El temor de estar a las puertas de una deflación revivió.
El entorno económico muestra señales de alerta aún más evidentes en la zona del euro, mientras la preocupación no está descartada en Estados Unidos.
¿Por qué un tema como este debe importarle a Costa Rica?
La deflación refleja una caída de los precios en un periodo de tiempo prolongado o, en el mejor de los casos, una inflación persistentemente baja.
Cuando hay deflación, las personas y las empresas postergan las decisiones de inversión a la espera de una caída de los precios aún mayor. Por ello, se reduce el interés de adquirir ciertos productos.
En este caso, los productos costarricenses podrían volverse menos atractivos para la población europea, afectando tanto las exportaciones como el turismo.
Según la revista The Economist , más allá de cualquier riesgo mundial o de un problema de salud, como el caso del Ébola, la mayor preocupación económica mundial proviene de Europa.
La publicación explica que esta región camina sin pausa hacia un estancamiento que lo llevará a la deflación, por lo que esta debería de ser, por mucho, la mayor amenaza mundial por tratar.
Esta zona representa una quinta parte de la producción mundial, situación por la que se convierte en un tema de interés. Además, recibe el 15% de nuestras exportaciones.
Por ahora, los precios caen en al menos ocho países de esta región, zona que tiene un 20% de probabilidad de deflación, según un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En la zona del euro, la crecimiento de los precios se ha mantenido por debajo de las expectativas y volvió a retroceder a 0,4% de forma interanual a agosto.
La expectativa es que la inflación se mantendrá, a largo plazo, por debajo de la meta.
El efecto dominó de esta situación sería un alza en las tasas de interés reales, un repunte en la carga de la deuda pública y privada, así como un debilitamiento de la demanda y del producto.
El mercado europeo es el que refleja mayor incertidumbre, pues los inversionistas optan por desprenderse de sus acciones y bonos en las economías de Grecia, España, Portugal e Italia, por ser las más débiles.
Lo cierto es que este fenómeno es muy temido porque los bancos centrales cuentan con pocas herramientas para combatirlo, explicó Hernán Varela, oficial de riesgo de Aldesa.
Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) ha dejado claro que hará lo que sea necesario para evitar una recesión y salvar la moneda única.
Algunas de las medidas que ha tomado son la reducción de tasas de política monetaria, una flexibilización del crédito y otras para aumentar la liquidez.
En Estados Unidos ocurre una situación similar, aunque la amenaza sería menos severa.
La inflación ha aumentado de manera moderada en los últimos meses, pero se mantiene por debajo del 2% que espera alcanzar la Reserva Federal (Fed).
La Fed optó por agilizar la compra de bonos a gran escala a la espera de una estimulación de la economía, pero esto no sucedió.
Su política monetaria sigue siendo expansiva, aunque ya anunció el fin de su programa de compra de bonos.
China no está muy lejos de ubicarse en esta lista, actualmente experimenta el crecimiento económico más bajo desde el 2009.
Por su parte, Japón escapó de la deflación en el 2013, luego de más de una década de batallar con la problemática. Inclusive, aún hoy mantiene una lucha para no regresar.
En tanto, la expectativa refleja que la deflación seguirá siendo una preocupación.
Estados Unidos espera alcanzar una inflación de 1,6% a finales del 2014, mientras que en la zona del euro sería un 0,9% en el 2015.
La inflación en Europa se mantendrá por debajo de lo deseado por el BCE hasta el 2019, según lo asegura el FMI.
Riesgo para Costa Rica
Una deflación en los principales mercados externos de Costa Rica, como lo son Estados Unidos y Europa, aumentaría el riesgo de que disminuyan las ventas del sector exportador costarricense.
A setiembre pasado, las exportaciones de Costa Rica a Europa alcanzaron $1.338 millones, con un crecimiento de un 3,42%. Representan un 15,3% de las ventas totales, según Procomer.
Estados Unidos es el principal destino de nuestras exportaciones (el 38,7%) y al 2013, el monto vendido fue de $4.470 millones.
Los circuitos integrados y la piña son los principales productos que se exportan a esas zonas.
Según el economista, Hermann Hess, no todo es malo, puesto que niveles de precios estancados en esas zonas, pueden generar menos presión inflacionaria en el mundo.