La niñez es un momento oportuno para aprender buenos hábitos financieros e iniciar prácticas que promuevan la organización adecuada de las finanzas personales y que, a largo plazo, traigan beneficios en materia de ahorro, crédito e incluso la apertura de nuevos negocios.
Esta educación puede brindarse desde los centros educativos, pero también desde cada uno de los hogares. Para ello Raquel Castro, orientadora y psicopedagoga profesional, explicó que se deben asignar pequeñas tareas a los niños y niñas que ayuden a capacitarles en el tema e interioricen los conceptos relacionados a finanzas personales. Esto, basado en un ambiente de aprendizaje y responsabilidad.
“¿Cómo podrían los padres y madres incorporar el tema de educación financiera? Definitivamente a partir del modelaje de la conducta. Hay que tener presente que si el tema financiero para los adultos es un tema de estrés, puede que los niños aprendan esta conducta, por lo cual es importante saber canalizarla”, advirtió Castro.
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En esta ocasión, EF le brinda una guía de actividades y consejos para seguir en casa. Como parte de las actividades que los padres y madres de familia podrían aplicar en sus hogares, la gerente senior de inversiones y depósitos de Scotiabank, Laura Céspedes, recomienda diversas acciones. Entre ellas:
1. Ayudarles a elaborar un presupuesto: a partir de los seis o siete años, cuando los menores ya tienen mayor capacidad para entender el valor del dinero, pueden elaborar juntos un presupuesto. Dicha actividad, debe ayudarles a entender el control del gasto y la administración de los ingresos.
Para que esta actividad sea realmente efectiva, señaló Céspedes, se recomienda brindarles una cantidad de dinero; semanal, quincenal o mensualmente; y transmitirles la responsabilidad de cubrir gastos con el monto entregado.
“Por ejemplo, para realizar esta acción de una manera atractiva se puede elaborar un presupuesto para hacer galletas. Asigne un monto específico a su hijo o hija, seleccione los productos necesarios para elaborar las galletas y permítale hacer los cálculos para cubrir el pago de todos los ingredientes necesarios para la receta”, explicó.
2. Motivar el ahorro: su enseñanza debe ser clara y constante, al ser uno de los hábitos financieros más importantes para la vida adulta. Para lograr incentivar esta buena práctica, el consejo es motivarlos a guardar dinero periódicamente para alcanzar una meta a corto plazo (como la compra de algún objeto).
3. Acercar a los niños a los servicios bancarios: los padres pueden aprovechar un momento específico para mostrar a sus hijos cómo funcionan los servicios bancarios. Enséñeles cómo sacar provecho de una cuenta bancaria. Ayúdeles a abrir su primera cuenta y paso a paso, y con supervisión, podrán aprender a administrar su dinero.
4. Enseñarles el valor del dinero y monedas mediante juegos: incluir juegos en este proceso facilita la educación financiera y lo convierte en una actividad familiar, por ejemplo, juegos como Monopolio o Gran Banco, contribuyen al razonamiento financiero y reconocimiento de los valores específicos del dinero.
“Parte fundamental del desarrollo íntegro de las personas reside en la educación financiera y entre más temprano inicien a practicar buenos hábitos económicos, mejor será su preparación para administrar su capital en el futuro”, explicó Céspedes.
Asimismo, la vicepresidenta de relaciones corporativas de BAC Credomatic, Laura Moreno, brindó una serie de consejos para abordar la educación financiera con los más pequeños y desde casa. Entre ellos está practicar un sistema de cuotas para alcanzar una meta.
“Formule un cuadro sencillo donde coloque el monto de dinero que requerirá el objetivo planteado y divídalo por el número de tractos que necesitarán para alcanzarlo; péguelo en una pared y lleven juntos el avance”, aconsejó Moreno.
Otras de las áreas que puede trabajarse es la de emprendimiento. Para ello, en conjunto pueden identificar qué les gusta hacer cómo pueden ofrecerlo a otros con pagos simbólicos. “Esto refuerza la conducta del trabajo y la ecuación de dar y recibir”, dijo.
¿Cómo elaborar un presupuesto?
Un presupuesto consiste en un listado de todos los ingresos y todos los gastos que tiene la familia; esto genera un saldo final que consiste en la diferencia entre lo que ingresa (suma) y lo que se gasta (resta) durante un periodo.
El TCU-665 “Apoyo a la gestión local de programas públicos” de la Universidad de Costa Rica (UCR) incorpora dentro de sus labores la educación financiera de la población residente en el país. Sus estudiantes colaboraron con EF en la elaboración de una guía sobre cómo elaborar un presupuesto.
El primer paso es saber que la planificación debe realizarse conforme el flujo de ingresos de la familia (mensual o quincenal, por ejemplo).
“Un presupuesto personal o familiar permite planificar los gastos del hogar, para así dar prioridad a los egresos más relevantes y verificar los saldos de las cuentas”, señalaron.
A continuación, se detalla cómo elaborar un presupuesto mensual familiar básico en 6 pasos:
1. Hacer una lista con los ingresos mensuales: se deben considerar todos los ingresos personales y/o familiares, entre ellos, los salarios, pensiones, alquileres o inversiones.
2. Estimar los gastos: corresponden a las salidas de dinero, por ejemplo las cuotas de los préstamos, los gastos por alimentación, recibos de agua, luz, teléfono, celular, cable e internet, pago de vivienda y otros necesarios para la familia como colegiaturas, pases de transporte público y gasolina.
3. Registrar y clasificar todos los gastos: es importante distinguir entre los gastos fijos obligatorios (pago de préstamo, alquiler), los gastos variables necesarios (servicios de agua, luz, internet, teléfono, comida) y los gastos discrecionales o irregulares (aquellos que se pueden reducir o eliminar en caso de ser necesario.
4. Planificar un fondo de gastos irregulares: se cubren una o pocas veces al año como el marchamo, regalos de cumpleaños, vacaciones y ocio en general. Escribir al lado de cada categoría cuánto dinero se desea gastar en ella y sumar todo, finalmente se divide entre doce para saber el monto mensual que se necesita ahorrar para cubrir estos gastos irregulares.
5. Escribir la información en una base de datos: puede ser un cuaderno o un programa de hoja de cálculo como Excel.
6. Hacer ajustes: los presupuestos no son fijos, por lo que son sujetos a ajustes, en el caso de tener saldos negativos, se procede a reducir los gastos mensuales, en particular los discrecionales. Si el saldo es positivo, es posible aumentar el gasto en ciertas categorías o permite ahorrar en caso de ser necesario.
“Ya sea en el hogar o mediante una cuenta bancaria, ahorrar es una manera de disponer de los ingresos excedentes de la mejor manera cuando resulte apropiado. Contar con un fondo de ahorro reduce la necesidad de endeudamiento, y le será útil para afrontar emergencias como accidentes o un desempleo inesperado”, señalaron desde el TCU de la UCR.