Cuando una persona tiene deudas y se queda sin trabajo, la capacidad para seguir haciéndole frente a sus obligaciones financieras se estrecha por esa caída en los ingresos; e inevitablemente la preocupación y el estrés por el “¿y ahora qué hago?” suelen aumentar.
De acuerdo con la Encuesta Financiera a Hogares (Enfiho) 2022, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), se estima que el 49,6% de los hogares en Costa Rica (cerca de 864.000) tienen deudas.
Por otro lado, la Encuesta Continua de Empleo (ECE) indica que, en el primer trimestre de 2023, la población desempleada se estimó en 249.000 personas.
El Financiero intentó conocer cuántos deudores en Costa Rica están desempleados; sin embargo, desde el INEC se indicó “que la información solicitada está fuera del alcance de la institución, ya que con los datos con los que se cuenta, el procesamiento tiene un muy bajo nivel de precisión (error más alto)”.
Aunque no se pudo conocer la cantidad de personas en el país que tienen deudas y están sin trabajo, El Financiero recopiló diversas opciones que pueden ser consideradas, por quienes están viviendo esta situación, para lograr cumplir con las obligaciones financieras que poseen.
Alternativas a considerar
Según Ernesto Solano, abogado de la Oficina del Consumidor Financiero (OCF), el primer escenario a analizar es si la persona cuenta con un seguro de desempleo: instrumento que otorga un soporte económico, por un tiempo determinado, para el pago de la cuota mensual del préstamo del asegurado.
“Ahora la mayoría de créditos vienen ligados a una póliza de desempleo”, aseguró Solano.
Eso sí, la asesora legal de la Defensoría de Apoyo al Deudor (Defade), Stephanie Portuguez, indicó que estos seguros tienen algunas restricciones como, por ejemplo, que el cese de la relación laboral debe darse con responsabilidad patronal y definen, en algunos casos, que la póliza cubre el pago de las cuotas de los créditos hasta por un año.
En caso de que la persona no cuente con este seguro de desempleo, se podría analizar la posibilidad de utilizar algún ahorro con la finalidad de amortizar las deudas.
Portuguez recomendó que la persona que se encuentra sin trabajo pero está endeudada puede realizar un análisis detallado de las obligaciones financieras y priorizar cuáles son las más urgentes o las que tienen tasas de interés más altas, pues esto va a permitirle enfocar sus esfuerzos y recursos en abordar de primero las deudas más críticas.
Ahora bien, buscar alternativas para generar ingresos y lograr hacerle frente al pago de las deudas es una acción que siempre debe ejecutarse. Carlos Vásquez, fundador de Quantum Coaching Group, conferencista y capacitador en finanzas personales, recomendó que la persona puede reinventarse; un ejemplo de ello es poner en marcha un emprendimiento.
“Lo que nos han vendido de que la seguridad financiera está en un empleo no es cierto. Hay muchas oportunidades de emprendimientos que se pueden desarrollar”, consideró Vásquez.
Incluso, aquí puede entrar en juego el Fondo de Capitalización Laboral (FCL): un dinero al que una persona que terminó una relación laboral, por despido o renuncia –solo por mencionar dos ejemplos–, puede acceder; ya que constituye un ahorro que surge de un aporte mensual que ejecuta el patrono como parte de la cesantía, y que es administrado por las operadoras de pensiones complementarias (OPC).
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De esta manera, el saldo del FCL podría funcionar, por ejemplo, como capital o una ayuda económica para iniciar un emprendimiento y utilizar parte de los ingresos generados para el pago de las deudas.
Además, Portuguez detalló que es necesario que las personas revisen los gastos mensuales y busquen formas de reducirlos. “El recortar gastos innecesarios, renegociar contratos de servicios, buscar alternativas más económicas, etc. Ajustar el presupuesto le va permitir destinar más recursos al pago de las deudas”, comentó.
Otra alternativa para generar ingresos que puede considerarse es la de vender algún activo (motos, carros, lotes, etc.), con el objetivo de cumplir con el pago de las deudas.
“Esta es una salida que a veces se propone como última instancia, cuando la persona tiene múltiples deudas y estas se encuentran atrasadas”, mencionó el abogado de la Oficina del Consumidor Financiero.
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Por su parte, si un deudor se encuentra en una situación de desempleo es vital que se comunique con los acreedores para informarles sobre su situación financiera actual.
“Algunas instituciones financieras pueden ofrecer opciones de pago flexibles o programas de alivio para ayudarle a afrontar las deudas durante el periodo de desempleo”, detalló la asesora legal de la Defade.
En tanto, el abogado de la OCF dijo que si la persona se encuentra desempleada es muy difícil que una entidad financiera le haga algún tipo de readecuación o de ajuste de la deuda, porque el respaldo de la institución son los ingresos de la persona.
Algunas ocasiones la entidad puede hacer descuentos con el propósito de que la deuda sea cancelada en su totalidad y de esa manera la institución no sigue con el riesgo y el deudor da fin a la operación, agregó el abogado.
Siempre es recomendable buscar el asesoramiento de un profesional financiero o legal en caso de necesitarlo.
— Stephanie Portuguez, asesora legal de la Defade
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