En Costa Rica hay menos tarjetas de crédito pero un mayor saldo de deuda. Así lo encontró el último Estudio Trimestral de Tarjetas de Débito y Crédito del Ministerio de Economía Industria y Comercio (MEIC).
El estudio realizado por la Dirección de Investigaciones y Mercados (DIEM) del MEIC determinó que la cantidad de tarjetas de crédito en circulación bajó un 3,98% entre abril de 2021 y abril de 2022, sin embargo, entre ese mismo lapso el saldo de deuda creció un 14,3%. Esta cifra constituye ¢1,47 billones; un 4,54% del Producto Interno Bruto (PIB) de Costa Rica.
La DIEM también encontró que, aunque el saldo de deuda es mayor, la morosidad bajó con respecto al año anterior. Mientras que para abril del 2021 la morosidad menor a 90 días se encontraba en el 9,1%, para ese mismo mes del presente año se disminuyó a un 3,97%. La morosidad mayor a los 90 días también vio reducido su porcentaje: pasó del 3,61% al 1,11%.
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El estudio, con corte al 30 de abril del 2022, contabilizó 2,53 millones de tarjetas de crédito y 6,10 millones de débito de 31 y 28 emisores, respectivamente. A diferencia de las de crédito, la cantidad de los plásticos de débito tuvo un crecimiento interanual del 1,44%. El saldo acumulado de las cuentas asociadas a estas tarjetas alcanzó la suma de ¢6,82 billones, esto representa un 21% del PIB de Costa Rica. En estas cuentas, la tasa de interés pasiva —el porcentaje que el banco paga a los clientes por el dinero que estos mantienen en sus cuentas— pagan en tasas máximas entre 0,25% y 8% y en tasas mínimas el pago es entre 0,20% y 4%.
El recuento también encontró que el total de colones asociados a las tarjetas de débito bajó un 0,87% mientras que los dólares aumentaron un 4,11% entre abril de 2021 y 2022.