El colón está viviendo un momento muy particular: mientras que en el resto del mundo la tendencia es que el dólar se haga fuerte, en Costa Rica el tipo de cambio ha caído vertiginosamente durante el segundo semestre del 2022.
¿Cuán vertiginosamente? Mejor dejar que los números hablen: pasamos de un tipo de cambio promedio de ¢696 el 21 de junio a uno de ¢617 el 14 de octubre.
Le explicamos a qué se debe este comportamiento, qué podemos esperar a futuro y a qué incidirá en cómo se mueva el dólar en lo que queda del 2022.
Una caída posterior a un proceso alcista
Para entender el ajuste hacia la baja hay que entender, también, lo que sucedió durante el primer semestre del año. El 2022 inició con un fuerte encarecimiento del precio del dólar, incluso hasta llegar a sus máximos históricos alrededor de los ¢700.
Con una subida así de empinada, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) dejó de darle aspirinas al mercado cambiario y decidió, más bien, hacer una cirugía a corazón abierto.
Ojo: hay que recordar que para entonces había mucha presión pública sobre qué pasaba con un tipo de cambio que no paraba de subir. Tanto fue así que el mismo presidente de la República, Rodrigo Chaves, dijo haber tenido conversaciones con el Banco Central para que no haya un “desorden cambiario”.
La cirugía estuvo compuesta por una serie de modificaciones e intervenciones. Entre las más grandes destacan la solicitud de un préstamo de $1.100 millones para robustecer la reservas internacionales netas del BCCR, una reducción del horario del Mercado de Monedas Extranjeras (Monex) —donde se transan los dólares—, el aumento del Encaje Mínimo Legal con el fin de evitar que los excesos de colones se convirtieran en dólares y la emisión de instrumentos en moneda extranjera para evitar la fuga de divisas fuera del país.
Paralelamente, el Central adoptó una postura más agresiva de operaciones de estabilización propias con intervenciones de hasta $164,77 millones durante los momentos de mayor presión hacia el alza de junio. Estas intervenciones suelen coincidir con la ralentización de las subidas en el tipo de cambio.
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¿Por qué ha caído?
Después de esta cirugía —la cual ha tenido una gran influencia en lo que ha pasado este segundo semestre—, se han reunido una serie de condiciones que además han ayudado a que el tipo de cambio baje. Una de ellas es una combinación de una mayor oferta de dólares y una menor demanda de la divisa en las ventanillas privadas. Este fenómeno se puede ver a través de un superávit que ha ido creciendo durante el segundo semestre del año.
Según el Central, el comportamiento responde, en gran parte, a la exclusión de la mayoría de los administradores de fondos de terceros de las ventanillas privadas; aquí van incluidas las operadoras de pensiones, una de las grandes demandantes de dólares.
Al haber un sobrante de dólares, los intermediarios financieros deben ir al Monex a calzar sus posiciones y esto ha provocado una mayor oferta de dólares que alivia las presiones alcistas en el tipo de cambio.
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Adicionalmente, las demandas del sector público no bancario han disminuido, en particular las de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) con la caída del precio internacional de los combustibles y, en general, de las materias primas importadas.
Además hay otro elemento que también puede estar jugando un papel importante en la demanda de dólares de los inversionistas: las tasas de interés en colones le han logrado sacar una ventaja importante a las de dólares de manera abrupta.
Actualmente la Tasa Pasiva Negociada (TPN, un ponderado de lo que pagan las tasas del mercado) en colones le saca cerca de 6 puntos porcentuales (p. p.) a la de dólares. Si se toma en cuenta que la tasa de depreciación del colón suele andar alrededor del 2%, esos casi 6 p.p son un colchón importante en los ojos de un inversionista.
¿Qué esperar a futuro?
Las predicciones sobre el tipo de cambio hay que tomarlas con pinzas, ya que en mercados como el costarricense suele tratarse de un precio muy nervioso que reacciona sensiblemente a la coyuntura: un evento inesperado que perturbe la incertidumbre de los agentes financieros es suficiente para revertir tendencias.
Aún así, hay ciertos elementos que podrían indicar que no debería ser un fin de año demasiado volátil. Una de ellos es la estacionalidad en la que estamos entrando: hacia estas épocas del año la oferta de dólares suele llenarse debido al pago de aguinaldos de empresas extranjeras y la entrada de la temporada alta del turismo.
Mauricio Hernández, director de Banca Privada de Prival Bank, considera que todos los elementos “están alineados para tener un tipo de cambio que no debería subir de manera importante en lo que queda del año”.
Sin embargo, hay que recordar que este año ha sido particularmente atípico y así como ha subido el precio del dólar, también ha bajado y al año todavía podrían quedarle un par de sorpresas más adelante.
¿A qué hay que prestarle atención?
Adriana Rodríguez, gerente general de Acobo Puesto de Bolsa, señala tres eventos que podrían influir en cómo se comportará el dólar en los próximos meses.
El primero es el futuro de los eurobonos, no solo si se aprueban o no, sino en cuáles términos. De no aprobarse, es posible que esto influya sobre el tipo de cambio, no solo por los dólares que no entrarán en la economía, sino porque crearía una incertidumbre que podría desordenar el mercado cambiario, probablemente hacia el alza.
Otro elemento importante a tomar en cuenta es la estabilidad geopolítica, especialmente alrededor de cómo evoluciona el conflicto al este de Europa. Ya durante 2022 fuimos testigos de cómo este desequilibrio tuvo un fuerte impacto en el comercio internacional y, por ende, en los procesos inflacionarios que vive el planeta. La profundización de este conflicto podría presionar el tipo de cambio a través de un nuevo encarecimiento de las importaciones y de una mayor dosis de incertidumbre en los agentes cambiarios.
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Cómo evolucionarán las tasas, en especial las de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED), también dictarán que pasará con el precio del dólar. Más ajustes hacia el alza de la FED resultarían en un dólar más fuerte y una mayor demanda de la divisa como activo refugio en una época de crisis. Esto empobrecería el valor del colón.
Vidal Villalobos, asesor económico de Prival Bank, agrega otro aspecto al que hay que prestarle atención para conocer qué podría pasar con el tipo de cambio y es la reposición de reservas que haga el Banco Central en el Monex. Ya el BCCR ha dicho que podría aprovechar los menores precios para reponer divisas (y ya lo ha hecho en cierta medida), sin embargo Villalobos considera que la intensificación de esa reposición podría indicar una especie de suelo para el tipo de cambio en donde, a partir de allí, podría subir.
“Ya a estas alturas del año, uno no esperaría que fuera tan violenta (la subida), pero sí la mayoría de nosotros estamos esperando un ajuste en el tipo de cambio y una depreciación del colón”, menciona el economista.