El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, mencionó, en una entrevista que le realizó EF la mañana del jueves 19 de mayo, que la seguridad alimentaria es una de las prioridades de la institución.
Dentro de los temas a los que Claver-Carone se refirió destacan la agenda que mantendrá el BID con Costa Rica en el próximo cuatrienio y el impacto que ha ocasionado la pandemia de la COVID-19 y la guerra en Ucrania, en la región.
El presidente del BID visitó Costa Rica por primera vez, para reunirse con el mandatario de la República, Rodrigo Chaves.
De acuerdo con un comunicado de prensa emitido por Presidencia, en dicha reunión, realizada al mediodía del 19 de mayo, Chaves, Claver-Carone y Richard Martínez, vicepresidente de países del BID, definieron que a partir del 1.° de junio se efectuará una revisión formal del portafolio de inversiones que el país tiene con el Banco Interamericano de Desarrollo.
A continuación, un extracto de la entrevista con el presidente del BID.
¿Cuál será la agenda general del BID con Costa Rica en los próximos cuatro años?
— Para mí era una prioridad venir a ver al presidente Chaves al inicio de su gestión precisamente para poder coordinar con él, basado en sus prioridades de gobierno, y cómo el BID, como el principal socio financiero del país, puede aportar y ayudar en su gestión.
Yo creo que hay varios temas en los cuales creo que vamos a enfocarnos en la reunión (con Rodrigo Chaves).
Uno. Obviamente una de las prioridades del presidente Chaves durante su campaña ha sido la educación pública. Nosotros hemos lanzado la plataforma para la educación del siglo XXI, particularmente en estos tiempos que todavía hay una educación híbrida, modernización, etc.
Así que hemos hecho mucho trabajo en ese sentido y vamos obviamente a conversar sobre cómo el BID puede apoyar con nuestra iniciativa de educación del siglo XXI, la prioridad del presidente de modernizar y crear un sector educativo público más eficiente para el país.
El segundo es el tema de ciberseguridad. Hemos visto y hemos aportado como institución mucho a la digitalización de la región, de los Gobiernos y nosotros mismos estamos en una etapa de transformación digital en el banco; y hemos ayudado al Gobierno para tener una mejor gestión y más eficiente.
Lo que Costa Rica nos recuerda debido a la trágica situación actual y que hemos visto por este ataque es que en el proceso de digitalización también hay que enfocarse en la protección, porque hay vulnerabilidades que se crean.
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El año pasado en el BID lanzamos una iniciativa con el Gobierno de Israel, uno de los 48 accionistas del banco, para apoyar a los países no solo financieramente, sino también con cooperación técnica y de conocimiento en cómo blindar mejor a los Gobiernos, a los ministerios y a las instituciones públicas de este tipo de ataques.
Entonces, vamos a ofrecerle todo ese apoyo. Ya hemos estado hablando con el presidente y el equipo, pero quería venir de primera mano a brindar este apoyo para estos temas que son de suma importancia.
El tercer tema es cómo podemos seguir apoyando al país comercialmente. Costa Rica es francamente una de las estrellas, aprovecharse de lo que es este gran realineamiento histórico que estamos viendo en la cadena de valor; primero por los cierres en China, por el COVID, y ahora con lo que estamos viendo con la guerra rusa en Ucrania.
La realidad de la regionalización de las cadenas de valor está pasando, está ocurriendo. Lo hemos visto y lo estamos palpando y Costa Rica lo ha palpado y es un gran ejemplo. Ya hemos estado trabajando con Costa Rica en cómo reforzar la logística y las ventajas comparativas que como país tiene, para poder aprovechar más de esas inversiones.
Otro de los temas prioritarios es la inflación. La inflación a los que más afecta son a las poblaciones vulnerables, los que más palpan el impacto son aquellos que básicamente casi todos sus ingresos tienen que usarlos para recursos básicos: arroz, pollo, frijoles, cosas básicas.
Entonces, cómo apoyar a las poblaciones más vulnerables dentro de las realidades fiscales que tiene el Gobierno, cómo podemos nosotros como BID ser un colchón para ayudarles a apoyar a las poblaciones más vulnerables que son las más afectadas por la inflación en ese sentido.
También, estamos viendo cómo poder combatir esos efectos de la inflación particularmente en esas poblaciones que ya tienen suficientes problemas y desafortunadamente son las más afectadas.
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Con los actuales niveles de inflación y probablemente una crisis alimentaria, se habla de las maneras para enfrentar estas problemáticas. ¿Cuál es la sugerencia o propuesta del BID para enfrentar esto en la región?
— Precisamente ayer (miércoles 18 de mayo) las grandes instituciones financieras internacionales junto al Departamento del Tesoro de Estados Unidos en la reunión del G7 lanzaron una propuesta para ver cómo podemos apoyar particularmente a las poblaciones más vulnerables que están siendo afectadas.
