La inflación de setiembre, medida por el Índice de Precios al Consumidor, tuvo un crecimiento interanual del 2,53%.
Para esa fecha el crecimiento acumulado de los precios es de 1,50%.
Sin embargo, se desaceleró respecto al mes previo en un 0,10%, un incidido de el comportamiento a la baja del consumo.
De los 315 bienes y servicios que integran la canasta de consumo, el 50% aumentaron de precio, 39% disminuyeron y 11% no presentaron variación.
Durante setiembre, los bienes y servicios que mostraron mayor efecto negativo fueron la gasolina, la papa y el tomate.
El diesel, las flores naturales y el plátano también tuvieron movimientos a la baja.
Por otra parte, los automóviles, el atún en conserva y la papaya fueron los que tuvieron mayores efectos positivos, es decir, aumentos en el precio.
Las bebidas alcohólicas y cigarrillos y los bienes y servicios siguen siendo los grupos que lideran el efecto positivo, mientras que las prendas de vestir, muebles y alimentos y bebidas no alcohólicas mostraron los mayores efectos negativos.
En cuanto al indicador, la variación porcentual mensual del índice general respecto a setiembre de año mostró que durante este mes el crecimiento fue menor que el de los dos años previos.
Sin embargo, la variación interanual del mes es la más alta desde el 2013.