El régimen especial (RE), donde se contabiliza la actividad económica de las zonas francas, se mantiene más fuerte que el resto de la economía en lo que va del 2024, a pesar de la desaceleración esperada después de un 2023 de crecimientos por encima del 20%.
Este vigor se puede ver a través de dos indicadores: el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) y las exportaciones por sector. Para comenzar, la lectura del IMAE de mayo —último mes con datos disponibles— muestra un RE que crece a más del doble en comparación con el índice del régimen definitivo (RD, donde está el resto de la economía) y el índice general (RE y RD juntos). Estos dos crecen a un 3,8% y 4,1%, respectivamente.
Además, entre febrero y abril el RE rompió una tendencia de ocho meses seguidos de desaceleración después de que tocara su techo en 2023. En mayo volvió a desacelerarse ligeramente: pasó de 9,1% a un 8,8%.
En las exportaciones esa diferencia es todavía más marcada. Según datos del último Informe Mensual de la Coyuntura Económica, las exportaciones del RE crecieron en un 11,4% interanual en mayo, en cambio, en el régimen definitivo se dio una caída del 0,5%.
Tanto los datos del IMAE como los de las exportaciones se sacaron con la serie tendencia ciclo.
Hay que tomar en cuenta que en el RD está la gran mayoría de la economía costarricense, alrededor de un 80%. Consecuentemente, es el sector que más contribuye al crecimiento general del IMAE con un 70,5% aportado, según se explica en el boletín del índice.
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Desaceleración
Pese al mayor crecimiento que tienen las zonas francas contra el resto de la economía, no se puede ocultar que ha habido una desaceleración importante en comparación con los números que se tenían en el primer semestre del 2023.
Aunque el 8,8% del IMAE del RE destaca contra el 3,8% del régimen definitivo, el número se siente más pequeño cuando se toma en cuenta que para mayo del año pasado su crecimiento fue del 22%. No obstante, este comportamiento también tiene sus matices: por un lado muestra una desaceleración, pero por otro también significa que es un sector que todavía es capaz de crecer por encima del promedio, incluso cuando la base de la que parte es alta.
Consecuentemente, la distancia entre lo que crecían las zonas francas y el resto de la economía se ha achicado en el último año: en un momento llegó a ser de hasta 19 puntos porcentuales y en mayo bajó a solo cinco puntos.
En el informe de coyuntura, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) mencionó que la desaceleración era “previsible” dado el aumento “extraordinario” de la producción del régimen especial a partir del tercer trimestre del 2022.
En líneas generales, se espera que el país desacelere su crecimiento para este 2024 en comparación con el año que lo antecedió. Las proyecciones del BCCR apuntan a un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 3,8%, una cifra menor al 5,1% que se registró en 2023, así que el índice debería seguir un camino similar.
El crecimiento del IMAE general lleva desde noviembre atorado alrededor del 4%, con algunos subibajas intermitentes.
Principales actividades
En el RE, el crecimiento en mayo se explica principalmente por las mayores exportaciones de implementos médicos, productos alimenticios, servicios de investigación y desarrollo, servicios administrativos, servicios de desarrollo de software y soporte técnico de tecnologías de información, según detalla el boletín mensual del IMAE.
Las empresas en este régimen aportaron un 52% del crecimiento total de los servicios, sector que creció ligeramente (0,4 puntos) en comparación con el nivel que tenía para ese mismo mes del año pasado. El crecimiento de los servicios fue impulsado en mayor medida por los servicios profesionales, financieros, de hotelería, de restaurantes y de transporte.