Iniciar desde temprana edad un plan de pensiones voluntaria o complementaria puede mejorar su estilo de vida en la jubilación, pues le permitirá tener un ahorro adicional para mantener casi intactos sus ingresos.
Los planes de pensión voluntarios se convirtieron en una necesidad para complementar los ingresos al momento de pensionarse. Si bien no son el único instrumento de inversión que tiene a disposición el trabajador, es un producto administrado por operadoras de pensiones, las cuales tienen experiencia en manejo de este tipo de capital.
Ante los retos de sostenibilidad que presentan los sistemas de pensiones básicas del país y como alternativa para mejorar los ingresos durante la jubilación, surgieron los planes de pensión voluntaria.
Es importante recalcar que el haber cotizado varios años para el régimen de pensiones obligatorio no le brindará la seguridad de contar con un capital idéntico al obtenido por sus ingresos mensuales como persona asalariada.
Por ejemplo, el IVM brinda una tasa de reemplazo (monto de pensión de acuerdo con el último salario devengado) que varía entre el 42% y el 51%.
Además la pensión que le dará el ROP, se proyecta en un 20% del último salario. En este caso, cada trabajador deberá plantearse si podría vivir en su etapa jubilatoria con una pensión que representaría entre el 60% y el 70% de su último salario. Esto significa, que si el trabajador tenía un salario de ₵800.000, la pensión del IVM se ubicaría entre ₵320.000 y ₵440.000.
El Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP), por su parte, le permitiría recibir aproximadamente un 12% adicional (que llegaría a un 20% para las personas que coticen a dicho producto durante 40 años), lo cual representaría un monto adicional cercano a los ₵96.000. Es decir, que los ingresos del trabajador pasarían en este ejemplo de ₵800.000 a un monto que puede ubicarse entre los ₵420.000 y los ₵535.000.
De acuerdo a la oficina de comunicación de la Asociación Costarricense de Operadoras de Pensiones (ACOP), los beneficios a largo plazo para las personas que se inscriban en un régimen de pensiones voluntario no solamente radican en una mayor porción de ingresos, sino que con el aporte podrán gozar de incentivos fiscales sobre impuesto de la renta y cargas sociales.
Por otra parte, este ahorro le genera intereses capitalizables para la pensión y al ser inversiones a largo plazo los rendimeintos serán mayores.
El plan voluntario, además, se puede retirar de manera anticipada bajo dos circunstancias. La primera es a través del vencimiento del plazo, es decir, que la persona cumpla con 57 o más de edad, en ese momento podrá hacer un retiro total o comprar un retiro programado, el cual le permite recibir el dinero en tractos programados.
La segunda opción sería un retiro anticipado total o parcial antes de los 57 años. Para cumplir con todos los requisitos la persona debe haber cotizado durante 66 meses o más y tener al menos 66 cuotas canceladas. Sin embargo, la persona deberá considerar cancelar al estado los beneficios fiscales creados por la Ley de Protección al Trabajador (Art 73), mientras no tenga los 57 años.
¿Con cuánto puedo empezar? Ana María Brenes, gerente de pensiones BAC Credomatic advirtió que la principal recomendación es que las personas empiecen a aportar a un plan de pensión voluntario cuando inician su vida laboral. Así contarían con un monto más alto a la hora de jubilarse. Para esto, puede empezar con ₵5.000 colones o $10, de acuerdo con el tipo de moneda que usted prefiera.
“Si una persona aporta ₵10.000 mensuales durante 25 años, podría tener en el momento de su retiro un aproximado de ₵21 millones de colones totalmente libres para su disfrute”, estimó Brenes.
¿Cómo identificar su tipo de plan?
1. Definir objetivo
Para poder escoger un plan que cumpla con sus expectativas deberá definir qué tipo de ingresos mantiene actualmente y sobre ese monto visualizar cuánto desea que sea su mensualidad durante la jubilación. Seguidamente con una meta de ahorro clara podrá dirigirse a la operadora para conocer cuánto es el monto que debe aportar a su capital de retiro mensualmente.
“Una vez que las tenga definidas, se recomienda hacer una proyección del monto que recibirá por la pensión básica y por pensión complementaria (ROP) y elaborar un presupuesto en donde proyecte los recursos que necesitará”, agregó Alejandro Solórzano, gerente general de Vida Plena.
El tener el objetivo definido le ayudará a definir si las pensiones básica y la complementaria le alcanzará para cubrir sus necesidades y cumplir sus expectativas.
2. Establecer moneda
Algunas operadoras cuenta con planes de ahorro voluntario en dólares y colones. Después de definir su meta deberá analizar cuál tipo de moneda se adecúa más a sus necesidades.
Por ejemplo, en Popular Pensiones los planes voluntarios son un producto que se ofrece en dos modalidades de acuerdo con la moneda en que desee ahorrar el afiliado, planes voluntarios en colones y planes voluntarios en dólares.
Los planes voluntarios en colones se pueden abrir con un aporte mensual de ¢5.000 en adelante, y los Planes voluntarios en dólares con un aporte mensual de $20 en adelante.
3. Sondeo de rendimientos
Las operdoras por lo general cobran un porcentaje por la administración del fondo, la cual se define a partir de los rendimientos. Por esa razón, cuando la industria alcanza buenas rentabilidades, el afiliado se beneficia.
Sin embargo en el caso de que la comisión se cobrara sobre el saldo administrado este monto sería mayor, por esta razón los expertos aseguran que es conveniente hacer un sondeo de condiciones antes de inciar un plan.
“Su ahorro con el tiempo va generando rendimientos que se suman a su saldo y robustecen su monto, a diferencia que tener el dinero ahorrado por cuenta propia”, expresó Hermes Alvarado, gerente general de BN Vital.
4. Empezar a temprana edad
Los planes voluntarios en las operadoras de pensiones pueden iniciar desde los 15 años de edad, sin importar si la persona es asalariada o no.
La ventaja de iniciar un plan voluntario a muy temprana edad, radica en el capital acumulado para el retiro. Adicionalmente existe la posibilidad de aprovechar los beneficios fiscales y sobre el pago de cargas sociales, que en el largo plazo llegan a significar montos muy importantes para el trabajador.
“Fueron creados con el fin de que las personas los disfruten o utilicen en su etapa jubilatoria, por eso, tienen una serie de beneficios especiales si el afiliado lo desacumula o retira a partir de los 57 años y después de haber hecho al menos 66 aportes mensuales”, agregó Solórzano.