudores afectados, pero el denominador (Cartera directa) también contribuye al movimiento del indicador y como se puede observar durante el 2021 la cartera total del Sistema Financiero Nacional prácticamente no ha crecido con lo cual no se pueden diluir los incrementos en morosidad con una mayor cartera de crédito”, agregó la jerarca.
Allan Calderón, subgerente general de riesgo y crédito del Banco Nacional, explicó que para el caso de esa entidad el aumento de la morosidad responde a la necesidad de otorgar prórrogas y readecuaciones para aliviar la condición financieras de los deudores, producto de los efectos de la pandemia, pero desde el inicio de este 2021 la entidad empezó a reflejar el vencimiento de estas medidas de alivio y a materializar algunos efectos en la mora legal, por lo que a inicios del segundo trimestre sus efectos se manifiestan en la morosidad mayor a 90 días, principalmente en sectores más vulnerables y de más lenta recuperación, como el turismo, transporte y microempresas.
“No le llamaría un efecto tardío, sino más bien un efecto acorde a la realidad de la pandemia, la recuperación de la economía, el empleo y la presión social. De lo mucho que hemos aprendido en los últimos meses, es que debemos ir conduciendo día a día estrategias y tácticas de ayuda a nuestros clientes, adelantándonos a sus necesidades, empero, sin dejar de lado la realidad mundial y propia del país”, destacó Calderón.
El Banco Nacional inició el 2021 con un índice de morosidad de 3,59% pero cinco meses más tarde para el cierre de mayo este indicador aumentó 0,55 puntos porcentuales para ubicarse en 4,41%. Actualmente el Banco Nacional es el banco con la cifra más alta de mora, seguida de Lafise y Scotiabank.
Ariel Rosenblatt, vicepresidente de finanzas para Centroamérica de Scotiabank explicó que en el caso de esa institución ingresaron al 2021 con un récord histórico de suficiencia patrimonial y cuentan con niveles de patrimonio mayores a los definidos por las normas de Basilea por lo que están confiados de que atravesarán esta temporada sin ningún sobresalto.
En el caso de las mutuales, financieras y cooperativas, Coopesanmarcos, Grupo Mutual y Coopegrecia son las que tienen los índices de morosidad más altos, mientras que Coopefyl, Coopeuna y Financiera Cafsa están en el límite inferior.
Maurilio Aguilar, director de riesgo del Banco Popular destacó que los bancos continúan apoyando a los clientes, que si bien tienen una situación complicada de generación de ingresos, muestran hacia adelante alta probabilidad de recuperación y de estabilización; esos programas vendrían a mitigar el impacto en los indicadores de la cartera de crédito.
Sectores más afectados
La principal apuesta de las entidades financieras para la reactivación económica es el crédito de vivienda, pero a la vez es el que tiene mayores índices de morosidad. Sin embargo, no en todas las entidades se ve el mismo efecto.
Por ejemplo, el Banco Popular aseguró que los sectores que presentan, a mayo 2021, atrasos en sus cuotas a más de 90 días son agricultura con un 7,90%, otras actividades del sector privado no financiero con 5,25% y transporte con 3,85%
En el caso de Scotiabank, Rosenblatt advirtió que el sector de consumo es el más impactado, principalmente tarjetas de crédito y préstamos personales, destacó además que las las hipotecas y el sector empresarial lograron adecuarse más sólidamente.