Desde 2016, año en el que el Banco Central de Costa Rica (BCCR) empezó a calcular la Tasa Pasiva Negociada (TPN), nunca hubo una distancia tan grande entre el premio en colones y dólares como la que se registró el pasado mes de enero: 5,28 puntos porcentuales (p. p.).
Esta diferencia significa que por un depósito los intermediarios financieros recompensaron, en promedio, 162% más por las operaciones en colones que por las de dólares.
La TPN es un ponderado de las tasas de interés negociadas durante un determinado tiempo por las captaciones a plazo en los bancos, cooperativas, mutuales y financieras. Básicamente un promedio de lo que los intermediarios le pagan a su clientes por los depósitos.
Es natural que exista un colchón entre las tasas en moneda nacional y las extranjeras. Esto se debe a que, dada la tendencia a largo plazo de devaluación que tiene el colón como moneda débil, debe existir una compensación para que los inversores asuman el riesgo de invertir en ella. De no haberla, es probable que el tipo de cambio se dispare.
Sin embargo, este premio parece estar en su punto máximo impulsado por el objetivo principal del Banco Central: controlar la inflación. “La política monetaria (instrumento con el que el BCCR influye en los precios) fue elevada de una forma agresiva”, dice Adriana Rodríguez, gerenta general de Acobo Puesto de Bolsa.
En su búsqueda de suavizar el encarecimiento el BCCR subió su Tasa de Política Monetaria de 0,75% en diciembre del 2021 al 9% en octubre del 2022. Esto encareció los créditos pero también elevó el premio por ahorrar en colones.
No obstante, mientras que la recompensa en moneda nacional repuntó, las tasas en dólares crecieron a un menor ritmo. La Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed, su Banco Central) fue más lenta en endurecer su política monetaria.
Durante el 2021 la Fed consideró que la inflación sería transitoria y que no había suficiente evidencia para cambiar de política, empero, el encarecimiento sí resultó duradero y no fue hasta marzo del 2022 que empezó a subir su tasa de interés, para entonces Costa Rica ya la había elevado en tres ocasiones.
Colchón podría estar cerca de su techo
Del lado de las tasas nacionales, todo parece indicar que a este colchón le queda poco espacio más para aumentar su tamaño. Ante los mejores resultados inflacionarios el Central no ha subido su TPM desde octubre del año pasado, además ha comentado que, de momento, no prevé ajustes hacia el alza en el corto plazo.
“En la próxima reunión de marzo, estamos esperando que el Banco Central diga algo con relación a la TPM. Mantenerla es una señal, pero darle una rebaja de 25 puntos básicos, podría ser también una señal interesante, sobre todo después de la caída en la inflación que vimos en febrero”, considera Vidal Villalobos, asesor económico de Grupo Prival.
En su último Comentario sobre la economía nacional, el BCCR también mencionó que la transmisión de los cambios en la TPM hacia el mercado está cerca de completarse, lo que también apunta a que el espacio de crecimiento es corto. Normalmente suele haber un periodo de varios meses entre los ajustes de las tasas del Central y su respuesta en las tasas del mercado.
En febrero pasado la brecha entre el premio de ambas monedas se redujo ligeramente a 4,89 p. p. La menor distancia se explica por una TPN en colones calculada en 8,2% (menor a enero) y una de dólares que llegó a 3,31% (mayor a la de enero).
Del lado internacional, la situación es diferente. La Fed todavía no ha terminado de subir su tasa y de hecho se esperan más ajustes en los próximos meses. Esto sería un aliciente para que las tasas en dólares aumenten al mismo tiempo que las costarricenses se mantienen más estáticas, reduciendo el margen que las divide.
Cambios en el mercado
La distancia que separa el premio entre monedas ya ha conjurado algunos cambios en la economía costarricense. De hecho se considera como una de las principales razones que ha abaratado el tipo de cambio. Al existir un premio a corto plazo más grande en colones que en dólares la demanda de la divisa disminuye ya que los ahorrantes e inversionistas prefieren apostar por los colones.
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Una menor demanda de dólares se traduce en menores presiones alcistas en el tipo de cambio. En 2023 el mercado privado de dólares ha sido particularmente superavitario, abundancia que ha inducido la apreciación del colón. En las primeras 44 sesiones del 2023 (al 2 de marzo) el resultado neto en ventanillas fue superavitario en $1.043 millones, más del doble de lo registrado en igual cantidad de sesiones del año 2022 ($495,2 millones), según explicó el BCCR en su Comentario sobre la economía nacional de marzo.
El fenómeno opuesto lo vivimos durante los años de pandemia y la primera mitad del 2022, periodo en el que el premio por invertir en moneda nacional fue negativo y la demanda de dólares se disparó, empujando al tipo de cambio a su techo histórico alrededor de los ¢700.
Reestructuración del ahorro
El aumento en las tasas de interés en colones también reacomodaron la composición de los ahorros. Mientras que durante una buena parte de la pandemia y el 2022 los ahorrantes mantuvieron su dinero en instrumentos más a la vista como las cuentas corrientes y de ahorro, el nuevo premio por invertir en colones impulsó un aumento en los depósitos a plazo.
A febrero de 2023, este tipo de depósitos en colones creció en un 14,63% de manera interanual. Un año atrás, para ese mismo mes se registró, en cambio, una caída interanual del 4,34%. Los depósitos a plazo en dólares, por su parte, crecieron a un menor ritmo: 3,21%.
Los depósitos electrónicos a plazo del Central Directo también se incrementaron exponencialmente, con un crecimiento de hasta el 296% entre enero del 2022 y noviembre de ese mismo año.