La región en sí no está tan expuesta a Rusia en sus cadenas, pero el único tema al que sí ha estado expuesta, y Costa Rica en sí, es el tema de los fertilizantes. Así que precisamente y ahora entrando en épocas críticas, hemos estado trabajando para ver cómo podemos con los países, como Costa Rica, buscar alternativas para fertilizantes, para poder apoyar el financiamiento de esas alternativas y apoyar a los países por esa vía.
Por otro lado, la seguridad alimentaria es lo que más nos preocupa, es la prioridad y es el peligro más grande que existe. Debemos hacer todo lo posible para incentivar la producción en estos momentos.
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Históricamente, siempre en tiempos de guerra, Latinoamérica y el Caribe ha alimentado al mundo, sea en la Guerra Civil Española o en la Segunda Guerra Mundial, los países de la región, particularmente los de América del Sur, fueron los que alimentaron al mundo.
Así que Latinoamérica y el Caribe tiene el potencial no solamente de producir alimentos para sus poblaciones sino también para exportar y francamente alimentar al mundo. Entonces, tenemos que identificar y cerrar esas brechas, incentivar la producción y llevar a cabo políticas que la incentiven; y en eso estamos trabajando con todos los países de Latinoamérica y el Caribe, basado en sus ventajas comparativas.
La región se enfrentará a niveles más altos de inflación en los próximos meses, según el Informe macroeconómico de América Latina y el Caribe 2022: De la recuperación a la renovación: Transformar la crisis en oportunidad. ¿Cuáles proyectan que podrían ser esos niveles más altos?
— Yo le voy a confesar algo, ese reporte es nuestro. A mí los reportes macroeconómicos no me gustan, porque nuestras instituciones a veces caen en la vagancia de que en lo que nos vamos a enfocar es en quién pronostica qué, entonces quién acierta. El éxito, yo en especial en el BID, lo mido por quién rompe el pronóstico.
A inicios de marzo anterior, usted indicó que una de las prioridades del BID es ver cómo puede funcionar como “puente” en el corto y mediano plazo para atenuar las presiones inflacionarias hasta que se alivien. “Estamos trabajando con cada país particularmente basado en sus necesidades”, dijo en ese momento. ¿Cómo ha sido este proceso y al día de hoy cuánto han avanzado, particularmente con Costa Rica?
— Para eso estoy aquí, para apoyar al nuevo gobierno con sus prioridades.
Por eso la razón por la cual vine fue para entender mejor sus planes (del presidente Rodrigo Chaves) a mediano y largo plazo, y ver dentro de todas estas crisis globales que existen cómo nosotros en la institución podemos crear el puente para que puedan tener para sobrepasar la crisis actual, para que pueda cumplir sus metas de gestión y precisamente es lo que estoy haciendo.
Recientemente, Bloomberg informó que usted mencionó que América Latina y el Caribe tiene una oportunidad única para conseguir nuevas inversiones e impulsar el gasto en infraestructura, ya que los recientes acontecimientos geopolíticos favorecen a la región. ¿A qué se refiere con esto?
— Durante el foro de ayer en Bloomberg (18 de mayo), todo el mundo estaba de acuerdo de que entre los cierres en Asia, los embotellamientos en las cadenas de valor en China, y la guerra de Rusia en Ucrania le crea esta oportunidad a la región. Ahí hay consenso.
Donde estaba la discrepancia entre algunos es si la región estaba preparada para recibir esas impresiones, si tiene la logística y la infraestructura necesaria para aprovecharse de esas oportunidades.
Hay ciertas realidades. Yo creo que lo que ha prevenido que la región se haya aprovechado en su totalidad de estas oportunidades es que el concepto de integración en América latina y el Caribe ha sido retórico pero poco práctico.
A ver, 60% del comercio en Asia es intrarregional, 50% en Europa y 15% en Latinoamérica y el Caribe, 15%. ¿Por qué? Porque hay 60 acuerdos de comercio entre los países de la región. El costo de transporte en la región (es alto). Transportar productos de la región cuesta 60% más que desde Asia. Ilógico. En sí es parte de la falta de infraestructura y la falta de logística.
Lo que el COVID nos enseñó es como que desenmascaró la falta de inversión en infraestructura que existe en Latinoamérica y el Caribe; es la región del mundo que menos invierte en infraestructura.
¿Qué balance hace el BID sobre el impacto de la pandemia y la guerra Ucrania, en la región?
— Ha tenido un impacto histórico, obviamente a un costo trágico, dentro de este mundo ahora tan turbulento de la pandemia, los cierres extremos que estamos viendo ahora en China, la guerra en Ucrania, etc., ha posicionado a América Latina y el Caribe dentro del contexto global como un mar de paz y tranquilidad, y mi trabajo es que el próximo paso sea de prosperidad.