La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) tomaron fuertes medidas esta semana para calmar los mercados y restaurar un poco la confianza en medio del desbarajuste provocado por el coronavirus.
Hasta ahora, nada de lo que hicieron funcionó y los bancos centrales enfrentan una crisis que responde solo parcialmente a las medicinas que recetan.
Acciones de la Fed
Este viernes, la Fed aceleró su compra de bonos para responder a los desajustes en el mercado de bonos del Tesoro, el mercado financiero más grande del mundo y uno de los más importantes.
La Fed informó que adquiriría bonos por unos $33.000 millones y que planea invertir $80.000 millones en total durante el mes que viene.
“El objetivo es resolver los desbarajustes tan inusuales del mercado de bonos del Tesoro asociados con el brote de coronavirus”, explicó la Fed de Nueva York.
Los intereses de los bonos del Tesoro a diez años subieron este viernes hasta el 0,9%, su nivel más alto desde el 5 de marzo. Eso es algo poco común, porque el rédito de los bonos generalmente disminuye cuando los precios de la bolsa se desmoronan, como sucedió esta semana, en que los inversionistas fueron a lo seguro comprando bonos del Tesoro. Esto hace que suban los precios, pero merme el rédito.
Guy LeBass, de la firma Janney, indicó que numerosos bancos grandes tienen muchos bonos del Tesoro y desean deshacerse de algunos para disponer de más efectivo para sus clientes. Pero puede que no haya suficientes compradores, lo que aumenta el rédito.
Las grandes corporaciones utilizan dinero de sus líneas de crédito en medio del desfasaje económico derivado del coronavirus. Las compras de la Fed podrían ayudar a que el mercado de bonos funcione con más normalidad.
Sin embargo, las principales herramientas de que disponen los bancos −tasas de interés más bajas y mayor acceso a préstamos− no son lo más indicado para hacer frente a una crisis causada por una pandemia, que hace que la gente se abstenga de viajar, comprar y asistir a grandes concentraciones.
Los economistas quieren que los gobiernos tomen cartas y ofrezcan préstamos a las empresas y ayuda a los trabajadores que pasan penurias, sobre todo aquellos que no tienen días de enfermedad pagos. También piden más acceso a exámenes para detectar el virus y otras medidas.
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El jueves la Fed dio a conocer un programa de préstamos a corto plazo para tratar de apoyar el mercado de bonos. A través del Banco de Nueva York de la Reserva Federal ofrecerá entre el jueves y el viernes $1.500 billones a bancos que están dispuestos a canjear bonos del Tesoro a corto plazo por efectivo. El lunes habrá otros $500.000 millones disponibles.
El programa continuará a un ritmo de $1 billón por semana. Los préstamos serán pagaderos a uno y tres meses.
Tasas de interés y confianza
El mercado de los bonos a diez años afecta toda la economía porque influye en las hipotecas, las tarjetas de crédito y otras tasas de interés. Dado que se cree que el gobierno de Estados Unidos nunca dejaría de pagar sus deudas, los bonos son un punto de referencia que incide en todos los demás valores.
“Cuando ese sector sufre desbarajustes, hay que cuidarse, es algo muy preocupante”, expresó Kathy Bostjancic, de Oxford Economics.
Dada la magnitud de la intervención de la Fed del jueves, muchos economistas esperan ahora que la semana que vienen baje la tasa de interés de referencia un punto, casi hasta cero. Podría incluso lanzar un programa de grandes compras de bonos para hacer que bajen más todavía las tasas de interés.
La reacción de los mercados, no obstante, hace pensar que no hay muchas esperanzas de que las medidas de la Fed restablezcan la confianza de inversionistas y consumidores. Hay quienes dicen que los gobiernos de Estados Unidos y Europa necesitan hacer más a través de sus políticas impositivas y de gastos.
“Lo que hizo la Fed (el jueves) no basta. Necesita un socio”, afirmó Diana Swonk, de Grant Thornton. “La Fed no puede hacer esto sola”.
Hace más de una década los bancos centrales de todo el mundo bajaron las tasas de interés y aportaron miles de millones de dólares a los bancos para combatir la crisis financiera mundial.
El coronavirus plantea retos muy distintos. Los bancos centrales de Estados Unidos, la Eurozona, Canadá y Gran Bretaña ofrecen estímulos. El Banco de Japón dio a entender que está listo para intervenir y las autoridades de Australia, Indonesia y Malasia bajaron sus tasas de interés.
Las autoridades están paralizando la actividad económica en todo el mundo, reduciendo las perspectivas de la economía global. Y los consumidores están gastando menos.