Tras el suicidio de uno de sus usuarios, que creía haber perdido cientos de miles de dólares, la aplicación de corretaje Robinhood está en la mira y es fuertemente criticada. Popular entre los millennials, la plataforma es acusada por sus detractores de trivializar las transacciones del mercado de valores.
Alexander Kearns, un estudiante de Nebraska de 20 años, acabó con su vida el 12 de junio después de descubrir que en su cuenta de Robinhood, donde compraba y vendía opciones, tenía un saldo negativo de más de 730.000 dólares.
Las opciones son derechos de compra y de venta sobre un activo (acciones, índices bursátiles, materias, primas) llamado activo subyacente.
"El estrés emocional causado por tal exposición al mercado lo llevó al suicidio", tuiteó Bill Brewster, primo del joven y analista financiero residente en Chicago.
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Pero según la familia de Alexander Kearns, la interfaz poco clara de Robinhood y la complejidad de las inversiones le hicieron creer que se había endeudado seriamente cuando su cuenta estaba en realidad en verde.
En caso de compra y venta de opciones, es posible que el valor del portafolio de un cliente sea positivo pero que su capacidad de inversión y liquidez sean temporalmente negativas, dijo a la AFP una fuente cercana de Robinhood, sin confirmar si este había sido el caso de Kearns.
En una nota de blog, los cofundadores de Robinhood, Vlad Tenev y Baiju Bhatt, dijeron que estaban "personalmente devastados por esta tragedia" y prometieron cambios, incluido el fortalecimiento de los criterios de elegibilidad para invertir en opciones, la mejora de sus herramientas de educación financiera y una mejor legibilidad de su interfaz.
Tenev y Bhatt también anunciaron una donación de 250.000 dólares a la Fundación Estadounidense de Prevención del Suicidio.
Democratizar Wall Street
El servicio de "trading" Robinhood nació en 2013 con la ambición, según sus fundadores, de democratizar el acceso al mercado de valores mediante la eliminación de las comisiones en cada transacción para comprar y vender acciones, fondos indexados (ETF) u opciones.
La compañía también ofrece servicios como la compra de acciones fraccionarias, lo que hace posible adquirir parte de los títulos de compañías particularmente caras, o la concesión de una acción gratuita a nuevos clientes.
Emblema de la "fintech", la corredora se ha vuelto muy popular gracias a su aplicación móvil, que atrae a una clientela joven adicta a los teléfonos inteligentes.
La plataforma, que juega a fondo la carta de la interactividad, permite crear listas de títulos populares y celebra cada operación con una lluvia de confeti virtual.
A principios de mayo, Robinhood reivindicó más de 13 millones de cuentas con un crecimiento particularmente fuerte durante el confinamiento generalizado por la pandemia, superando a pesos pesados como Charles Schwab, TD Ameritrade o E*TRADE, más allá de que la cantidad de activos administrados por estos últimos es mucho mayor.
Los clientes de Robinhood son esencialmente pequeños propietarios, aficionados a los movimientos especulativos y atraídos por las acciones cotizadas en centavos, un perfil del que a menudo se burlan inversores experimentados.
No obstante, un análisis del banco francés Societé Generale de los intercambios realizados desde el comienzo del año estimó que algunos operadores novatos lo han hecho realmente bien este año.
"Su momento de regreso al mercado parece impecable, con un repunte significativo en las inversiones cuando los mercados de valores tocaron fondo a mediados de marzo", dijo la institución financiera en una nota reciente.
Responsabilidad
Desde su inicio, el modelo de negocios de Robinhood ha sido cuestionado.
Además de la recaudación de fondos y las suscripciones premium, la plataforma recibe ingresos gracias a las comisiones pagadas por los creadores de mercado (market makers).
Común entre los corredores, esta práctica ha sido denunciada por su falta de transparencia, lejos del mensaje transmitido por Robinhood.
La empresa también ha experimentado accidentes en el camino, en particular su intento fallido de ofrecer a sus clientes cuentas corrientes y de ahorro, o las numerosas fallas de su aplicación.
Pero la mayor crítica ha sido por la falta de protección para los inversores minoristas.
"Robinhood hace que sea demasiado fácil para inversores jóvenes, sin experiencia y con un saldo bajo en su cuenta tener comportamientos de inversión riesgosos para los que no están lo suficientemente educados ni tienen la suficiente experiencia para participar", dijo Tara Falcone, planificadora financiera certificada y fundadora de ReisUP, un servicio de educación financiera.
La aplicación móvil, por ejemplo, destaca las criptomonedas, como bitcoin, sin advertir demasiado sobre los posibles peligros de tales inversiones.
Para Falcone, los anuncios de los fundadores después del suicidio de Alexander Kearns son un paso en la dirección correcta, pero Robinhood puede y debe ir mucho más lejos.
"La democratización de las inversiones financieras es una misión maravillosa y ellos claramente han hecho un gran trabajo en esta dirección", dijo la especialista en planificación financiera.
“Pero este tipo de libertad implica grandes responsabilidades. Una parte es responsabilidad de las personas que toman estas decisiones, pero creo que Robinhood también tiene una responsabilidad hacia su clientela”, agrega.