La recuperación de la demanda de combustibles después de varios meses de restricción a la movilidad, las limitaciones sobre la oferta, junto con otros factores coyunturales impulsan los precios al alza en este 2021.
El mayor consumo por parte de los costarricenses presiona a la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) a comprar más hidrocarburos en un mercado internacional con elevados precios, lo que repercute en los consumidores nacionales que durante este 2021 han experimentado siete incrementos.
Es decir, en el país hay un aumento en la demanda de combustibles con respecto al 2020 y pese a que el costo final es principalmente movido por los precios internacionales del petróleo, el alto consumo en el territorio nacional termina afectando a Recope que se ve obligado a abastecer la demanda sin importar el costo. En otras palabras, tiene que comprar más en un mercado al alza.
“El mercado internacional atraviesa por una serie de circunstancias que hace que el precio al que se compra el combustible, sin importar qué tan buen comprador sea, es muy caro. Adicionalmente, Recope está obligado por ley a abastecer la demanda de combustibles del país, sin importar a que costo”, explicó Luis Carlos Solera, gerente financiero de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).
Además, en Costa Rica el precio de los hidrocarburos es regulado y dentro de la fórmula de cálculo que aplica la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos el comportamiento de la demanda está ausente.
Los factores incluidos en esta fórmula son el precio internacional que representa el 47% de costo final, el impuesto único que implica el 36%, los gastos de operación de Recope que tienen una representación de 6%; el flete de estaciones y servicios que aportan un 10% y finalmente el subsidio y canon que abarcan apenas un 0,89%.
Comportamiento de demanda
Conforme llegaron las noticias y avanzaron las campañas de vacunación, las expectativas de crecimiento económico aumentaron. Las restricciones de movilidad que existían se empezaron a eliminar y la demanda mundial se recuperó por encima de las expectativas.
Este shock de demanda incidió en la producción y distribución de combustibles, ocasionando así un mayor precio ante las necesidades de las personas.
Costa Rica no fue la excepción, por ejemplo en términos de ventas el 2020 representó la demanda más baja desde el 2006. De manera que durante el primer año de la pandemia de COVID-19 Recope colocó en el territorio nacional un total de 17,6 millones de barriles, pero antes de este año las cifras alcanzaban los 22 millones de barriles por año.
De abril a octubre del 2020 se importaron entre un millón y 1,6 millones de barriles por mes, pero a partir de octubre las importaciones empezaron a crecer hasta alcanzar su pico máximo en abril de este 2021 donde Recope importó dos millones de barriles.
Desde entonces la importación ha venido cayendo en términos de cantidad, pero los precios siguen en aumento. “Las importaciones es cierto que obedecen a la demanda, pero también a otros factores como los niveles de inventario que manejemos, atraques de barcos, condiciones climáticas entre otros”, agregó Solera.
Según Solera el alza en el tipo de cambio tiene una gran afectación sobre el mercado de combustibles.
Por ejemplo, en este momento el promedio del precio de la gasolina regular en el mercado internacional es de $100 el barril. A partir del momento en que empezó a crecer el precio, el tipo de cambio era de ¢569 colones, pero hoy tenemos un valor que ronda los ¢640. Es decir, un aumento de ¢67 en el tipo de cambio.
A inicios de octubre el grupo Financiero Acobo informó a través de su boletín, que distintos elementos se juntaron para explicar la trayectoria del tipo de cambio durante este 2021, como la menor oferta de dólares que llega al mercado por medio de la actividad turística y una mayor factura por importaciones.
De acuerdo con datos de Acobo, las compras de insumos crecieron 29,4% a julio, mientras que la factura petrolera ascendió a $800 millones, un incremento de 55% en comparación al mismo periodo del 2020.
Al desagregar los datos, pero esta vez en términos de litros por mes, es posible observar dos detalles. El primero que el consumo de gasolina super disminuyó posterior al 2020, mientras que la Plus 91 aumento. Es decir, que los costarricenses aumentaron su consumo pero con un combustible de menor precio y diferentes características.
En segundo lugar, la demanda aumentó de manera que en abril del 2020 Recope colocó 29.811 millones de litros de gasolina Plus 91, la que popularmente se conoce como regular. Para ese mismo mes, pero del 2021 la entidad había vendido 47.527 millones de litros. Solo para un mes en distinto año es un incremento del 59%.
Diciembre del 2020 y marzo del 2021 fueron los meses de mayor demanda para todos los tipos de combustibles, incluido el Gas LP. En ambos periodos las ventas de litros superaron los 50.000 millones de litros.
Solera destacó que este no es un caso exclusivo de Costa Rica, por el contrario, es un comportamiento mundial. Ante la recuperación por encima de las expectativas la oferta debería abastecer esta necesidad, pero la producción también tiene ciertas condiciones que impactan el precio del crudo.
Parte de la producción de petróleo está restringida por la OPEP, esta restricción de la oferta se hizo como una respuesta a la producción de los Estados Unidos, que pasó de ser un importador neto de petróleo a ser un exportador de petróleo. El aumento en la producción hizo que la organización decidiera recortar la producción para poder estabilizar el mercado.
