Pese a los desafíos que enfrentó el sistema bancario nacional con la pandemia y el impacto de leyes que fijaron topes a tasas de interés y a comisiones para pagos con tarjetas, el avance semestral del Informe de Estabilidad Financiera 2021 evidencia que la banca se mantivo con buenos niveles de suficiencia patrimonial y liquidez.
Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central de Costa Rica, explica que esto responde a dos factores. En primer lugar los sólidos niveles de suficiencia patrimonial y liquidez previos a la emergencia sanitaria, pero aunado a esto las medidas de apoyo a la liquidez y al crédito fueron fundamentales para que el sistema financiero pudiera hacerle frente al impacto adverso de la crisis sobre la capacidad de pago de los deudores, los plazos de los depósitos y los precios de los bonos soberanos costarricenses.
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Sin embargo Cubero destacó que no es momento para bajar la guardia, pues para este 2021 los bancos deberán enfrentarse a exposicones al riesgo de crédito mayores que las que hubo antes de la pandemia.
“Como advierte el informe, el impacto de la emergencia sanitaria sobre la calidad de la cartera crediticia aún no se observa plenamente pues su transmisión está en desarrollo y porque las medidas de flexibilidad normativa han permitido mitigar el golpe sobre los balances de los intermediarios”, agregó el señor Cubero.
Retos 2021
El año 2020 estuvo cargado de desafíos para las entidades, los bancos con gran participación en el sistema financiero, como el Banco Nacional, el Banco de Costa Rica y BAC Credomatic cerraron el 2020 con resultados finales (utilidades) hasta 30% menos que en el 2019, aunque no reportan pérdidas. La variación interanual a diciembre fue de -37,8%, -30,9% y -17%, respectivamente.
El mayor impacto de la pandemia en el Sistema Bancario Nacional (SBN) se dio en la rentabilidad, la cual, medida como porcentaje del activo total, disminuyó de 1% en el 2019 a 0,66% en el 2020, en buena parte producto de un bajo crecimiento de la cartera de crédito y del leve aumento en la morosidad.
Aún así el resultado general muestra que se mantuvieron niveles de capitalización y liquidez adecuados y muy similares a los de años anteriores.
El sistema financiero presentó durante el 2020 una importante holgura de liquidez, tanto en colones como en moneda extranjera, y los intermediarios financieros mostraron indicadores de cobertura de liquidez (ICL) por encima del mínimo recomendado por Basilea III (100%).
A diciembre del 2020, el ICL en colones del sistema de intermediación financiera fue 206% (243% en diciembre del 2019), mientras que en moneda extranjera se ubicó en 260% en ese mes, por encima del 211% de diciembre del 2019.
Crédito y mora
El 15 de abril la calificadora de riesgo Moody’s aseguró que mantendrá con calificación negativa al sistema bancario de Centroamérica y el Caribe debido a que prevé un aumento en la mora de los préstamos de la región para los próximos 12 meses, tan pronto se terminen las medidas regulatorias que permitieron a los bancos diferir los pagos de los préstamos.
En el caso específico de Costa Rica, los indicadores de mora crediticia muestran un deterioro apenas leve, de 2,40% (como porcentaje del total de créditos) en 2019 a 2,43% en 2020.
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El aumento apenas perceptible en la mora, a pesar de que la economía costarricense experimentó la contracción más fuerte desde 1982, se explica, en mucho, por los arreglos de pago que realizaron los intermediarios financieros a sus clientes.
Por su parte, los riesgos de crédito y de mercado del SBN aumentaron producto de los desequilibrios económicos y financieros ocasionados por la crisis económica asociada con el Covid-19.
Las autoridades financieras establecieron que, a partir de marzo del 2021, los intermediarios financieros deben actualizar la capacidad de pago de los deudores que a diciembre del 2020 contaban con arreglos de pago. Además, todos los nuevos arreglos de pago otorgados a partir de diciembre del 2020 deben acompañarse de un análisis actualizado de la capacidad de pago de los beneficiarios respectivos.
Riesgos y acciones 2021
Dentro de los principales riesgos para la estabilidad financiera en el 2021 destacan una recuperación de la actividad económica más lenta de lo previsto y una agudización de tensiones en los mercados como consecuencia de un retraso en la aprobación del ajuste fiscal convenido con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Como método para amortiguar los posibles efectos adversos de la pandemia y continuar el proceso de reactivación económica, el Central mantendrá una política monetaria expansiva, en tanto las condiciones macroeconómicas previstas no constituyan un riesgo para la meta de inflación en el horizonte de proyección de 24 meses.
Además, el Banco Central recientemente incrementó el monto de su facilidad especial de financiamiento al SBN, mientras el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero extendió para todo el 2021 la vigencia de varias de las medidas de flexibilización normativa que había aprobado el año pasado, particularmente las que permiten otorgar de manera más expedita prórrogas, readecuaciones y refinanciamiento (alrededor del 50% de la cartera de crédito ha sido ya sujeta a arreglos de pago).
“El Banco Central también considera importante avanzar en la creación de un programa de avales crediticios para apoyar la recuperación de las empresas y hogares afectados por la pandemia. Además, para asegurar la estabilidad financiera y la recuperación económica, es imprescindible que se aprueben con prontitud los diferentes proyectos de ley que forman parte del acuerdo con el FMI para restablecer la sostenibilidad de las finanzas públicas del país”, indicó el señor Cubero.
El informe completo para el 2021 se publicará en el segundo semestre de este año. A partir de este año, se publicarán además avances semestrales del IEF. El documento que se publicó este 26 de abril es el primer avance de este tipo.