A lo largo de cada año, el mercado de dólares experimenta efectos estacionales producto de la demanda u oferta de dólares.
Uno de esos momentos estaría por llegar, entre noviembre y el primer saludo de la temporada navideña en diciembre. En ese periodo, es usual que el tipo de cambio se ajusta a la baja.
Esta ha sido la tónica del mercado, en esta época de cada año, si se toma como referencia el periodo desde el que el Banco Central abandonó la banda cambiaria (enero 2015).
Sin embargo, acontecimientos recientes y la necesidad de recursos del Gobierno Central para atender sus obligaciones, impiden asegurar que esto ocurrirá nuevamente en el 2018.
Lo que sucede en la segunda quincena de noviembre de cada año es que la oferta de dólares aumenta, porque los agentes económicos venden divisas para atender el pago de aguinaldos e impuestos, y eso ocasiona una reducción en el precio del dólar.
Inclusive, este se ha convertido en un momento en el que se recomienda comprar dólares, para aprovechar su disminución.
Luego de alcanzar su punto más alto en noviembre, el tipo de cambio empieza una tendencia a la baja hasta el inicio de diciembre, que lo ha llevado a acortarse entre ¢2 y ¢5,8 de extremo a extremo.
La estacionalidad siempre existirá, por lo que estará presente este año, pero podría ser atenuada o reafirmada según el comportamiento del mercado, explicó Luis Diego Herrera, analista económico de Acobo.
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Con tan solo ver el comportamiento que el precio del dólar ha mostrado a lo largo del año, es posible pensar que dará sorpresas en los últimos dos meses.
Además, las recientes presiones al alza en el tipo de cambio dan pie para valorar que la estacionalidad dejaría de mostrar una tendencia a la baja tan clara, como la de años previos, sino que sería ocultada por otras presiones.
¿Cuáles presiones existen?
De entrada, este año la temporada ocurrirá en condiciones muy distintas.
Existe una mayor presión fiscal y de momento, el proyecto de ley 20.580 cursa la batalla en el Congreso en busca de más votos a favor.
El perfil de vencimientos de la deuda, al cierre de setiembre, muestra que Hacienda debe atender pagos por un total de $1.928 millones entre noviembre y diciembre. La cifra incluye instrumentos en colones.
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Específicamente, el monto requerido por Hacienda para atender sus obligaciones en esos meses denominados en moneda extranjera corresponde a $360 millones y $70 millones para noviembre y diciembre, respectivamente. Este dinero se utiliza para el pago del servicio de la deuda interna, amortización e intereses.
Con tal de atender estos pagos en dólares, la Tesorería Nacional acude al ingreso por impuestos, los desembolsos de préstamos externos, nuevas colocaciones (subastas y ventanillas) y reinversiones, así como al cambio de moneda (dólares por colones), explicó Mauricio Arroyo, subtesorero nacional.
En lo que va del año, Hacienda ha captado $1,3 billones en subastas de dólares, 6% más que en 2017.
Otro factor por considerar es la nueva administración del Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Desde que asumió la silla presidencial de la autoridad monetaria, Rodrigo Cubero fue claro y conciso al indicar que apostaría por una mayor flexibilidad del tipo de cambio, de modo que eventualmente exista un indicador que se mueva más, que fluctúe más.
Parte de los principales objetivos de esta decisión es que se contribuya a que los agentes económicos interioricen un mayor grado de riesgo cambiario.
Otros movimientos, que involucran al Central, podrían incidir en el comportamiento del dólar.
En el 2018 (al 22 de octubre), el BCCR vendió $2,4 billones al Sector Público No Bancario (SPNB), un 85% más que el mismo periodo del año previo. Es decir, una mayor demanda.
El apetito del sector público no financiero podría generar presión en el comportamiento del precio del dólar.
Adicionalmente, es posible pensar que los ahorrantes preferirán guardar dólares, de nuevo, demandarán más divisas.
Lo harían como medida de protección, por ser una moneda fuerte, y ante la depreciación del colón.
A nivel mundial existe una tendencia de debilitamiento de otras monedas con respecto al dólar estadounidense, en parte por la subida de las tasas de interés de Estados Unidos, explicó Freddy Quesada, gerente de INS Valores.
Esta tendencia también se ha presentado en Costa Rica, aunque con una mayor influencia de las presiones que ejerce el déficit fiscal y la falta de liquidez por parte del Gobierno para cancelar sus obligaciones.
¿Cómo aliviar la presión?
Los contratos de colocación ayudarían a que el tipo de cambio muestre el comportamiento visto años atrás o bien, que el Gobierno pueda captar recursos en dólares para que haga frente a sus obligaciones.
La presión se aliviaría conforme la Tesorería obtenga más aire para atender los vencimientos de la deuda y las obligaciones que se vienen al término del año, puesto que Hacienda también debe cancelar aguinaldos y otros gastos correspondientes al término del año.
El jueves 25 de octubre, Hacienda logró un canje por un monto de ¢120.000 millones, de vencimientos que correspondían para el 2019, lo que da un respiro al flujo de caja.
El monto canjeado es señal de que el mercado recupera la confianza en el Gobierno, según Arroyo.
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Esto contrarresta un golpe reciente. Esa misma semana convocó a una subasta y no tuvo tanta suerte, puesto que por primera vez en años, las ofertas de recursos estuvieron ausentes.
El resultado de los contratos de colocación se darán a conocer al menos seis días después de finalizada la recepción de ofertas (cuya fecha de cierre es el viernes 26 de octubre).