La incertidumbre por el nuevo coronavirus movió al alza el precio del dólar en los últimos días, pero no es momento de alarmarse ya que este efecto podría ser temporal, aunque existen críticos al respecto.
Las ventanillas de los intermediarios financieros mostraron subidas de hasta ¢10 en el precio de venta del dólar durante la última semana.
Esta presión se sostendría en el corto plazo y posteriormente se disiparía, ya que gran parte de los elementos que mueven el tipo de cambio más bien ejercen presión a la baja.
El tipo de cambio promedio del dólar en el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex) pasó de ¢568,06 a ¢581,13 en la última semana (al miércoles 25 de marzo), es decir, una depreciación del colón de 2,3%.
¿Qué presiona hoy al precio del dólar?
El tipo de cambio de una moneda se mueve por las fuerzas de compra y venta de los agentes económicos.
Como cualquier otro bien o servicio, el precio del dólar aumenta cuando sube la demanda o disminuye la oferta de esta divisa.
Casi un 80% del mercado de divisas corresponde a lo que la gente compra y vende en las ventanillas de los bancos, entonces, si la gente hace más compras, el tipo de cambio sube.
El temor sobre el impacto del COVID-19 en la economía y el pensar que van a escasear los dólares impulsa a los inversionistas a comprar más divisas en este momento.
Cuando hay incertidumbre, los intermediarios demandan más dólares, al considerar que esta es una moneda más segura.
Las dudas sobre una posible escasez de divisas surgen por la caída en los ingresos por turismo y la reducción de las exportaciones, lo que implica un menor ingreso de dólares al país.
“Lo que hemos visto es una subida bastante tranquila, a pesar de que ¢10 en lo que llevamos de la semana no es número pequeño. Sin embargo, si lo comparamos con otras monedas a nivel internacional, el movimiento es mínimo”, afirmó Hernán Varela, gerente de Administración de Porfafolios de Lafise.
Es posible, además, que esta tendencia de los ahorrantes en suelo nacional se sostenga por un corto tiempo más.
La reciente subida obliga al Banco Central de Costa Rica (BCCR) a intervenir en el mercado de divisas para controlar las fluctuaciones violentas en el precio del dólar.
El 24 de marzo vendió casi $1,8 millones en operaciones de estabilización y al siguiente día intervino con la venta de $3 millones.
Es esperable que el Central intervenga en los próximos días y hasta que se sostenga la incertidumbre en el mercado de divisas.
“Son momentos en los que es necesario que se intervenga, ya lo he hecho el Banco Central también en otros mercados como el de recompras, porque tiene la capacidad para evitar picos fuertes”, comentó Hernán Varela, de Lafise.
¿Expectativa estable?
En el mediano y largo plazo, existen otros elementos que se deben analizar y que apuntan a una expectativa estable del precio del dólar, aunque hay críticas sobre esto.
Si bien la entrada de divisas a suelo costarricense va a ser menor, por las razones antes descritas, este efecto sería compensado por la caída en la demanda de dólares de las empresas exportadoras debido a la desaceleración económica o inclusive posible contracción de la economía local.
“En este momento, el país enfrenta dos grandes escenarios en cuanto al precio de la divisa estadounidense: por un lado, se está pagando menos por el petróleo que Costa Rica importa y eso representa un ahorro; pero, por otra parte, con el cierre de fronteras dejarán de ingresar turistas que aportaban dólares a la economía”, anotó Luis Diego Herrera, analista económico de Grupo Financiero Acobo.
La economía mundial se va a deprimir, y ya de por sí mostraba tasas de crecimiento bajas, pero los países importadores de petróleo cuentan con un elemento a su favor: el precio de esta materia prima se encuentra en niveles bajos y controlados.
Durante la crisis económica del 2008, el tipo de cambio de colones respecto al dólar se disparó. En ese momento, el precio del barril del petróleo subió de forma abrupta hasta alcanzar casi los $100.
Inclusive después del 2018, un periodo en el que la incertidumbre embargó al país por el desbalance fiscal, el precio del dólar ha tendido a bajar. Es decir, se han destinado menos colones por cada dólar.
En esta nueva crisis económica, la factura petrolera se reducirá. Este es un elemento clave para la economía costarricense, al ser importadora de este commodity.
El precio de esta materia prima mostró niveles mínimos recientemente, y ahora retoma el nivel visto en los últimos meses, y esto también representa un alivio para la inflación (los precios del consumidor) y por ende, el tipo de cambio.
Asimismo, las tasas de interés en dólares están bajas y se mantendrían bajas, razón por la que el incentivo por moverse de una moneda a otra no sería alto.
Otro elemento que compensaría la incertidumbre de los inversionistas sería la entrada de dólares producto de los préstamos de apoyo presupuestario que reciba el Gobierno.
En esa línea, el Gobierno ya cuenta con luz verde para solicitar el desembolso de los $500 millones provenientes del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Este dinero apoyará la sostenibilidad de las finanzas estatales y apoyará la emergencia nacional por el COVID-19.
Este monto ingresa a las arcas del país en dólares, pero se trasladan a colones, lo que también genera un alivio al precio del dólar.
Lo mismo ocurriría si el país emitiera nuevos eurobonos en unos meses, cuando exista una ventana de oportunidad tras la crisis del COVID-19. Un nuevo desembolso de recursos provenientes de una emisión externa aliviarían presiones en el precio del dólar.
Recientemente, los bancos estatales recibieron del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para recibir $90 millones. Este monto se repartiría en $50 para el Banco Nacional de Costa Rica (BNCR) y $40 millones para el Banco de Cosra Rica (BCR).
¿Serán suficientes estos elementos para que el colón no se deprecie? José Luis Arce, quien es economista y director de FCS Análisis y Estrategia considera que no, e inclusive afirma que el colón mostrará una depreciación de entre 7% y 8% al término del año.
“No estamos hablando de volatilidades violentas, porque el Banco Central tiene suficientes reservas para poder hacer frente a cualquier shock intenso, igual que sucedió en 2018 y en otros episodios en el pasado”, anotó Arce.
“Creemos que un país que ve reducido su ingreso por turismo y que además ve reducido su capacidad de acceso a financiamiento externo, a pesar de que mejoren los términos de intercambio, debe mostrar una depreciación real de su moneda y eso se traduciría en un tipo de cambio que aumentaría en 2020 y que se estabilizaría en 2021”, añadió Arce.
La incertidumbre embarga a todas las trincheras económicas. La recomendación de siempre es que si tiene deudas en moneda extranjera y gana en colones, cubra ese riesgo con un ahorro en dólares.