Las necesidades de financiamiento del Gobierno Central no se disipan: este año debe cumplir con obligaciones que ascienden a 13,3% del Producto Interno Bruto (PIB), incluidos salarios, pago de deuda y pensiones, entre otras.
Para esto, Hacienda espera que sea aprobado el proyecto de ley para emitir deuda externa por un monto de $1.500 para el 2019, con el fin de que ese financiamiento que necesita se pueda conseguir más barato de lo que le saldría en el mercado interno.
La emisión de eurobonos no solo reduciría el costo, sino que contendría las presiones en el mercado interno en términos de tasas y le daría espacio a la riqueza financiera del sector privado para crecer.
La aprobación también implicaría que se dispare el endeudamiento externo, pues pasaría de 0,6% del PIB a 4,3% al cierre del 2019, según estimaciones del Programa Macroeconómico del Banco Central.
¿Realmente nos saldría más barato?
La respuesta es sí, o eso es al menos lo que espera el mercado local.
Basado en las emisiones anteriores, la experiencia dice que los bonos externos tenían tasas más bajas que en el mercado interno de ese momento, aunque claramente no es una predicción.
Los bonos de Costa Rica emitidos en el 2012, con vencimientos al 2023, ofrecían 4,25% a un plazo de diez años, con un monto total de $1.000 millones.
Para entonces, el entorno internacional era el idóneo: las tasas eran bajas.
La calificación de riesgo del país también ayudaba: era más alta de la que tenemos ahora.
Los eurobonos vigentes se colocaron con rendimientos que oscilaban entre 4,25% y 7,16% en plazos que van desde el 2023 al 2045.
Actualmente, el rendimiento de esos mismos bonos varía entre 6,28%, el de menor plazo, y 8,05%, el que vence en el 2045.
En el caso de la deuda interna, lo que se ofrece por un bono al plazo más largo colocado el 28 de enero en el mercado primario, que se vence en el 2022, es una tasa de 9,12%.
De acuerdo con lo anterior, si emitiéramos los bonos hoy, el rendimiento de los eurobonos podría iniciar en 6,28%, tomando como referencia la tasa del bono de menor plazo disponible en el mercado secundario, aunque claro está con una diferencia en su duración.
Otra posibilidad es que si se emiten bonos con vencimientos superiores a 5 años, las tasas oscilen entre 6% y 7,52%. Lo anterior es la diferencia entre la tasa que ofrece un bono del Tesoro de Estados Unidos a diez años y el margen que hay entre este y el bono de deuda externa más cercano a los 10 años que tiene Costa Rica en el mercado internacional.
Si se toma como punto de partida la diferencia entre los bonos anteriormente mencionados, la brecha es de casi cinco puntos porcentuales, un rango en el que Hacienda podría trabajar.
También se podría considerar que el techo del costo de la deuda sería de 9,12%, la tasa más alta ofrecida en enero por un bono en dólares de deuda interna en el mercado primario con vencimiento al 2022.
Antes de eso, en diciembre, la Tesorería ofreció un bono en dólares con vencimiento al 2026 a una tasa de 9,75%.
Para Douglas Montero, director de Fondos de Inversión de Aldesa, Costa Rica no debería pagar más de 7,7% por unos bonos a 10 años y 8% por bonos a más largo plazo, como a 20 años, por ejemplo.
Según explicó Silvia Jiménez, gerente de inversiones de Mercado de Valores, es destacable que después de la aprobación de la reforma fiscal, las tasas del país se han ajustado a la baja, por lo que si el país sigue el camino de reforma será posible endeudarnos más barato de lo que nos sale en mercado local, similares a las que se ofrecen en el mercado internacional secundario.
Los otros competidores
A pesar de que la perspectiva de Costa Rica frente a los mercados mejoró con las aprobación de la reforma fiscal, los bonos del país no están solos, tienen que competir con el resto de los bonos de deuda de economías emergentes que tienen incluso mejores calificaciones que la nuestra.
Milena Carrizosa, representante de Fitch Ratings, explicó a EF que la calificación de riesgo tiene mucha injerencia en los bonos.
“Cuanto más baja la calificación, el riesgo es más alto, por ello la única forma de incentivar las inversiones es compensar el mayor riesgo con más rentabilidad. Un bono con riesgo alto deberá compensar con un mayor retorno a los inversionistas”, afirmó Carrizosa.
Países como El Salvador o Bolivia, con calificaciones de riesgo muy similares a la costarricense (dos escalones más abajo que Costa Rica y uno más arriba, respectivamente), ofrecen al menos medio punto más de rendimiento por bonos en circulación que se vencen en el mismo año, el 2023.
Concretamente, Bolivia ofrece 0,74 y El Salvador 0,10 puntos porcentuales adicionales por un instrumento con caducidad en el 2023, ambos con respecto al de Costa Rica.
A pesar de que algunos de los países ofrecen un rendimiento más alto, ese factor no es el único que toman en cuenta los inversionistas.
José Rafael Brenes, gerente de la Bolsa Nacional de Valores, explicó que en los mercados internacionales no se pelea la posibilidad de compra sino el precio.
“La calificación habla de la bondad de la emisión. Uno llega a los mercados internacionales y la gente conoce bien Costa Rica”, afirmó Brenes.
Para Montero, los inversionistas ven más que la calificación. Las condiciones políticas y sociales de los países también se toman en cuenta.
“Los bonos de Honduras, que tiene una calificación igual a Costa Rica, tienen un menor rendimiento, pero la economía de Honduras no se puede comparar con la de Costa Rica” afirmó Montero. Con esto, se refirió a la crisis migratoria de Honduras y a los problemas de inseguridad de ese país.
Además, aseguró que cuando un inversionista compra un bono con una calificación como la nuestra está consciente del riesgo que está asumiendo y aun así le resulta atractivo.
“Los inversionistas nos siguen viendo como un país tranquilo en medio de una Centroamérica convulsa”, afirmó Montero.
Nuestros compradores
El perfil de nuestros compradores de deuda ha cambiado desde que tenemos una calificación diferente de la que teníamos cuando se emitieron los anteriores eurobonos.
Los compradores de deuda externa serían ahora fondos especializados en altos rendimiento, denominados high yield funds (fondo de alto rendimiento).
Brenes aseguró que el universo de inversionistas externos es muy grande y hay para todos los perfiles de riesgo.
“Afuera hay un perfil de inversionista que está confortable y satisfecho con este tipo de bonos”.
En cuanto a los plazos, cuanto más largo sea es mejor.
Los mercados internacionales están cómodos con plazos entre 10 y 30 años, muy lejos de lo que es usual para las emisiones de deuda interna para Costa Rica, lo que además ajustaría la curva de la deuda a un plazo más largo.
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