Los precios del petróleo tendrán, desde todas las trincheras, presiones al alza durante este año y eso significa que economías como la de Costa Rica deberán esperar incrementos en los combustibles y mayor inflación.
Después de un 2016 con precios tan bajos como $27 el barril de Brent y $26 el de WTI, el 2017 presionó ubicando la media anual en $52,43 el barril, un 28,6% más que en el 2016 y el nivel más alto desde el 2014.
El pasado 24 de enero, el WTI alcanzó su nivel más alto en cuatro años ($65).
Hay varios factores que llevarán los precios del petróleo a niveles que superarían los $60 el barril.
Por un lado, está el hecho de que el acuerdo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de reducir la producción debía terminar durante el primer semestre del 2017, pero fue prorrogado en mayo por nueve meses más, hasta finales marzo de este año.
Sin embargo, a finales de noviembre del 2017, los miembros de los 24 países firmantes del pacto petrolero (reunidos en Viena), acordaron aumentar la prórroga por otros nueve meses más, hasta finales de este año.
Desde que se dio el primer acuerdo, los precios han subido más del 30%, a consecuencia del recorte en la producción.
La OPEP en su boletín mensual de enero reconoció que produjo en diciembre unos 42.000 barriles más que en noviembre, y se alcanzaron los 34,4 millones de barriles por día.
La entidad afirmó, además, que para el 2018 se espera que la demanda crezca cerca de 1,53 millones de barriles por día, alcanzando una demanda global de 98,51 millones de barriles diarios.
De la expectativa de crecimiento de la demanda, se espera que las economías que no forman parte de la OECD contribuyan en 1,24 millones de barriles por día, lo que significaría que el aporte de los países miembros será mínima.
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El crecimiento de la economía mundial será otro factor que generará aumentos en la demanda durante este año.
Se espera que globalmente el crecimiento de la economía se mantenga en 3,7%, sin embargo, países como Estados Unidos, de la Eurozona, Japón e India crecerán más que el resto y son grandes demandantes de barriles de petróleo.
Pese a que la OPEP considera que el alza de los precios está provocando que los demás productores, como Estados Unidos vean atractivo el mercado y estén aumentando su oferta, la realidad no parece llegar a las mimas conclusiones.
Las reservas de petróleo de Estados Unidos cayeron hace dos semanas en 6,9 millones de barriles, llegando a 412,7 millones, según informó el Departamento de Energía de ese país.
Este nivel mantiene las reservas dentro del rango medio histórico para esta época del año, que es especialmente de bajas temperaturas y mucha demanda de combustible.
Sin embargo, el total de existencias de crudo y productos refinados en Estados Unidos, incluida la Reserva Estratégica de 664,2 millones de barriles, se posicionó por debajo de los 1.8 millones de la semana anterior, mientras las temperaturas continúan elevándose.
Según los analistas de Aldesa, es importante destacar que ante el aumento de los precios del petróleo, el camino que tome Estados Unidos podría ser otro.
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Es posible que EE. UU. busque utilizar francking, que es un método de extracción de gas y petróleo de alto costo, que solo vale la pena utilizar cuando los precios del petróleo están al alza.
Otro de los factores a considerar es la fuerte caída en la producción de crudo de Venezuela, que reduciría la oferta global.
Entre los pasados meses de noviembre y diciembre, el país suramericano produjo 216.000 barriles menos, una caída en la producción equivalente a 11,75% durante esos meses y casi un 13% en el 2017, llegando a su menor nivel en 28 años.
La reducción en la producción representó una pérdida de 300.000 barriles de petróleo por día, siendo además el descenso más grande entre los 13 países miembros de la OPEP.
A diferencia de países como Rusia y Arabia Saudita que quieren hacer recortes voluntarios para sostener los precios, Venezuela no ha sido capaz de detener la caída pero por la falta de capacidad de producción.
Expectativas de alza
Moody’s Investor Service anunció durante la primera semana de enero que prevén que los precios del petróleo se ubiquen entre $40 y $60 por barril, presionados por los suministros de gas natural de Estados Unidos, además de los factores mencionados.
Los niveles son similares a los que se dieron en el 2017, pero ya el 24 de enero, el precio del barril llegó a su punto máximo desde el 2014, ubicando el WTI en $65,61 el barril.
El economista William Calvo, asegura que mientras se mantenga el acuerdo, los precios se mantendrán al alza, de lo contrario, tenderán a mostrar cierta estabilidad o a bajar.
Para los analistas de Aldesa, la transmisión del crudo a nivel local se dará en mayor medida en el primer semestre del año, donde se esperan mayores movimientos en el precio del petróleo.
Según ellos, por el efecto base, el impacto también se trasladará a la inflación local.
Sin embargo, valoran que otras tecnologías se vuelven también atractivas ante el aumento del precio, y eso disminuye la demanda, especialmente cuando finalice la época de invierno en el hemisferio norte.