Los recursos disponibles como consecuencia de la decisión del Banco Central de reducir el encaje mínimo legal no han podido ser liberados a los sectores productivos por falta de demanda en el crédito.
Lo anterior según información suministrada por las entidades financieras a EF, quienes admitieron que la solicitud de préstamos no ha crecido desde que se ordenó el ajuste, por lo que los recursos siguen en reserva.
Solo dos de ocho bancos manifestaron a El Financiero que habían puesto a disposición los recursos y ya habían logrado colocarlos. Todos los bancos públicos y siete privados fueron consultados.
El 3 de junio de este año el Banco Central acordó reducir el porcentaje de encaje mínimo legal del 15% a 12% de las captaciones y depósitos que tienen las entidades financieras en colones.
El encaje mínimo legal es una reserva líquida de los pasivos, proporcional al monto total de sus depósitos y captaciones en cuestas corrientes que los intermediarios financieros mantienen con sus clientes y que deben ser trasladadas al Banco Central.
Para ese momento, la reducción liberaría ¢381.000 millones disponibles para colocar en préstamos en el sistema financiero.
En ese momento, Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central, explicó que la reducción del encaje generaría una mayor disponibilidad de recursos prestables en colones, así como al reducción para las entidades financieras del costo de captación en moneda nacional.
Entre enero y agosto de este año, el crédito otorgado por el sistema financiero cayó 2%.
Cubero afirmó que necesitaba que los costarricenses vuelvan a creer en el desempeño de la economía nacional para poder reactivar la demanda del crédito.
Sin embargo, el entorno de incertidumbre ha llevado al consumidor a posponer sus decisiones de inversión, por lo que pese a tasas ligeramente más bajas y mayor liquidez dirijan directamente a personas y empresas a demandar crédito.
Sin embargo, esto dependía de que efectivamente las personas se dispusieran a adquirir más préstamos. De lo contrario, los recursos solo quedarían en reserva, como está ocurriendo actualmente.
Además, el Central no podía obligar a los bancos a utilizar los recursos para dinamizar la economía. De hecho, pueden usarlos para pagar deudas o depositarlos como ahorros a plazo.
Eso fue precisamente lo que hizo Cathay, de acuerdo con información confirmada por Dannel Huang, gerente financiero de Banco Cathay.
Huang explicó que de primera entrada, el banco utilizó los recursos liberados para colocarlos en instrumentos de inversión de muy corto plazo, como fondos de inversión, mercado de liquidez y títulos con vencimiento dentro de pocos meses.
La intención de esta medida era mejorar el margen financiero sobre pasivos de los bancos en al menos dos puntos sobre el monto liberado.
“El traslado de los recursos a la cartera de crédito ha sido bastante lento y se ha enfocado en principalmente en consumo, tarjetas de crédito y prendas”, explicó Huang.
Aseguró que la desaceleración en el crecimiento del crédito en dólares continúa en el sistema bancario, especialmente porque en el sector empresarial todavía se mantiene la prudencia a la hora de tomar decisiones de inversión en ambas monedas.
En el caso del Banco Popular, si bien los recursos han aportado mayor liquidez, no ha habido un impacto en la demanda del crédito.
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El Banco Nacional, cuya cartera está colocada principalmente en colones, tampoco ha logrado llevar los recursos liberados a operaciones crediticias. En esta entidad reportan que el comportamiento de la demanda ha sido igual al de antes del ajuste.
La misma situación la reconocen Scotiabank y Lafise, aunque su participación dentro de los créditos en colones es menor.
En el caso de Lafise los fondos serían destinados a créditos para Pymes, descuento de facturas o unificaciones de deudas si es necesario.
Mari José Acuña, gerente senior de productos de crédito de Scotiabank, explicó que los recursos están disponibles de la siguiente manera: para vivienda ¢15.000 millones), para pymes ¢7.000 millones, y adquisición de vehículos y consumo ¢5.000 millones.
El Bac fue uno de los bancos que logró trasladar el crédito a pymes.
Davivivienda aseguró que la disminución del encaje contribuyó al crecimiento de la cartera de crédito en colones en ¢7.000 millones entre julio y agosto.
Alex Otoya, director financiero del Banco Popular, aseguró que los participantes de la economía todavía están muy sensibles respecto a la incertidumbre y al bajo crecimiento de la producción.
Sin embargo, considera que se debería esperar que la demanda de crédito se reactive y que los recursos, que ya se encuentran en el sistema puedan ser utilizados.