Nueva York. La Reserva Federal de Estados Unidos rechazó este jueves 7 de abril el riesgo de que el país esté al borde de una recesión y, al contrario, confirmó que la economía sigue teniendo un "curso sólido" con suficiente fortaleza para generar crecimiento.
Así lo destacó la presidenta de la institución, Janet Yellen, al participar en un debate con tres predecesores suyos: Ben Bernanke, Paul Volcker y Alan Greenspan, este último por vídeo desde Washington.
"No podría ver la situación económica actual como una burbuja", afirmó Yellen, quien destacó el "tremendo progreso" que ha tenido la economía de Estados Unidos desde la crisis financiera que estalló en 2008.
En ese sentido, destacó el aumento en la generación de empleo, hasta el 5% y una inflación por debajo del objetivo del 2%, aunque con una influencia "transitoria" en los precios motivada por los bajos niveles de los valores del crudo y la debilidad del dólar.
"La economía se está moviendo hacia adelante", afirmó, por su parte, Bernanke, quien no ve ninguna razón para que pueda surgir una recesión este año más que en el anterior solo porque han pasado más de siete años desde la última crisis financiera.
"La recuperación no se extingue con la edad", insistió el predecesor de Yellen, que ocupó el máximo puesto de la Reserva Federal (Fed) desde 2006 hasta 2014 y le tocó hacer frente a una de las crisis económicas más graves de las últimas décadas.
La defensa de la situación económica actual surgió en medio de llamamientos de distintos políticos, entre ellos, el precandidato presidencial republicano Donald Trump, que advierten sobre la posibilidad de que Estados Unidos pueda entrar en una recesión.
"Yo no me preocuparía demasiado por la presente situación. Solíamos tener recesiones antes de tener la Fed", dijo, por su parte, Volcker, que estuvo durante ocho años, hasta 1987, cuando le pasó el relevo a Greenspan, su vez reemplazado por Bernanke.
La conversación entre los cuatro presidentes de la Fed, en una residencia universitaria de Nueva York, se desarrolló de una forma relajada y alguna que otra broma entre los participantes casi desde el comienzo.
Yellen fue interrumpida por un fuerte estornudo de Greenspan cuando le tocó defender la decisión de la Fed de subir las tasas de interés en un cuarto punto porcentual en diciembre pasado, el primer aumento en casi una década.
Las tasas de interés de referencia quedaron entonces entre el 0,25% y el 0,50% y aunque la Fed se había comprometido a realizar cuatro revisiones adicionales este año, se ha inclinado a aplicar un número menor, mientras se consolida la recuperación.
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"La política monetaria no es un curso prefijado", dijo Yellen y, como ha afirmado en ocasiones anteriores, señaló que espera que la "normalización" de las tasas se vaya aplicando de acuerdo con "una variedad de razones", entre ellas la mejora de la economía mundial.
Yellen agregó que la Fed no fija un nivel en el que debería estar el dólar, sino que "ve la economía al completo", pero reconoció que la apreciación que ha venido experimentando la moneda estadounidense en año y medio está rezagando en algo la recuperación económica.
"La decisión de diciembre demostró que teníamos las herramientas para ajustar la política monetaria de una forma apropiada", recalcó Yellen. "Nos mantenemos en un camino razonable y no pensamos que lo de diciembre fue un error", insistió.
La presidenta de la Fed, sin embargo, no anticipó cuándo puede ser el siguiente paso para revisar las tasas de interés, aunque no se espera que vaya a ser en la próxima reunión, del 26 y 27 de abril.
Greenspan apoyó también a Yellen cuando dijo que la capacidad de la Fed para predecir el contexto económico "es significativamente limitada", algo que siempre ha sido un problema no solo para la entidad, sino para otros bancos centrales.
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