Washington. La reforma fiscal que planea el presidente estadounidense Donald Trump es un factor de incertidumbre para la economía de Estados Unidos, dijo este martes 14 de febrero la presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen.
Al comparecer ante un comité del Congreso, advirtió que todo plan de gastos debe estar en línea con una "trayectoria sostenible" del presupuesto.
No obstante, la Fed decidirá en su reunión de política monetaria de marzo si sube las tasas de interés, habida cuenta que la inflación está bien cerca de la meta de 2% y el empleo sigue en buena forma, dijo Yellen.
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Sus comentarios no dieron muchas pistas sobre cuando subirán las tasas. Yellen repitió que "la política monetaria no tiene un trayecto preestablecido" y que las decisiones se tomarán en respuesta a eventuales cambios en las perspectivas económicas y posibles riesgos.
Pero dado que Trump está prometiendo un "fenomenal" recorte de impuestos y al mismo tiempo un fuerte aumento de los gastos del gobierno, los comentarios de Yellen recibieron mucha más atención que cuando los hizo en otro comité del congreso en noviembre.
Al tiempo que subrayó que no quiere intervenir en cuestiones de impuestos específicos o propuestas de gastos, remarcó "la importancia de mejorar el ritmo de crecimiento de largo plazo y mejorar las condiciones de vida de los estadounidenses con políticas que apunten a aumentar la productividad".
Yellen no hizo muchas más precisiones, pero la Fed ha machacado con que la lentitud del crecimiento económico estadounidense se debe a la pequeña mejora de la productividad.
El temor es que al inyectar dinero en una economía al borde del pleno empleo, la inflación se dispare, a menos a que se tomen medidas para mejorar la capacidad productiva; por ejemplo, inversiones en carreteras, aeropuertos o puertos.
La inflación es el mayor enemigo de la Fed y si se sale de curso la entidad puede aumentar las tasas como forma de encarecer el dinero.
Aunque Trump criticó a la Fed durante la campaña electoral por mantener las tasas cerca de 0% para supuestamente respaldar al entonces presidente Barack Obama, actualmente es improbable que el presidente quiera tasas más altas que puedan complicar tanto el crecimiento como la inversión.
La Fed subió las tasas de interés en diciembre, un año después de la primera alza en una década, pero no las modificó en enero. Ahora los analistas están tratando de desentrañar si el nuevo incremento será decidido en las reuniones de marzo de la Fed.
Yellen no dio muchas pistas, más allá de su visión optimista de la economía estadounidense.
Los últimos datos económicos, indican que la inflación y el empleo están en buen rumbo y la Fed "evaluará" si seguirán comportándose de acuerdo a las expectativas, dijo Yellen.
En tal caso "probablemente sería apropiado un nuevo ajuste de las tasas", añadió.
Indicó, como ya lo había hecho otras veces, que sería "desaconsejable" demorar demasiado en subir las tasas porque se corre el riesgo de que más tarde tenga que subirlas más rápido y hasta más abruptamente.
* Esta noticia fue ampliada posterior a su publicación.