El déficit fiscal del Gobierno de Costa Rica alcanzó los ¢2,52 billones al cierre del 2019, lo que se traduce en una cifra del 6,96% como porción del Producto Interno Bruto (PIB).
Esta cifra es mayor que la del 2018 (5,83% del PIB), pero también es 0,66 puntos porcentuales más alta que la estimada por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) en la revisión de su programación macroeconómica, dada a conocer en julio del 2019. A ese mes se dio a conocer una cifra del 6,3%.
El servicio de la deuda, por su lado, alcanzó el 58,5% como porción del PIB.
“Sin la reforma fiscal, el déficit hubiera sido mucho más alto”, anotó Rodrigo Chaves, ministro de Hacienda.
Desde que se anunció la reforma, el mismo BCCR realizó cálculos de cómo se iba a comportar el déficit fiscal si la ley se aprobaba.
Las estimaciones dictaron que el déficit crecería hasta el 2023, y luego de este año iniciaría una paulatina reducción.
Es decir, el déficit en 2019 es más alto que en 2018 y esto no es sorpresa, pero sí es de analizar por qué lo hizo por encima de lo esperado.
¿Qué llevó a que el déficit fiscal creciera más de lo esperado? De entrada, el cálculo del déficit incorpora dos variables. La primera es la diferencia entre ingresos y gastos del Gobierno, y segunda, el PIB.
En 2019, la producción se desaceleró y registró un comportamiento por debajo de lo deseado.
Lo anterior implicó que al dividir el balance de las finanzas públicas entre una cifra de producción menor a la estimada, el resultado del déficit fuera más alto.
La segunda explicación está en el dinamismo de los intereses de la deuda.
Aunque la reforma fiscal aprobada al término del 2019 rindió efectos positivos en la recaudación de ingresos y el menor dinamismo de algunos gastos (como por ejemplo, el crecimiento de los sueldos), el lastre de los intereses impide ver un mejor resultado en tan corto plazo. También, influyó el aumento en el gasto en infraestructura.
El pago de intereses de la deuda pasó de ¢1,23 billones a ¢1,52 billones en 2019 (4,18% del PIB).
“Era hora de que hiciéramos un aumento del gasto en infraestructura”, indicó Chaves.
Una tercera explicación gira entorno al aumento en el gasto primario (sin contar intereses).
El déficit primario del Gobierno Central pasó de 2,32% del PIB (¢810.000 millones) en el 2018 a 2,78% del PIB (¢1,01 billones) en 2019.
“Se hizo un esfuerzo en recorte de gasto y eso permitió que el gasto en infraestructura incrementara”, añadió Chaves.
Al término del 2019, la inversión en obra pública se incrementó en ¢240.000 millones respecto al año previo. Pasó de 1,37% del PIB a 1,98% del PIB.
¿Hacia dónde se fue el dinero que incrementó el déficit primario?
- Incremento en las transferencias al Conavi por más de ¢71.000 millones.
- Transferencia de ¢22.000 millones a Japdeva.
- Incremento en ¢12.000 millones en la transferencia a las Juntas de Educación.
- Inversión de capital en acciones de la CAF por ¢63.000 millones.
- Otras inversiones financiadas por organismos internacionales por ¢103.000 millones.
- Capitalización del Banco de Costa Rica (por la adquisición del difunto Bancrédito) por ¢30.000 millones.
¿Cuál fue el impacto de la reforma fiscal?
La Ley de Fortalecimiento a las Finanzas Públicas (9635) permitió incrementar los ingresos totales en un 8,1%, respecto al 2018. El total fue de ¢5,36 billones (14,76% del PIB).
La recaudación del IVA interno creció 23,01% con respecto al impuesto de ventas en 2018, para un monto total de ¢960.000 millones (2,68% PIB).
Por el lado de los gastos, la ley 9635 desaceleró el crecimiento de sueldos y salarios. El Gobierno pasó de 5,22% en 2018 a 3,09% en 2019.
“Se limitó el aumento salarios por semestre y también se evitó el aumento acelerado en los incentivos salariales”, afirmó el ministro de Hacienda.
Medidas 2020-2024
Chaves indicó el Ministerio “trabaja duro en la búsqueda de financiamiento internacional”. En 2020, el Gobierno tiene presupuestado 5,1% del PIB para el pago de intereses."Es indispensable reemplazar deuda cara con deuda barata", comentó Chaves.
En esta línea, destacó los recursos logrados por $350 millones con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), así como la colocación de eurobonos por $1.500 millones.
Para reemplazar esa deuda, Hacienda solicitará apoyo de la Asamblea Legislativa para emitir $4.500 millones en eurobonos para reducir el pago de intereses en ¢36.000 millones (0,10% del PIB) en promedio, por año.
Además, se gestionarán préstamos con organismos multilaterales por $1.430 millones en 2020. Esto permitiría reducir el pago de intereses de la deuda pública en unos ¢44.000 millones (0,12% del PIB), según estimaciones de Hacienda.
Estos recursos provienen de tres fuentes: $500 millones del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), $380 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), $550 Banco Mundial y Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
En conversaciones con el Banco Mundial, este organismo ha indicado que este préstamo estaría listo al 15 de marzo del 2019.
Otro plan de este ministerio es invertir recursos en innovación.
Hacienda destinará $160 millones en la modernización de la tecnología, con el objetivo de hacer más eficiente el proceso de gestión de cobro de tributos.
“El Ministerio de Hacienda no tiene la tecnología moderna hoy para cobrar al contribuyente. Necesitamos hacerle al contribuyente mucho más fácil el pago de los impuestos. Hay que facilitarles la interacción y para eso necesitamos tecnología, para reducir la evasión y elusión fiscal, que oscila entre 6% y 8% del PIB”, dijo Chaves.
Por otra parte, Hacienda está valorando cuáles otras medidas pueden aplicar para la reducción del gasto tributario.