El precio internacional del petróleo cerró, este 12 de agosto, en $92 el mismo registro del 23 febrero pasado, último día antes del inicio de la invasión de Rusia en Ucrania. La rebaja es notoria y contante en las últimas semanas, a pesar del clima persistente de volatilidad.
¿Se trasladó la reducción al precio de los combustibles en Costa Rica? Es un proceso que seguramente ocurrirá, pero apenas empieza.
El precio internacional de los combustibles representa cerca de un 65% del precio de las gasolinas, y un 70% en el caso del diésel, sin embargo, los ajustes externos se trasladan con rezago en el país.
Como la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) se abastece internacionalmente, los precios de hoy en las tierras foráneas son los precios de mañana en el suelo costarricense, y la tendencia a la baja del petróleo ha seguido en marcha en los últimos días.
A partir de este 13 de agosto, todos los combustibles cayeron ¢3 por litro. Además, Recope anunció este viernes que se aproximan rebajas mucho mayores para fines de mes, de ¢146 por litro de gasolina súper, ¢156 por litro de gasolina regular y ¢118 por litro de diesel.
Estas rebajas son sustanciales y hablan de una reducción a la que todavía podría quedarle espacio adicional, por las condiciones de rezago antes descritas. Las reducciones más recientemente anunciadas por Recope llevan los registros de las gasolinas costarricenses a niveles similares a los de marzo, cuando ya se experimentaban los primeros efectos de la guerra. Pero, a diferencia de los precios del petróleo, que ya se acercan a sus niveles de febrero (la ‘preguerra’), a los precios de los combustibles en Costa Rica todavía las falta terreno por desandar.
Rebaja sensible
Las reducciones anunciadas por Recope para fines de agosto, a pesar de ser sustanciales, no revierten por completo los precios de los combustibles a sus niveles de ‘preguerra’. Son pasos muy importantes en esa dirección y hablan de una tendencia que puede continuar, pero aún no alcanzan ese punto.
Si se aprueban las reducciones, el precio de la gasolina súper llegaría a los ¢955 por litro, el de la gasolina regular a los ¢922 y el del diésel a los ¢883.
Para alcanzar los niveles de febrero, esas cifras tendrían que tendrían que decaer en ¢137, ¢122 y ¢165 adicionales, respectivamente.
Pero las más recientes reducciones sí llevan los precios a sus niveles de marzo (cuando apenas arrancaba el conflicto). En aquel mes inicial de la guerra, los registros eran de ¢964, ¢942 y ¢896, respectivamente, incluso un poco superiores que los esperados para fin de este mes.
Todas estas comparaciones se realizan descontando el efecto de la inflación de los últimos meses (que alcanzó un 11,5% interanual a julio de este año). Sin contar el efecto de la inflación, las rebajas para alcanzar los niveles nominales de febrero todavía tendrían que ser mayores; de ¢190, ¢174 y ¢212, respectivamente.
Las rebajas sensibles eran esperables en las próximas semanas, según publicó el economista José Luis Arce, de FCS Capital, en su cuenta de Twitter.
Él atribuyó esa situación a los precios internacionales de los hidrocarburos, que han caído a niveles mayores que los precios de las gasolinas en Costa Rica hasta el momento; así como a la reducción de las presiones alcistas sobre el tipo de cambio del dólar, después de una intensa escalada en las últimas semanas. La tormenta parece en un punto de calma.
El precio del dólar tiene un efecto directo en los costos nacionales de las gasolinas y del diésel porque Recope realiza sus compras en moneda extranjera y vende los combustibles en colones; es decir, la diferencia del tipo de cambio se tiene que trasladar al usuario cuando la hay.
‘Se nos fue de las manos’
Recién este 3 de agosto, el presidente Rodrigo Chaves decía en conferencia de prensa que la situación del precio de los combustibles estaba fuera de control. “Se nos fue de la mano la situación”, decía entonces, justo en plena subida de la gasolina súper por encima de los ¢1.100 por litro.
Las medidas para contener la subida fueron exiguas y de poco impacto, tanto en el gobierno actual como en el pasado.
En los últimos meses la Asamblea Legislativa aprobó congelar por seis meses la actualización del Impuesto Único a los Combustibles. Sin embargo, el efecto de esa decisión sería apenas marginal, pues el impuesto apenas representa cerca de una cuarta parte del precio de las gasolinas y se actualiza trimestralmente en términos porcentuales menores, según varía el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en esos mismos períodos.
Ante esa situación, el presidente dijo que su gobierno planeaba impulsar una medida para mantener los precios de las gasolinas en ¢900 y del diésel en ¢800. “El financiamiento de eso es que el Impuesto Único a los Combustibles bajará por el periodo que sea necesario para asegurarse de que el techo nunca va a ser roto”, aseguró. Sin embargo, la nueva propuesta todavía no ha sido publicada.
Cuando Chaves anunció su intención, las reducciones necesarias del impuesto para alcanzar los montos que decía el presidente habrían tenido que ser de ¢204 para la gasolina súper, ¢181 para la gasolina regular y ¢204 para el diésel.
Pero ahora, con las propuestas de rebaja ya presentadas por Recope ante la caída en los precios internacionales del petróleo, el “sacrificio” estatal, como lo definió Chaves, tendría que ser de solo ¢55 por litro de la gasolina súper, ¢22 por litro de regular y ¢83 por litro de diésel; y es previsible que los precios de los combustibles sigan bajando por la tendencia petrolera internacional, por sí solos.
Eso ya lo advertía el economista Arce, desde el 4 de agosto, quien afirmó por entonces que “lo anunciado ayer (el subsidio dicho por el presidente) podría lograrse incluso con muy poco costo fiscal, simplemente debido al comportamiento de los precios internacionales”. Incluso deslizó la posibilidad de que la medida no fuera necesaria del todo en el largo plazo.
Esto lo planteó por la tendencia de los precios internacionales, los cuales incluso llegaron a caer por debajo de los $90 el 4 de agosto pasado, por primera vez en todo el período de guerra en Europa del Este. Por entonces, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (Opep+) anunció su intención de “aumentar levemente el ritmo de producción” y Estados Unidos informó de que sus reservas comerciales subieron en 4,5 millones de barriles en la última semana, ante una reducción de la demanda.
Más allá de si finalmente se presenta o no el subsidio por parte del Ejecutivo, los precios van dando tregua igualmente para conductores y sector productivo por sí mismos: una noticia positiva después de cinco meses de asfixia.