Con la llegada de pandemia hubo un mayor recorte de producción, alrededor de 9,7 millones de barriles por día. Eso es el equivalente al 10% de la producción que había en el año 2019, según datos de Recope.
Solera explicó que conforme la demanda se ha ido recuperando, la OPEP ha ido relajando el recorte, pero no se ha abierto a la misma velocidad en que ha incrementado la demanda.
Actualmente el recorte es de 7,7 millones de barriles y la OPEP anunció que iría relajando la medida en 400.000 barriles por mes. Sin embargo, no todos los países miembros han estado en la posibilidad de incrementar la producción, debido a problemas de mantenimiento a las instalaciones durante la pandemia.
“No ha sido posible incrementar la producción como se esperaba que aumentara. Entonces, ¿qué tenemos? Una demanda creciente qué impulsa el precio al alza y una oferta restringida que impulse el precio alza”, agregó Solera.
El pasado 4 de noviembre los miembros de la OPEP+ se reunieron para decidir su nivel de producción de petróleo para el mes de diciembre y acordaron limitar el aumento de su producción a 400.000 barriles en diciembre, a pesar de que los consumidores pedían medidas más importantes para moderar la subida de precios.
Los 23 ministros reunidos por videoconferencia optaron por seguir su hoja de ruta y no separarse de la línea de producción adoptada el 18 de julio.
La OPEP insistió en los factores de riesgo sobre la demanda para justificar el mantenimiento de su política prudente. También mencionó las nuevas alzas de contagios de COVID-19 observadas en Rusia y China.
Inflación
El aumento de la demanda de combustibles tiene una repercusión importante sobre la inflación a nivel nacional. El informe de política monetaria publicado por el Banco Central de Costa Rica señaló que el consumo privado creció 6,3% en términos interanuales en el tercer trimestre, ese crecimiento del consumo de los hogares fue liderado por la recuperación en el gasto en servicios de suministro de comidas, bebidas y transporte, así como en combustibles, artículos de cuidado personal, productos alimenticios y bebidas.
Por su parte datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo muestran que en el cáculo de la inflación medida por el índice de precios al consumidor, la división de transporte (la cual incluye combustibles) tiene una ponderación de 14,82 sobre la base de 100 con la que se calcula el indicador.
“Con respecto al efecto de la inflación importada, cabe mencionar que la evolución de los precios de los hidrocarburos que importa el país se transmite de forma directa, aunque con un rezago de poco más de un mes, al precio de los combustibles locales (incluido dentro del componente regulado del IPC)”, explica el informe de política monetaria del Central.
Los ajustes en el precio de los combustibles locales explicaron 69% y 75% de la inflación general en el segundo y tercer trimestre del 2021, respectivamente.
Factores estacionales
Hay otros factores de tipo coyuntural que presionan el precio de los combustibles, según datos de Recope.
1. Las heladas. En el mes de marzo las bajas temperaturas afectaron a un estado de Texas y se interrumpió el suministro de petróleo debido a la congelación de las tuberías. Además, no había servicio eléctrico que permitiera mantener la producción.
2. Proyectil. La terminal de exportación más grande que existe en el mundo, ubicada en Arabia Saudita, en donde se almacenan cerca de 6,7 millones de barriles, fue víctima de un proyectil que provocó un incendio en uno de los depósitos, esto creó una gran inestabilidad en el precio.
“No hubo afectación a la infraestructura, pero el mercado del petróleo es un mercado sumamente volátil y muy sensible a los aspectos de naturaleza geopolítica”, explicó Solera.
3. Ciberataque. El Colonial Pipeline en Estados Unidos tuvo que salir de operación debido a un ciberataque en el sistema de distribución de petróleo. Tiene una capacidad de 2,5 millones de barriles, una vez más se disminuyó la oferta.
4. Estacionalidad. Los meses de mitad de año son una temporada normal de precios altos para los combustibles, ya que coincide con lo que se denomina el driving season, que es el verano en el hemisferio norte, en donde las personas hacen utilización del vehículo, salen de vacaciones, hacen viajes largos, entonces hay un aumento en la demanda, pero además hay un aumento en la temperatura por ser el verano.
Para esa temporada las mezclas de gasolina se tienen que modificar. La gasolina se volatiliza con el calor y con el objeto de reducir las emanaciones al ambiente se cambian los componentes por otros menos volátiles, pero que son componentes más caros.
5. Fenómenos naturales. El huracán Nicolás, el huracán Aida afectaron la infraestructura de la costa del Golfo de los Estados Unidos, cerca de un millón de barriles de producción de petróleo salieron de operación y cerca de 4 millones de capacidad de refinación también dejaron de funcionar, explicó Solera.
6. Europa y Asia. La crisis del gas natural en Europa produce una reducción en la producción del mismo, al haber una reducción de gas se impulsa la generación de electricidad con fuentes fósiles, es decir, con combustibles y aumenta la demanda.
Unido a ese proceso en Asia tienen recortes a la producción de carbón porque también se vieron afectados por efectos climáticos, monzones que interrumpieron el suministro normal de carbón y entonces obligan a que en ese sector del mundo se empiecen a utilizar los combustibles del petróleo para generar electricidad.